Hoy volvemos a hablar -ya lo hicimos en un artículo de la añorada revista Gigamesh- de la aristócrata húngara del siglo XVI Erzsébet Báthory, al hilo de las obras -ambas tituladas La condesa sangrienta, ambas excepcionales- que le dedicaron dos poetas del siglo pasado: la francesa Valentine Penrose y la argentina Alejandra Pizarnik.
De este personaje histórico -al que dedicaron sendas novelas gráficas dos autores tan diferentes como Raúlo Cáceres y Pascal Croci-, de los libros de Penrose y Pizarnik y también de una antología con textos varios de la primera titulada La poeta surrealista hablamos en la columna de Abandonad toda esperanza de hoy:
La condesa Báthory, vista por el ilustrador argentino Santiago Caruso
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