lunes, 8 de octubre de 2012
Holy Terror: Miller unchained
Hay obras que, más allá de que sean mejores o peores, suponen un acontecimiento en sí mismas por motivos ajenos a su calidad artística; esto es, y utilizando un neologismo de creación reciente: son trending topics indiscutibles desde el mismo momento en el que se empieza a hablar de ellas. Y si por su importancia hubiese que elegir solo una como tal de entre lo publicado en el presente año, no habría duda posible a la hora de escoger la que nos ocupa: nada menos que Holy Terror (Terror sagrado), la obra más esperada -por el lector español- y polémica -que ya es decir- del mismísimo Frank Miller.
Publicada hace apenas un par de semanas por Norma Editorial, que ya tiene en su catálogo otras muchas obras del autor norteamericano (caso de Ronin, 300, Sin City, Hard Boiled o Big Guy y Rusty el chico robot), Holy Terror se vende, literalmente, como "El Batman contra Al Qaeda que no se atrevieron a publicar". Esto es, una suerte de "Batman alternativo", opción en la que, por cierto, Miller no está solo: sin ir más lejos, Mark Millar ha declarado que su Némesis es también una versión extraña de Batman, y tampoco podemos olvidarnos del Midnighter del Universo WildStorm o el Sabre de Halcyon... Pero volviendo con la obra que nos ocupa: efectivamente, y como veremos a continuación, no se puede hablar de Holy Terror sin tener en cuenta que en un principio se trataba de un proyecto protagonizado por el Hombre Murciélago, aunque finalmente DC Comics desechó seguir adelante con la propuesta de Miller y este tuvo que realizar algunos cambios al respecto...
A nadie se le escapa que este autor de cómics y también realizador de películas (cómo olvidar, aunque no precisamente por su gran calidad, su The Spirit) no ha sido nunca precisamente un individuo de ideología liberal, pero atendiendo a algunas de sus recientes declaraciones públicas es fácil pensar que en los últimos años se ha acercado peligrosamente a una postura ideológica de ultraderecha muy cercana al fascismo. Esto es algo que ya estaba presente, aunque de forma más tamizada, en tres de sus títulos protagonizados por el superhéroe de Gotham City: la obra maestra El regreso del Caballero Oscuro, su secuela (inferior, pero muy digna) El contraataque del Caballero Oscuro, y la divertida, gamberra y reivindicable All Star: Batman y Robin, siendo la excepción la primigenia Año Uno que realizara junto a David Mazzucchelli, su compañero en Daredevil: Born Again.
A partir de estos presupuestos, y con la mirada puesta en los atentados del 11-S (es fácil detectar en Holy Terror la aparición de políticos como George Bush Jr. o incluso de personajes populares como el cineasta de documentales de denuncia Michael Moore), Miller se propuso con esta obra prolongar su retrato de Batman como un héroe oscuro cercano al fascismo enfrentándolo al terrorismo fanático de Al Qaeda. Pero, por lo que se intuye leyéndola hoy, lo que otrora fue un retrato ambiguo del personaje que incluso podría intepretarse como una crítica contra ciertas conductas fascistoides, hoy se vislumbra precisamente como un alegato a favor de esos mismos comportamientos.
Por lo tanto, y aunque lo ideal sería poder olvidarse de Batman y centrarse en lo que hoy es, y no en lo que pudo haber sido, este Holy Terror, resulta totalmente imposible pasar por alto mientras se lee el álbum que The Fixer, el protagonista enmascarado de la presente obra, es un trasunto del personaje creado por Bob Kane, mientras que Natalie Stack, a la que incluso se la define como una "ladrona felina" (sic), es una sosias de la Selina Kyle / Catwoman de DC, al mismo tiempo que adquiere características del personaje de Robin para devenir en sidequick del superhéroe protagonista (recordemos que el propio Miller ya nos ofreció un Robin femenino en su, insisto, magistral El regreso del Caballero Oscuro). Por lo tanto, el comisario de Policía Dan Donegal es una versión de James Gordon (incluso se le parece bastante físicamente), y no resulta difícil ver en Empire City una variación de la misma Gotham.
Ahora bien: no estando sujeto ni a la continuidad del Universo DC ni a las, por otro lado lógicas, imposiciones artísticas, comerciales e incluso morales de los editores del sello subsidiario del emporio Warner, Miller se muestra desencadenado en este Terror sagrado publicado por Legendary: haciendo uso de un estilo visual cercano a los títulos citados de Batman dibujados por él y a todos los experimentos visuales (como la combinación del blanco y negro con pinceladas de color) que llevó a cabo en su exitosa Sin City, y a la vez que retoma el formato apaisado de 300, el autor construye un relato enloquecido (y no necesariamente en el buen sentido del término) donde la violencia campa a sus anchas y donde negar el discurso subyacente (aunque no demasiado enterrado) de ideología racista que aboga por la supremacía del hombre blanco (estadounidense, desde luego) sería una absoluta necedad.
Por lo tanto, y ya para ir terminando, cabe preguntarse: ¿vale la pena este Holy Terror? Si nos limitamos a su valor como relato en sí, y más allá de su muy criticable ideología, yo creo que no, pues se trata de una historia de escaso interés que, además, está narrada de forma confusa, y donde en ocasiones las (muy numerosas) splash pages parecen sucederse sin solución de continuidad y al capricho de su autor. Pero los fans del Miller dibujante -entre los que me cuento, aunque no entre en mi Top 10 de ilustradores favoritos-, encontrarán, encontraremos, varias planchas de indudable belleza y fuerza visual, con esos característicos personajes de Miller, enseguida reconocibles como figuras monolíticas talladas en piedra. Luego, por supuesto, está además su indudable valor histórico, como testimonio de aquello lo que se ha convertido Miller hoy en día además de como ejemplo de la censura moral y comercial que impera en el mainstream superheroico al otro lado del Atlántico.
Y un último apunte: que Holy Terror se cierre con una dedicatoria por parte de Miller, "con respeto", al cineasta holandés Theo van Gogh (1957-2004), asesinado por un islamista compatriota suyo de origen marroquí, parece un intento de otorgarle una cierta solemnidad a un producto que no solo no la necesita, sino que gana enteros si se interpreta con ironía y humor (negro). Una ironía que mucho nos tememos no está presente en la mirada del propio autor.
Título: Holy Terror (Terror sagrado)
Autor: Frank Miller (guion y dibujo)
Editorial: Norma
Fecha de edición: octubre de 2012
120 pp. (color) - 29 €
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