martes, 6 de mayo de 2008
La lectura de las ruinas: El espíritu de la guerra
David Beauchard, alias David B., es uno de los autores más inclasificables y personales de la reciente bande dessinée, y gracias a La ascensión del Gran Mal, su obra magna, se ha convertido en un nombre clave de la historieta europea contemporánea. Ahora, y de la mano de Norma Editorial, tenemos la oportunidad de leer una obra que en su edición original data de varios años -fue editada en 2001-, pero que puede leerse como si hubiera sido concebida ayer.
La lectura de las ruinas parte de los relatos sobre la Primera Guerra Mundial que el abuelo del autor le contaba a este durante su infancia. Pero, tratándose de David B., ya imaginarán que no estamos ante una obra costumbrista sobre los horrores de la guerra, sino ante una narración sorprendente y fascinante que conjuga realidad y onirismo, amor y ensoñación, sangre y fantasmas.
La acción se desarrolla en 1917, y el protagonista del álbum y alter ego del lector es Jan Van Meer, un holandés agente de los servicios secretos aliados y reputado estudioso de mitos y costumbres, autor del libro El folklore de la guerra. En sus páginas ha estudiado los mitos que se han forjado con el paso del tiempo en las distintas contiendas bélicas que salpican lastimosamente la historia del hombre, desde la conversión de los soldados muertos en estrellas celestes a la fatalidad de soñar con un autobús -porque la palabra incluye a su vez "obús"-, sin olvidar el peligro de encender tres cigarrillos en mitad de la noche, lo que permite detectar al enemigo, apuntar y disparar al tercero de los fumadores.
Los altos mandatarios del ejército francés le encomiendan a Van Meer una peculiar misión: recorrer varios países de Europa en busca del ingeniero Hellequin antes de que este caiga en manos de las fuerzas alemanas. Hellequin es un excéntrico inventor que cuenta en su currículo con el cañón de sueños, el alambre vegetal o los hombres fécula, antropoides artificiales hechos de patata, fieles soldados y a la vez alimento de sí mismos, y sus logros no deben caer en poder del enemigo...
Pero la misión de Van Meer es una patraña, pues debe buscar a Hellequin pero no encontrarlo, siendo su única finalidad la de confundir y distraer a los servicios secretos alemanes. Pero contra todo pronóstico, en su primera parada -la ciudad de Londres-, será Hellequin quien acabe por encontrar a Van Meer, poniendo a ambos en peligro... y en el punto de mira de varias bandas de delincuentes que se reparten el submundo del hampa londinense.
De esta forma, David B. articula una historia que a modo de intriga al estilo de Tintín o Blake y Mortimer bebe igualmente del folletín, de los relatos de hazañas bélicas y del imaginario del fantástico europeo, de las criaturas artificiales al estilo de El gabinete del doctor Caligari o El Golem al lumpen tal y como lo mostrase Fritz Lang en M, el vampiro de Düsseldorf... Todo ello inmerso en un Londres o un París surgidos de las brumas que pueblan las novelas de quiosco.
Pero lo que menos importa, al menos en una primera lectura de la obra, es su trama detectivesca, sino el retrato de un mundo fascinante donde las ruinas conforman, en opinión de Hellequin, su propio alfabeto, y relatan con el paso de los años la evolución y el crecimiento del espíritu de la guerra. Hellequin, alucinado, advertirá a Van Meer, y con él al lector, de que el ser humano parece estar abocado a la destrucción total. No obstante, en las últimas páginas del relato, David B. deja entrever un resquicio de esperanza, siempre que acabe por sobrevivir un hombre de buena voluntad.
En cuanto al apartado gráfico (llamándolo apartado con todas las licencias del mundo, pues aquí el fondo y la forma constituyen un impecable todo), el francés hace gala de una línea clara, casi naif, que pese a ello se deja influir por las vanguardias de la época que retrata, del expresionismo alemán al cartelismo soviético, dando como resultado unas planchas de gran belleza cromática.
En definitiva: una obra exquisita, de gran belleza y múltiples lecturas, y que sin duda estará entre lo mejor de este 2008... en España. Pues aunque aquí la hayamos leído con un considerable retraso sea bienvenida su edición.
Título: La lectura de las ruinas
Autor: David B. (guión y dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: marzo de 2008
88 páginas (color) - 19,50 €
(+) Otras obras de David B.:
- Los complots nocturnos
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