La carrera artística de Guillermo del Toro nos ha interesado desde que una tarde de domingo de hace ya bastantes años los fotogramas de su debut, la espléndida Cronos que protagonizaran Federico Luppi y su futuro actor fetiche Ron Perlman, nos fascinaran desde la gran pantalla.
Desde entonces hemos seguido fielmente su filmografía, que se ha movido entre trabajos más personales (y, por lo general, los más satisfactorios) como El espinazo del diablo o El laberinto del fauno, y otros más comerciales, como Mimic o Blade II, pasando por un proyecto donde consiguió aunar éxito en taquilla y sus obsesiones personales y de fan fatal: las dos entregas de Hellboy.
Ahora, cuando su carrera está íntimamente ligada a la literatura fantástica -prepara la adaptación de El Hobbit de Tolkien junto a Peter Jackson y sigue dándole vueltas a algunas versiones de clásicos de la literatura del horror como El extraño caso del Dr. Jekyll de Stevenson, Frankenstein de Mary Shelley o En las montañas de la locura de Lovecraft-, Del Toro vuelca su creatividad en el ámbito de la letra escrita, y presenta una novela de vampiros: Nocturna. El libro, co escrito con Chuck Hogan, es el primer título de una trilogía de chupadores no muertos conocida ya como la "Trilogía de la Oscuridad".
Ayer el suplemento cultural Babelia de El País dedicó portada y entrevista al cineasta, y a partir de ahora también escritor, Guillermo del Toro. Pueden leerla en su versión digital aquí: "Pandemia vampírica". ¿Podremos superar nuestros prejuicios ante un libro con claras ínfulas de éxito de ventas escrito por un director de cine lauredado por sus fans y un autor de best sellers y decidirnos a leerlo? ¿Será tan grande nuestra admiración por el realizador Del Toro o es que vamos a tener demasiado tiempo libre este verano?
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