Hoy se cumplen cien años del nacimiento de uno de los actores más emblemáticos del cine británico y/o fantástico de todos los tiempos: Peter Wilton Cushing, más conocido simplemente como
Peter Cushing, nacía el 26 de mayo de 1913 en Kenley, Surrey (Inglaterra)... y por aquel entonces nadie podía suponer la fama que alcanzaría en años venideros.
Peter Cushing (1913-1994)
Sus comienzos estuvieron muy unidos a las adaptaciones de clásicos literarios: sin ir más lejos, debutó como actor en 1939 con un brevísimo papel en la adaptación que
James Whale, otro cineasta imprescindible del cine de terror, realizara de la novela de Alejandro Dumas padre
El hombre de la máscara de hierro; y poco después lo pudimos ver interpretando a Osric en el
Hamlet de Laurence Olivier. Todo ello sin olvidar su rol en una miniserie televisiva basada en
Orgullo y prejuicio, la popular novela de Jane Austen.
Su primera encarnación como Victor Frankenstein para la Hammer
También cabe destacar su colaboración con grandes realizadores de la historia del cine, aunque fuese en roles secundarios: John Huston y Robert Rossen lo dirigieron respectivamente en dos
biopics tan diferentes entre sí como
Moulin Rouge (según la vida del pintor Toulouse-Lautrec) y
Alejandro Magno; Edward Dmytryk hizo lo propio en
Vivir un gran amor, según la misma novela de Graham Greene que años después adaptaría Neil Jordan en
El fin del romance; y Joseph Losey también lo tuvo a sus órdenes en
Tiempo sin piedad, estrenada en 1957. Precisamente fue este el año más decisivo de su carrera profesional, pues es entonces cuando inicia su larga y muy productiva colaboración con la productora especializada en cine fantástico
Hammer Films: aquel mismo año participa en
El abominable hombre de las nieves y en la que será su primer gran éxito dentro de la compañía,
La maldición de Frankenstein, revisión del mítico texto de Mary W. Shelley en el que Cushing encarnó al mismísimo Victor Frankenstein. Al año siguiente el actor volvería a trabajar con el realizador Terence Fisher, director de aquella, en dos nuevas películas: la secuela
The Revenge of Frankenstein y
Drácula, esta última una de las mejores películas del género de todos los tiempos, y en la que Cushing encarnó al doctor Van Helsing, eterna némesis del vampiro transilvano al que diera (no) vida su fiel compañero de reparto Christopher Lee.
Eliminando vampiros en la soberbia Las novias de Drácula, también de Fisher
Desde entonces, el actor no abandonaría jamás al género que le dio la fama, y además de encarnar en repetidas ocasiones a cazadores de vampiros y
mad doctors en sucesivas entregas de las citadas sagas de
Drácula y
Frankenstein, también fue Sherlock Holmes en
El perro de los Baskervilles y en una serie televisiva de la década de los 60, así como el memorable
Doctor Terror del film de episodios de la Amicus. Por si esto fuera poco, su popularidad aumentó enteros cuando encarnó a Grand Moff Tarkin, uno de los villanos de la mítica
Star Wars (La guerra de las galaxias), que en 1977 cambiaría la historia del cine para siempre.
Junto a Darth Vader en la mítica primera (o cuarta) cinta de Star Wars
Aquel mismo año también encarnó al oficial de las SS del film de culto
Shock Waves, y a partir de entonces su filmografía resulta más discreta, aunque muchos recordarán su breve cometido en la divertida y alocada
Top Secret o su presencia junto a otros veteranos como Sean Connery o Trevor Howard en
El caballero verde. En 1986 intervendría en
Biggles (El viajero del tiempo), que tras su retirada se convirtió en el último título de su legado cinematográfico. Ocho años después, en 1994 y a la edad de 81 años, Peter Cushing abandonaba el plano terrenal de la existencia para convertirse en un mito indiscutible no ya del cine fantástico, sino de la cultura popular del siglo XX.