El Festival de Cine de Sitges nos ofreció la posibilidad de ser testigos de diversos retratos de un grupo de inadaptados, personajes que no pueden (o no quieren) ser aceptados en la sociedad en la que viven. Y todo ello, de la mano de cineastas de estilos y procedencias tan dispares como Angela Bettis, Park Chan-wook o Rob Zombie.
A Angela Bettis se la conoce principalmente por su faceta de actriz, con trabajos dentro del género tan célebres como La masacre de Toolbox o, muy especialmente, May, que le valió el premio a la Mejor Actriz hace unos años en el mismo Festival. En aquella película dirigida por Lucky McKee, la intérprete echó el resto al dar vida a una revisión de la adolescente inadaptada al estilo de Carrie en una historia repleta de sentido lírico y fotogramas tan emotivos como provocadores.
Curiosamente, en Roman, las funciones han cambiado, y es Angela Bettis quien se pone detrás de la cámara y Lucky McKee quien interpreta al personaje protagonista, un individuo solitario y taciturno que lleva una gris existencia como operario en una fábrica, y que pasa su tiempo libre en su apartamento de alquiler espiando a una vecina -la popular Kristen Bell de Veronica Mars- a la que desea en secreto.
Contra todo pronóstico, y de forma fortuita, en cierta ocasión llega a establecerse el contacto entre ambos, naciendo de ahí una amistad y la posibilidad de una relación. Pero Roman, un individuo que podría ser aceptado por la sociedad (no tiene ninguna tara física ni psíquica aparente, resulta simpático e incluso atractivo a las mujeres, y sus compañeros de trabajo bromean con él en repetidos intentos de acercamiento) acaba por estropearlo de la peor de las maneras...
Rodada, como buena parte de Diary of the Dead y Redacted, en formato digital, Roman es una suerte de comedia romántica salpicada de elementos terroríficos, que reflexiona, a partir de la relación del protagonista con otra de sus vecinas (interpretada por una magnética Nectar Rose), sobre la muerte como hecho fortuito frente a su lectura como elemento artístico: atención a la bellísima recreación, en plan arte conceptual, del cuadro de Millais sobre el ahogamiento de Ofelia, el personaje de Hamlet.
Así pues, este Roman es un film hermanado en cierta forma con May (así lo manifestó la propia directora en la presentación que precedió a la proyección), pero que está lejos de las cotas de calidad que alcanzó aquella. No obstante, viene a demostrar por parte de Bettis una mirada propia y el incipiente arranque de una carrera como realizadora a la que no habría que perder de vista.
La que es ya una filmografía consolidada es la del coreano Park Chan-wook, firmante de Joint Security Area y de los tres títulos que conforman la aplaudida "Trilogía de la Venganza": Sympathy for Mr. Vengeance, Oldboy y Sympathy for Lady Vengeance. Ahora, con I'm a Cyborg but That's OK, Chan-wook efectúa un giro hacia el cine fantástico que podría consolidarse con su anunciado nuevo proyecto sobre el vampirismo.
En esta nueva película, Chan-wook nos muestra la vida en el interior de un centro psiquiátrico, en un magnífico arranque al partir del cual va a relativizarlo todo desde el comienzo, haciendo uso de una narradora de la que en un principio pensamos que es una enfermera pero resulta ser una paciente. De esta forma, cabe preguntarse: ¿quiénes son los cuerdos y quiénes los locos?
La cinta -que finalmente consiguió el galardón al Mejor Guión- centra enseguida su atención en una chica allí recluida porque afirma ser un cyborg. Pronto, otro de los pacientes, al que todos los demás acusan de ser un ladrón, manifestará gran atención por ella, dando origen a una bellísima historia de amor plasmada por Chan-wook en una sucesión de imágenes de gran fuerza visual.
Por esta misma impecable factura formal, y por su nada disimulada fascinación por aquellos que son diferentes, el nuevo trabajo de Chan-wook ha sido comparado con Amélie: pero allí donde Jean-Pierre Jeunet no conseguía (o no le interesaba) dejar patente el lado más oscuro y menos agradable de su heroína, Amélie Poulain, el autor de Oldboy no tiene miramientos a la hora de mostrar la tristeza y melancolía que se desprende de la chica que chupaba pilas y todos aquellos que le rodean, dando forma a una de las películas más atractivas, fascinantes y personales de todo lo que pudo verse en Sitges.
