Los espectadores más jóvenes relacionan su nombre con el cine de Álex de la Iglesia, pero Terele Pávez ha sido una presencia de valor incalculable en el cine español de las últimas décadas. La actriz nos dejaba el pasado viernes a la edad de 78 años víctima de un derrame cerebral en el Hospital La Paz de Madrid.
Terele Pávez (1939-2017)
Perteneciente a una familia de artistas -era nieta y bisnieta de compositores; hermana de las también actrices Emma Penella (esta ya fallecida) y Elisa Montés; y tía de Emma Ozores, hija de Elisa y el actor Antonio Ozores-, esta intérprete bilbaína de nacimiento pero madrileña de adopción debutó siendo una niña y de la mano de uno de los más grandes directores de nuestro cine: en Novio a la vista, Luis García Berlanga le dio su primer papel en el cine cuando apenas tenía doce años. Para ello fue fundamental la mediación de Jesús Franco, amigo de la familia de la actriz, que la dirigiría poco después junto a su cuñado Antonio Ozores en Tenemos 18 años.
La actriz (primera por la derecha) en una escena de su debut: Novio a la vista
En 1963 participa junto a sus hermanas Emma y Elisa en La cuarta ventana, dirigida por Julio Coll y única película en la que coincidieron las tres. Acto seguido, trabaja a las órdenes de Jorge Grau en El espontáneo y de Manuel Summers en No somos de piedra, dando inicio entonces a una fructífera etapa de su carrera en la que casi siempre desempeñaría papeles secundarios pero más que suficientes dado su talento como para dejar su impronta en la retina del espectador.
Junto a sus hermanas en La cuarta ventana, única ocasión en que coincidieron las tres
Su filmografía de los años setenta arranca con Fortunata y Jacinta, la adaptación de la novela de Pérez Galdós firmada por Angelino Fons y protagonizada por su hermana Emma Penella en el papel de Fortunata. En esa década también interviene, entre otros títulos, en las series de televisión basadas en las novelas de Vicente Blasco Ibáñez La barraca y Cañas y barro; así como en las películas La revolución matrimonial de José Antonio Nieves Conde, La espada negra de Francisco Rovira Beleta, Mala racha de José Luis Cuerda, Carne apaleada de Javier Aguirre y Tatuaje, la adaptación de una novela de Manuel Vázquez Montalbán protagonizada por Pepe Carvalho y que dirigió Bigas Luna.
La actriz participó en las dos series que devolvieron la fama a Vicente Blasco Ibáñez
En 1984 se estrena una de las películas más importantes de su filmografía y también del cine español: Los santos inocentes, adaptación de la novela de Miguel Delibes a cargo de Mario Camus. Precisamente las adaptaciones literarias serían un terreno habitual para la actriz, interviniendo en versiones para la gran pantalla de textos de Ramón J. Sender (Réquiem por un campesino español), Juan Benet (El aire de un crimen) o Ramón Gómez de la Serna (Los días del cometa). También se dejó ver en el film de episodios Delirios de amor, la muy curiosa La noche de la ira, El hermano bastardo de Dios, El Lute II: Mañana seré libre o Diario de invierno, colaborando así con directores de la talla de Vicente Aranda o Francisco Regueiro.
Junto a sus compañeros de reparto de Los santos inocentes, un hito de nuestro cine
La década de los años noventa, además de darle la oportunidad de participar en otra adaptación de Vázquez Montalbán (El laberinto griego), marca el principio de su colaboración con Álex de la Iglesia: el director de Los crímenes de Oxford le ofrece un papel secundario pero de fuerte presencia en El día de la bestia, película que triunfa en la taquilla y supone un antes y un después en el cine fantástico patrio. El vínculo profesional entre el realizador y la actriz se prolongaría a lo largo de los años con las películas La comunidad, 800 balas, Balada triste de trompeta, Las brujas de Zugarramurdi -que le valió su único Goya, a la Mejor Actriz de Reparto del año, después de otras cuatro nominaciones fallidas-, Mi gran noche y la reciente El bar, además del telefilm La habitación del niño y la serie Plutón B.R.B. Nero.
Por su papel de Las brujas de Zugarramurdi obtuvo su único premio Goya
Al mismo tiempo que colabora con De la Iglesia, la actriz participa en algunas representaciones teatrales, en un gran número de cortometrajes y en la populares series televisivas Cuéntame cómo pasó y Buscando el Norte. Pero todavía tiene tiempo de participar en películas destacadas como La Celestina, adaptación del clásico de la literatura española y una de las pocas ocasiones en las que pudo encarnar a la protagonista principal del film; o los dos filmes en los que se puso a las órdenes de Agustí Villaronga: la interesante aunque fallida 99.9 (donde encarna a uno de sus personajes más memorables e inquietantes) y la reciente Incierta gloria, una de las últimas oportunidades que tuvimos para disfrutar de su imponente presencia y su característica voz rasgada en la gran pantalla.
Junto a un recuperado Fernando Esteso en Incierta gloria, uno de sus últimos filmes
Teresa Marta Ruiz Penella, llamada Terele Pávez, nació en 29 de julio de 1939 en Bilbao (España), y falleció en 11 de agosto de 2017 en Madrid (España); tenía por tanto 78 años. Descanse en paz.
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