Abandonad toda esperanza

jueves, 21 de febrero de 2013

Escuadrón Suicida: Un regreso muy esperado




Tengo que reconocer que siempre he sentido una debilidad por el Escuadrón Suicida. Descubrí la ya mítica etapa guionizada por John Ostrander en su momento, cuando fue publicada por la desaparecida Ediciones Zinco allá por finales de los años 80. No la leí completa ni mucho menos, pero los números que cayeron en mi poder fueron suficientes para convertir al grupo en general y a alguno de sus personajes en particular en unos de referentes favoritos de un servidor dentro del Universo DC del momento. Un crossover posterior con La Patrulla Condenada (en su etapa pre Morrison), esta sí una colección que seguí y leí completa, no hizo sino confirmar mi admiración por los personajes y el concepto que sustentaba sus peripecias.




Y este concepto no era sino el de constituir un grupo de supervillanos reciclados (o así) en héroes a causa de una razón tan poco honrosa como la de reducir o conmutar su condena por los crímenes que habían cometido; una premisa que resultaba de lo más atractiva para los lectores adolescentes que buscámos personajes un tanto distintos de la norma imperante. Por supuesto dicha premisa no tenía nada de original, y le resultaría familiar a cualquiera que hubiese visto Doce del patíbulo, la estupenda película bélica de Robert Aldrich donde Lee Marvin reconvertía a a un grupo de criminales (interpretados por, entre otros, Telly Savallas, John Cassavetes, Charles Bronson o Jim Brown) en auténticos héroes de guerra.




Así pues, tenía muchas ganas de volver a ver en acción al grupo, aun sabiendo que la mayoría de sus miembros eran nuevos y que por tanto de aquel Escuadrón Suicida de los 80 que despertaba mi nostalgia apenas quedaba nada. Y es que después de un par de intentos frustrados para devolver a este grupo a la actualidad -para conocer mejor la historia de la cabecera, me permito remitir al interesado al artículo "Villanos unidos" firmado por Fran San Rafael y recogido en el presente volumen-, el Escuadrón Suicida vuelve por fin por todo lo alto al Nuevo Universo DC de la mano del guionista de televisión Adam Glass... y de una larga nómina de dibujantes, entre los que destaca Federico Dallocchio, ya que aquí los distintos ilustradores se turnan para representar las peripecias del Escuadrón según los hechos se narren en presente o sean flashbacks que pertenezcan al pasado.




Este tomo de ECC, que incluye las ocho primeras entregas de esta nueva cabecera dedicada al grupo que antaño liderara Rick Flag Jr., lleva por subtítulo "El origen de Harley Quinn", y es que este personaje -cuyo origen se (re)define aquí- conocido por ser la novia del Joker es uno de los nuevos (y más carismáticos) miembros del equipo, y viene a ejercer un tanto el papel que en su día encarnó la Encantadora, una villana que sufría un trastorno muy similar a la esquizofrenia. El resto del núcleo duro de la llamada Fuerza Especial X -eufemismo gubernamental políticamente correcto para lo que no es sino el nuevo Escuadrón Suicida- lo conforman Deadshot (en el pasado uno más del equipo, hoy su líder muy a su pesar), El Diablo, Savant, Rey Tiburón y Araña Negra; junto a estos también aparecerán Yoyó, las hermanas gemelas Atención y Foco... y un viejo conocido de los lectores de la etapa de Ostrander y Luke McDonnell, de cuyo encuentro con Deadshot saltarán chispas y cuya identidad preferimos reservarnos para no aguarle la sorpresa al futuro lector.




La que sí continúa al frente de todo el proyecto es Amanda Waller, que sigue ejerciendo de enlace del equipo con el gobierno de los Estados Unidos, y que aunque ahora está mucho más delgada sigue siendo igual de manipuladora y pragmática que entonces. Y es que la idea base de la colección a la que hacíamos referencia líneas atrás continúa presente: los personajes centrales, lejos de ser héroes sin tacha, luchan por causas más o menos nobles (aquí, situaciones tan problemáticas como un motín de villanos en la presión de Belle Rêve o una situación de contagio por un misterioso virus tecnológico dentro de un estadio atestado de civiles inocentes) solo para reducir el tiempo de su condena, y son capaces de ejecutar sin pestañear siquiera no ya a personas inocentes sino también a miembros de su propio equipo si ello va a servir a sus propósitos.




También sigue presente, gracias al empleo de personajes secundarios del Universo DC, aquella sensación muy de agradecer de la que hacía gala la etapa de los 80: el lector siente que todo es posible y que cualquier personaje, incluso algún protagonista, puede morir en cualquier momento luchando contra el enemigo... o contra sus propios compañeros; sorpresas de esta índole, el lector se encontrará ya unas cuantas en esta primera entrega. Así, y sin que por ello podamos hablar de ninguna obra maestra del cómic, este Escuadrón Suicida vuelve a parecerme un agradecible oasis de ligera amoralidad dentro de los siempre escrictos cánones y márgenes del mercado mainstream. Y es que la sombra del prácticamente desaparecido Comics Code Authority sigue siendo alargada...




Ahora solo queda esperar que el siguiente volumen de la edición española, en el que el madrileño Fernando Dagnino desembarca como dibujante titular de la colección, no tarde mucho en aparecer por estos lares.


Título: Escuadrón Suicida. El origen de Harley Quinn
Autores: Adam Glass (guion) / Federico Dallocchio et alii (dibujo)
Editorial: ECC
Fecha de edición: enero de 2013
184 pp. (color) - 16,95 €

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