Más de 200 títulos, entre películas y series de televisión, componen la espectacular filmografía como actor de este rebelde de Hollywood que debutó en la pantalla grande por todo lo alto: en 1955 fue uno de los adolescentes contestatarios de Rebelde sin causa, la mítica película dirigida por Nicholas Ray y protagonizada por el malogrado James Dean, actor con el que Hopper volvería a coincidir al año siguiente en Gigante.
En su filmografía destacan títulos clásicos del cine norteamericano como Duelo de titanes de John Sturges, Los cuatro hijos de Katie Elder y Valor de ley de Henry Hathaway o La leyenda del indomable de Stuart Rosemberg. Como puede verse, parecía tener predilección por el western, y dentro del género acompañaría a Clint Eastwood en Cometieron dos errores. Pero también participó en producciones de serie B en la línea de Night Tide y Queen of Blood de Curtis Harrington, o en The Trip, dirigida por el gurú del cine barato Roger Corman.
En la línea de esta última, una película de su tiempo -el movimiento hippie, el consumo de LSD, la oposición a la guerra de Vietnam-, Dennis Hopper escribió, dirigió y protagonizó en 1969 Easy Rider, uno de los filmes fundacionales del llamado "cine independiente" norteamericano. Junto a él viajaron en motocicleta por las carreteras secundarias de los Estados Unidos su cómplice Peter Fonda y un joven Jack Nicholson, a la sazón proveniente de la factoría Corman y guionista de The Trip.
Si con Easy Rider, subtitulada en España Buscando mi destino, Hopper probó las mieles del éxito -el film recaudó muchísimo más de lo que costó-, apenas dos años después sufriría el más estrepitoso de los fracasos con su segunda película como director: The Last Movie. Al parecer, Hollywood no estaba dispuesto a aceptar que nadie mostrara al público sus miserias más íntimas.
A lo largo de la década de los 70, y mientras la vida privada de Hopper se oscurecía por el consumo desmesurado de drogas y alcohol, su faceta pública como actor se mantenía gracias a directores como Wim Wenders, que le dio la oportunidad de encarnar al Tom Ripley de Patricia Highsmith en El amigo americano, y de Francis Ford Coppola, que le daba un papel relevante en una de sus más grandes obras maestras, Apocalypse Now, donde Hopper daba la réplica a un excelente Martin Sheen y un mítico Marlon Brando.
En los años 80 llegó la decadencia artística, y el intérprete encadenó un gran número de largometrajes indignos de su talento. No obstante, brilló en un par de ocasiones, de nuevo a las órdenes de Coppola en La ley de la calle -donde encarnó al padre alcoholizado de Matt Dillon y Mickey Rourke-, y sobre todo en Terciopelo azul, en la que David Lynch le dio la oportunidad de interpretar a Frank Booth, uno de los villanos más brillantes del cine contemporáneo.
Ya en la década de los 90 participaría en títulos del llamado cine neonoir como Extraño vínculo de sangre -debut en la dirección de su amigo y colega Sean Penn-, Red Rock West de John Dahl o Amor a quemarropa de Tony Scott, en la que el guión de Quentin Tarantino le dio a él y a Christopher Walken la oportunidad de lucirse en una de esas escenas que hacen historia. Igualmente trabajó a las órdenes de otro rebelde de Hollywood, Abel Ferrara, en The Blackout, y fue el villano de la exitosa Speed y la fracasada Waterworld.
Por otro lado, Hopper proseguía trabajando tras las cámaras, si bien no brilló nunca a la altura de Easy Rider, y después de la reivindicable y melancólica Caído del cielo (Out of the Blue), en la que destacaba el tema principal de Neil Young, y el digno policíaco Colors (Colores de guerra), realizaría un filme tan extraño como Camino de retorno y otro tan irregular como Labios ardientes. Su último largo sería la convencional Misión explosiva.
Últimamente no pasaba por uno de sus mejores momentos, si bien podemos recordarlo con un papel breve pero estelar en los últimos episodios de la primera temporada de 24. Además, recientemente había vuelto al cine de autor de la mano de Isabel Coixet en Elegy y de Wim Wenders en la inédita Palermo Shooting. Y muy merecidamente, a finales del pasado mes de marzo recibió un emotivo homenaje: su propia estrella en el mítico Paseo de la Fama de Hollywood Boulevard.
Dennis Hopper nació en 17 de mayo de 1936 en Dodge City, Kansas, y falleció en 29 de mayo de 2010 en Venice, California. Tenía por tanto 74 años. Descanse en paz.
[Fotogramas: Rebelde sin causa, Queen of Blood, Easy Rider, Apocalypse Now, Terciopelo azul, Waterworld, Caído del cielo / Out of the Blue.]
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