Cualquier lector que conozca con más o menos detalle la obra de Will Eisner sabrá que la historia verdadera de América, así como la historia de sus narraciones gráficas, no la hacen solo los héroes ganadores sino también los anónimos perdedores de esa tan divertida como cruel aventura que se llama Vida. Así, detrás de las aventuras
pulp del enmascarado Spirit se encuentran las anodinas y en ocasiones miserables vidas de los individuos anónimos que pueblan las calles de
Nueva York o las casas de la
Avenida Dropsie.
En la línea de esta buena parte de la producción de Eisner se encuentra
Reyes disfrazados, obra capital del tebeo norteamericano de los últimos veinte años que se editó por fin en España a finales del año pasado, de la mano de
Norma Editorial.
El origen de
Reyes disfrazados se encuentra en
Contra las cuerdas, una obra del dramaturgo James Vance que el propio autor enriqueció después volviendo a ella y debutando así como guionista de cómics. Pero para ello optó no por prolongar la historia en el tiempo, sino por volver a sus orígenes, y en lugar de cumplir su primer propósito y contar la historia de un personaje secundario de la obra, Fred Bloch, quince años después, decidicó narrar las peripecias del personaje en su adolescencia. Así pues, la novela gráfica
Reyes disfrazados en una precuela de
Contra las cuerdas con todas las de la ley... aunque en un medio distinto a las tablas.
De esta forma, Vance arranca su relato en enero de 1932, en la ciudad de Marian (California): tras el fallecimiento de su madre, el joven Freddie vive con su padre alcohólico y con su hermano mayor Al. Su única vía de escape son las sesiones de cine, viendo clásicos del género negro como
El enemigo público n.º 1 o seriales como
Dick Tracy o
Buffalo Bill, cuyas entradas puede pagar gracias a la venta de las botellas vacías que su padre bebe continuamente.
Cuando este último, arrepentido, se marcha a Detroit en busca de un trabajo, y su hermano Al cae en la delincuencia para mantener a lo que queda del núcleo familiar, Freddie se ve obligado a abandonar el hogar y convertirse, sin quererlo, en un vagabundo. Un veterano en esas lides que se hace llamar "El Rey de España" le enseñará la manera de sobrevivir con lo mínimo, saltando de tren en tren como polizontes, y entre ambos surgirá una peculiar amistad... que se mantendrá vigente en un tiempo marcado por la miseria de los empleos perdidos y las revueltas reivindicando derechos civiles.
Hoy en día puede parecer que
Reyes disfrazados no merece tantos premios y prestigio como ha ido acumulando (está considerado nada más y nada menos como uno de los cien mejores tebeos de todos los tiempos), así como los elogios de autores tan renombrados como el propio Eisner, Gil Kane o Harvey Kurtzman, por no mencionar a Neil Gaiman (que compara su importancia histórica con la de
Maus,
Watchmen o
Love & Rockets) o Alan Moore, que firma el rendido prólogo de este volumen recopilatorio. Pero hay que tener en cuenta que la obra se publicó originalmente entre 1988 y 1990, cuando
Watchmen apenas era una aplaudida miniserie de doce
comic books y el
Maus de Spiegelman, como la obra de Moore y Gibbons, todavía no gozaba de la carta de nobleza que otorga el paso del tiempo a las obras maestras de cualquier arte.
Hay que señalar también que el arte gráfico de Dan Burr, un artista
underground que puso su talento al servicio del guión de Vance, se ajusta a la perfección a este, si bien resulta demasiado anquilosado, nada novedoso, y por tanto muy al estilo de cualquier tebeo de los años 50: pese a no pecar de aquel primitivo exceso de texto narrativo, y salvo algunos casos muy concretos, su composición de viñetas no difiere de la de cualquier cómic de género, por otro lado deliciosos, de EC Comics.
