Mi generación, cuya educación sentimental es anterior al DVD y a la descarga de películas de la red, todavía recuerda las tardes de excursión al videoclub más cercano en busca de una película para ver, muchas veces seleccionada, si no ya por conocer a los protagonistas o por el interés por el género al que pareciera pertenecer, simplemente por lo atractivo de su título o su carátula.
Sólo matan a su dueño se convirtió en un título mítico para un servidor, por lo inquietante de la portada y por lo evocador del título. Supongo que por aquel entonces pensaría que estaba ante una película de terror al más puro estilo de Cujo de Stephen King, con multitud de perros u otros animales homicidas.
Ahora que hemos podido verla, tantos años después, se confirma que las fantasías se quedan en eso, en fantasías. El film, dirigido en 1972 por James Goldstone, es un thriller de factura televisiva cuyo mayor atractivo es el desfile de viejas glorias del Hollywood clásico, como June Allyson, Peter Lawford, Edmond O’Brien, Arthur O’Connell o Ann Rutherford, acompañando a la pareja protagonista (James Garner y Katharine Ross) y dos ilustres secundarios del cine de la época: Hal Holbrook y Harry Guardino.
También hay que destacar la ajustada interpretación de Garner, así como el humor del guión, reflejado más en los diálogos de los personajes que en la propia trama detectivesca, que no es nada del otro jueves. Todo ello hace de Sólo matan a su dueño un entretenimiento digno... pero poco más.
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1 comentario:
A partir de este filme.....¿Se puso de moda esta raza de canes en España?
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