Como el propio autor confiesa en el prólogo a este primer volumen, de título "Las profundidades", Concrete parte de una sencilla premisa: qué haría él (y, por extensión, el lector) en una situación tan extraordinaria como la que vive el protagonista: de buenas a primeras, un escritor llamado Ron Lithgow se ve atrapado en un cuerpo artificial, que lo hace casi invulnerable. Este sorprendente hecho lo pone en la picota de la prensa internacional, convirtiéndose en un héroe para unos, un monstruo para otros... y un producto de marketing para todos.
El autor se permite con gran osadía convertir lo que para muchos habría sido un cómic de superhéroes más en un emocionante slice of life, que por más que tenga tintes fantásticos está más cerca de Strangers in Paradise o Ghost World que de Hulk o Superman.
Las historias incluidas en este tomo abarcan de 1986 a 2000, y tienen extensiones dispares. Personalmente destacaría la literatura de primera calidad que Chadwick consigue en "Una travesía transatlántica", donde los protagonistas se ven atrapados en un bote a la deriva: los momentos de intimidad, en los que la piel de uno de ellos se pega a la piel de otra superviviente, en un intento de seguir sintiendo, perduran vivamente en la mente del afortunado lector.
No nos extenderemos más al respecto: el próximo viernes encontraréis en este vuestro blog un enlace a una columna donde seguiremos comentando la espléndida obra de Paul Chadwick. De momento, aquí queda nuestra más encarecida recomendación: Concrete es uno de los pocos cómics verdaderamente imprescindibles de entre lo editado este verano que acaba de finalizar.
Título: Concrete nº 1: Las profundidades
Autor: Paul Chadwick (guión y dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: junio de 2006
208 páginas (b/n) - 14 €
[Imagen: Sketch de P. Chadwick, cortesía de Pedro de la Ossa y Leticia Medina.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario