Vaya por delante que lo que la Weinstein Company ha hecho con la distribución internacional de Grindhouse, el particular programa doble de Robert Rodriguez y Quentin Tarantino, separando sus dos segmentos y convirtiéndolos en dos películas independientes, no solo es una atrocidad artística, sino que cuenta con una justificación que se cae por su propio peso: al parecer, los productores consideran que en la mayoría de países, el concepto de programa doble es incomprensible porque no existe. Lo cual es absolutamente falso, como sabrán los asiduos de muchas sesiones de autocine, o aquellos que, como un servidor, han pasado su infancia y/o adolescencia en una ciudad de menos de 50.000 habitantes y con apenas una sala de cine.
Además, al seccionar el film, han amputado de paso tres de los cuatro trailers (falsos, pues publicitan películas inexistentes) que acompañaban a los dos largometrajes. Por ello, el espectador español (y el resto de europeos supongo que también) se perderá los avances rodados por Eli Roth (Hostel), Rob Zombie (La casa de los 1.000 cadáveres) y Edgar Wright (Zombies Party), y solo podrá disfrutar del divertídismo Machete, rodado por el propio Rodriguez, que protagonizan Danny Trejo, Jeff Fahey y Cheech Marin, y que precede a Planet Terror... el film que acaba de estrenarse en España.
No obstante, ocuparse de este Planet Terror como película independiente es un propósito baldío: por más que rodar una película de zombis (o así) fuera un antiguo proyecto de Robert Rodriguez, anterior al actual renacer del género provocado por las películas de Danny Boyle, Zack Snyder, Juan Carlos Fresnadillo y el veterano George Romero que están en mente de todos, el resultado final que ofrece Planet Terror tiene la impronta indiscutible de Tarantino... y muchos de sus tics recuerdan más a Pulp Fiction o, sobre todo, a Kill Bill, que a El mariachi, Spy Kids, The Faculty o Sin City.
A nadie se le escapa que el propósito del tándem Rodriuez-Tarantino, colaboradores fieles desde Abierto hasta el amanecer (dirigida por el primero; escrita y protagonizada por el segundo) y cuyo producto más mediocre es el decepcionante film de episodios Four Rooms, era el de recuperar el espíritu de las sesiones dobles; y si en el cine de ambos (pienso sobre todo en Sin City y en los tres primeros films de Tarantino) era una recuperación de ciertas constantes de la serie B, en Planet Terror (y deduzco que en Death Proof, el segmento de Tarantino, también), fijan su atención directamente en la serie Z, algo que ya adelantaba Kill Bill... dirigida, no lo olvidemos, por Tarantino, no por Rodriguez.
En Planet Terror hay de todo lo que se espera en una película de terror de bajo presupuesto. Por un lado, arranca de un punto de partida increíble que funciona como mera excusa de la que partir: un producto químico convierte a las personas que lo inhalan en una suerte de muertos vivientes que se alimentan de los no infectados y se descomponen poco a poco, a la vez que sirve de antídoto, tomándolo en dosis adecuadas, para mantener la enfermedad en estado latente.
Por otro lado, hay violencia gráfica, sexo gratuito, sangre por doquier, chichas explosivas, antihéroes chulescos y diálogos intrascendentes cuya única finalidad es la de alargar una trama que no da más de sí hasta alcanzar la duración estándar de una película que pretende exhibirse en los cines.
Pero uno de los mayores atractivos del proyecto Grindhouse afecta a la forma: Rodriguez y Tarantino han jugado con la estética del film, simulando que algunos rollos de sus películas están envejecidos por el uso, con colores quemados y saltos de eje; incluso han simulado quemar un fotograma y hasta la pérdida de un rollo que provoca un salto considerable en la acción.
El reparto, ajustadísimo, hace honor a las intenciones de sus responsables: además de actores de nueva hornada (Rose McGowan, Freddie Rodríguez, Marley Shelton) no faltan presencias habituales del cine de género de los años 80 y primeros 90, como Michael Biehn (habitual en el cine de James Cameron: Terminator, Aliens, Abyss) o Jeff Fahey (Cuerpo maldito, El cortador de césped), que aquí interpretan a dos hermanos, sheriff y propietario de un bar de barbacoa respectivamente; el maquillador y actor ocasional Tom Savini; o el veterano Michael Parks, que recupera su papel de Earl McGraw en Abierto hasta el amanecer y Kill Bill, y que reaparecerá en Death Proof.
¿Lo mejor del film? Pues además del trabajo de algunos actores (como Josh Brolin, un no acreditado y siempre estupendo Bruce Willis, o los mencionados Marley Shelton y Jeff Fahey, este último particularmente memorable), Rodriguez ha conseguido un film de ritmo impecable (pese a los tiempos muertos que provocan los diálogos intrascendentes), divertidísimo, con una banda sonora con reminiscencias al cine de John Carpenter y el exploit italiano, y que hace gala de giros argumentales tan desvergonzados como sorprendentes, y donde su realizador hace con el cine de terror y acción de serie Z, en cierta medida, lo que No es otra estúpida película americana hacía con el cine teen de los 80 y 90: una salvaje parodia, que a la vez funciona como película del género. Ahí es nada.
De esta forma, podemos decir de Planet Terror algo que ya decíamos respecto de Transformers, pero que se hace todavía más patente en el film de Rodriguez: estamos ante una de las películas más sinceras y honestas de la cartelera, si no la que más, y que ofrece al espectador nada más y nada menos que lo que le promete. Que este entre en el juego y guste o no del resultado final ya no está en manos de sus responsables.
Ahora solo queda esperar al estreno, dentro de unas tres semanas, de Death Proof, el segmento que dirige Quentin Tarantino y protagoniza Kurt Russell... cuyo trailer, como no podía ser menos, acompaña también la exhibición española de esta gozada para cinéfilos (y, sobre todo, cinéfagos) titulada Planet Terror.
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3 comentarios:
Ah, ¿Es mediocre, Four Rooms?
No lo sabía.
Divertida Planet Terror, pero con 45 minutos hubiera sido mejor. Mal por separarlas...
La verdad es que esta bastante mejor de lo que esperaba, teniendo en cuenta mi naturaleza cobardica hace que no me atraiga la casqueria. Pero al final ha resultado ser una gamberrada muy divertida.Para mi lo mejor son los homenajes a Carpenter.
Sobre el separar las pelis, para que les peguen una paliza.
Maravilloso homenaje a aquellos añorados " programas dobles " en los que, los que tenemos ya cierta edad, asistíamos al visionado de filmes de Serie, no ya " B ", sino " Z ", no va a dejar a nadie impasible. La gran mayoría no la soportarán. Pero para los que disfruten con ella, será una de esas películas que, con toda justicia, reciben el cariñoso apelativo de " filmes de culto ".
Me ha paredico extrordinaria. Como complemento a la información que aquí aparece, podéis leer en este Post la que se ha armado en varias Salas ( en una de ellas me encontraba yo presente ), al levantarse varios espectadores y dirigirse hacia las taquillas, con una cara muy parecida a la de los numerosos zombies de la peli, exigiendo el reintegro del dinero de su localidad, ante el " catastrófico " y " lamentable " estado de la copia que estaban exhibiendo.
Éstas cosas sólo pasan en España, jajaja.
http://lestat-missionimpossible.blogspot.com
Un cordial saludo.
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