Si I'm a Cyborg but That's OK recibió generalizadas críticas entusiastas, no ocurrió así con Halloween, el remake que Rob Zombie ha realizado de la mítica cinta de John Carpenter, y que fue recibida sin término medio: o se la amó o se la odió.
Guste más o menos, hay que reconocerle al antiguo líder de la banda White Zombie y director de las brutales La casa de los 1000 cadáveres y Los renegados del Diablo, el no haberse limitado a ofrecer más de lo mismo, ya que ha intentado acercar la historia de Michael Myers a su propio mundo y su manera de ver la realidad de su país. Porque en su nueva versión, Myers representa la figura del outsider, del loser que la sociedad norteamericana permite crear a partir de familias inestables y entornos poco adecuados para un niño. En esto radica el mayor acierto y al mismo tiempo el gran problema del Halloween de Zombie: que su novedad parte de explicar (y por extensión, justificar) mucho más de lo que hizo Carpenter el origen del célebre psicópata de la máscara blanca.
Y es que si el realizador de La Cosa apenas ambientaba en la infancia de Myers el prólogo de su film, Zombie opta aquí por dedicarle casi media película a los orígenes secretos del personaje, mostrándolo como un chico atormentado por un entorno marcado por un padrastro abusivo y perdedor (al que encarna el estupendo Michael Forsythe) y una madre stripper (Sheri Moon, esposa y actriz fetiche del director) y una hermana adolescente sexualmente activa.
Como decíamos, aquí radica lo más interesante del film, pues todos los actores están magníficos (incluyendo el joven Daeg Faerch como Michael) y el estilo de Zombie tiene garra y consistencia; pero al explicar su origen y despojarlo de toda aura fantasmagórica, el resto del metraje (este ya un remake ortodoxo y rutinario del film de Carpenter) pierde interés por momentos.
Finalmente cabe destacar, por tratarse de una auténtica declaración de principios por parte de Rob Zombie, un reparto repleto de presencias de culto: a los intérpretes ya citados, cabe destacar a Malcolm McDowell como el doctor Loomis (que encarnara un portentoso Donald Pleasence en la cinta original), Brad Dourif como el sheriff del pueblo y el colosal Tyler Mane (Dientes de Sable en los films de X-Men) como Michael Myers... sin olvidar un largo etcétera de breves intervenciones que incluye las de Dee Wallace (actriz habitual del género, protagonista de Aullidos y Cujo, y recuperada ya por Peter Jackson en Agárrame esos fantasmas), Danny Trejo (actor habitual en films de Robert Rodriguez y muchos títulos de serie B), Udo Kier (un nombre clave del fantástico europeo y recurrente en la obra de Lars von Trier), Richard Lynch (villano en multitud de films de los años 80), Tom Towles (actor fetiche de John McNaughton, espeluznante en Henry: Retrato de un asesino), Ken Foree (uno de los protagonistas del Zombi de Romero), Sybil Danning (actriz habitual en sexploitations de terror y acción, villana en Aullidos II y la serie V), ... y los habituales del realizador, Sid Haig y Bill Moseley. Todos ellos, actores que dan consistencia a una película que, pese a sus limitaciones, merece la pena verse, mucho más que la mayoría de las secuelas (¡siete, nada más y nada menos!) que tuvo La noche de Halloween, esta sí una obra maestra del género.
[Imágenes: 3.ª- Angela Bettis y Lucky McKee en el rodaje de May; 16.ª- La noche de Halloween.]
Post Scriptum.- La proyección de Roman contó con la presentación de su directora, Angela Bettis, y a ella asistieron algunos miembros del reparto, entre ellos Nectar Rose, protagonista femenina de la cinta. En cuanto a I'm a Cyborg but That's OK, el propio Park Chan-wook (acompañado de una traductora) presentó su esperado nuevo film. Finalmente, el pase de Halloween contó con la presencia del mítico Ken Foree (que interpreta un pequeño papel en el film) y de Kristina Keble, que hace las veces de una de las amigas de Laurie Strode y víctima potencial de Michael Myers. A continuación, un reportaje fotográfico de las tres presentaciones:
[Fotografías: (C) C. Carrasco.]
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