Con todo, el indudable talento de Vance a la hora de escribir diálogos, y sobre todo de perfilar la psicología de sus personajes, protagonistas y secundarios, así como de imprimir una enorme verosimilitud a los hechos que narra, hacen de esta obra, premiada con dos Eisner y un Harvey, un libro imprescindible para disfrutar de lo mejor del cómic norteamericano adulto de los últimos tiempos.
Algo parecido a
Reyes disfrazados, pero más cercano en el tiempo, lo encontraremos en las páginas de
Encima y debajo, de James Sturm, que la revista
Time eligió como la mejor novela gráfica del año 2000. La obra ha llegado a España también a finales del año pasado, en una feliz coincidencia, en esta ocasión de la mano de
La Cúpula.
Subtitulado "Dos historias de la frontera americana", el libro incluye los relatos
El renacimiento y
A cientos de pies bajo la luz del día, ambientados respectivamente en 1801 y 1886; esto es, unas décadas antes de la acción del libro de Vance y Burr, y que adelanta así las pequeñas miserias privadas que se convertirían en una plaga general a partir del tristemente célebre
crack bursátil de 1929.
El renacimiento, aunque más breve que la historia que le seguirá o muy posiblemente por ello, es el relato más redondo y mejor acabado de la propuesta: publidado originalmente en 1996 gracias a una beca de la Xeric Foundation, y basado en hechos reales comprobados, relata la peripecia de Joseph y Sarah Bainbridge, una pareja que en la noche de un sábado de 1801 se dirigen a la que tiempo después, a la hora de escribir la Historia, se consolidará como la mayor concentración pública de orden religioso que se recuerda de aquella época: entre 10.000 y 25.000 personas se concentraron en los bosques de Cane Ridge, Kentucky, para alabar a Dios y pedir Su misericordia
El objetivo de los Bainbridge, concretamente de Sarah (más temerosa del Señor que su marido, lleno de dudas), es pedir la resurrección de su pequeña hija Emma a Elijah Young, uno de los predicadores del encuentro. Lo que desconocen Joseph y Sarah es que aunque quizás no logren su propósito, posiblemente encuentren un nuevo camino para solucionar sus problemas, o al menos una tenue esperanza de conseguirlo, que dada la situación no es precisamente poco.
Más extensa es
A cientos de pies bajo la luz del día, subtitulada "Vida y muerte de la ciudad minera del barranco de Solomon, Idaho". Efectivamente la acción, situada en 1886, narra la explotación minera de un pequeño pueblo, que desatará un cruento enfrentamiento entre norteamericanos y chinos primero, y una codiciosa lucha por un dinero escondido por un loco después.
Nos encontramos pues ante un relato de diáfano protagonismo coral, que refleja con gran verosimilitud las miserias de los trabajadores, la dura vida en la mina, la incertidumbre ante un futuro incierto, y que incluye también apuntes acerca de la superchería que protagonizaba la historia de
El renacimiento.
Sturm, un dibujante de trazo sencillo pero efectivo, pone su dibujo al servicio de lo que quiere contar, y su contrastado blanco y negro resulta muy efectivo, sin alardes innecesarios. Este rasgo puede comprobarse también en su obra más célebre,
The Golem's Mighty Swing, que La Cúpula editará también en nuestro país.
Estamos por tanto ante dos obras de gran relevancia, si bien el estilo gráfico de una y otra no destaquen en demasía. Su importancia radica, claro está, en los hechos históricos que, con mayor o menor licencia artística, reflejan, y que demuestran -por si todavía hay alguien que no lo supiera- que el cómic norteamericano no es tan solo Superman, Spiderman o Conan el Bárbaro.
Título: Reyes disfrazados
Autores: James Vance (guión) / Dan Burr (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: diciembre de 2007
192 páginas (b/n) - 17 €Título: Encima y debajo
Autor: James Sturm (guión y dibujo)
Editorial: La Cúpula
Fecha de edición: noviembre de 2007
82 páginas (b/n) - 10 €