Precisamente el pasado miércoles 5 de enero, unas horas antes de la Noche de Reyes, encontré en mi buzón un regalo inesperado...
Puñalabras, cuyo subtítulo reza "Relatos negros & Ucronías", es un librito de dimensiones muy reducidas pero al que después de leerlo le tengo muy alta estima, y no solo por el valor intrínseco de varios de los textos que incluye -algunos relatos breves, otros auténticos microrrelatos-, sino porque conozco de primera mano a su autor: Jesús Lens Espinosa de los Monteros, amigo y compañero de mil y una aventuras (bueno, quizá no tantas, pero casi), de quilométrico nombre que inteligentemente acorta al más breve de Jesús Lens cuando escribe libros por cuestiones de maquetación y espacio; abogado de profesión y crítico y escritor de vocación, responsable del blog Pateando el mundo, colaborador del diario granadino Ideal y co-autor del libro Hasta donde el cine nos lleve (Viajes y escenarios de película).
En este libro, Jesús Lens recopila en apenas 62 páginas quince historias, algunas de un solo párrafo, que dan buena cuenta de su talento como narrador: obviamente no todas están a la misma altura, pero muy pocos narradores son capaces de mostrar con palabras tan contadas como precisas la sinrazón de la violencia (en "Apurado perfecto" y "La paliza"), asumir la herencia del humor negro de raigambre hispana adaptado a la figura del psychokiller ("El vecino") o, simplemente, dejar al lector con una inquietud importante tras leer una historia de infidelidades y secretos a media voz como "SMS" (diez líneas) o el relato de una pareja rota por la violencia de género como el soberbio "Por tabaco" (¡cuatro líneas!).
Y ustedes se preguntarán: ¿dónde puede adquirirse un ejemplar de Puñalabras? Pues que yo sepa, en ningún sitio. ¿Y qué puede hacerse para conseguir uno? Pues imagino que o ser un buen amigo del autor, o acostarse con él, o escribir un libro a cuantro manos con el susodicho. Un servidor cumple dos de los tres requisitos, así que no me echen en cara que yo tenga uno (y, además, dedicado) y que ya haya podido disfrutar de su lectura mientras que algunos de ustedes no. Por lo demás, paciencia: la inquietud creativa de Lens es directamente proporcional a su (muy considerable) altura, y seguro que tendrán la oportunidad de seguir leyéndole, en este o en otros libros, tan buenos o mejores que el presente, y muy posiblemente más grandes en consonancia con el propio autor.
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3 comentarios:
¡Qué noche aquella, eh Frankie!!!!
Jajajajajaja. Gracias amigo. Ya sabía que eres un crack. Pero me encanta reafirmarlo.
¿A ti tambien te ha obligado a acostarte con el?...
Yo que pensaba que era como lo de Denny Crane y Alan Shore y resulto que es un vicioso :)
Al menos nos queda el libro para consolarnos.
Yo también lo tengo.No me acuerdo si me acosté con él pero siempre será parte de mi viaje.
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