Pero además de eso (y de músico, de pintor, de autor de cómic...), este cineasta renacentista es también un practicante de meditación trascendental, como relata en las páginas de Atrapa el pez dorado. A este libro y a su autor dedicamos la columna de Abandonad toda esperanza de hoy:
Ciudadano Zen

No hay comentarios:
Publicar un comentario