Arranquemos hoy con una pregunta tan sencilla como directa, que se dibuja en nuestra mente al poco de terminar de ver esta producción inmunda: ¿es Creepshow III la peor película de terror de la historia del cine? Pues dejando a un lado que toda esta clase de afirmaciones siempre tiene una gran carga de relatividad -y es que el talento no es cuantificable en términos matemáticos, y en cuanto a las opiniones, como ya dijo Harry Callahan, estas son como los culos: todo el mundo tiene una-, el hecho de que uno se llegue a plantear esa posibilidad ya dice bastante de lo nefasta que resulta esta secuela trasnochada del clásico de George A. Romero y Stephen King.
Todos los fans del género de terror recuerdan con bastante cariño la primera Creepshow de 1982, un film que sin ser de lo mejor de Romero -sus mejores películas podrían ser, claro, La noche de los muertos vivientes y su primera secuela Zombi, así como la estupenda Atracción diabólica y la muy reivindicable, enfermiza y de culto Martin-, recuperaba para la gran pantalla las películas de terror en episodios al estilo de algunos filmes británicos, con o sin la Amicus detrás, como la mítica Doctor Terror o Asylum, aka Refugio macabro (de Noche en el tren del terror mejor nos olvidamos). Escrita por un Stephen King inspirado por los tebeos clásicos de miedo de la EC Comics -ya saben, Vault of Horror, Haunt of Fear y similares- y de la factoría Warren, la cinta estuvo protagonizada por un estupendo reparto que incluía a Hal Holbrook, Adrienne Barbeau, Fritz Weaver, Leslie Nielsen -en España, "el del pelo blanco"-, Anne Bancroft, E. G. Marshall, Ed Harris, Ted Danson y el propio escritor, aquí protagonizando un relato inspirado en "El color que cayó del cielo" de H. P. Lovecraft y donde demostró su inconmensurable talento para interpretar a un tonto de remate.
Esta cinta tuvo un éxito considerable, lo cual originó una secuela estrenada un lustro después, Creepshow 2, firmada por Michael Gornick y escrita por Romero a partir de historias urdidas por King. El resultado fue bastante inferior al original, pero nadie podía imaginar que dos décadas después, en el 2006, llegaría esta demencial y vergonzante Creepshow III que, por comparación, hace que aquella segunda entrega que contaba las tres historias del indio de madera que resucitaba, la masa negra que atacaba a unos bañistas y el mendigo atropellado que se resistía a morir -este, sin duda, lo mejor del film- se nos antoje una pieza magistral del cine de terror de todos los tiempos.
Y es que este engendro, firmado por Ana Clavell y James Glenn Dudelson -no tengo el gusto de saber quiénes son, ni ganas que tengo-, tiene la osadía de contar cinco historias a cuál más sosa y aburrida. Para que se hagan una idea de lo soporífera que es, tengan en cuenta que un servidor suele ver las películas de un tirón, no gustando de verlas "a trozos", pero con este Creepshow III no pudo menos que racionar el visionado a un relato por día, con tal de soportar el suplicio de aguantar los quince o veinte minutos que dura cada historia por jornada... y solo por poder avisarles de lo mala que es en este vuestro blog.
Veamos: la primera historia está protagonizada por una adolescente que, tras una aburrida jornada en el colegio, regresa a su todavía más aburrida vida en la zona residencial donde vive. Allí descubre que su padre ha comprado un mando a distancia para el televisor... que cada vez que es utilizado altera la realidad circundante, cambiando la identidad de la familia al mismo tiempo que la protagonista empieza a mutar desagradablemente...
El segundo relato cuenta cómo un segurata compra una radio de segunda mano a un vagabundo en el barrio deprimido donde reside, y de cómo esta radio empieza a hablarle y a controlar sus actos haciendo uso de sus instintos más repudiables, hasta desembocar en un sangriento desenlace.
En el tercer segmento, una prostituta que ejerce de asesina en serie de aquellos que reclaman sus servicios no tiene ni idea de que su nuevo cliente, un adolescente que aprovecha la supuesta ausencia de sus padres, es en realidad un monstruo ávido de sangre que va a dar buena cuenta de ella...
En la cuarta historia, dos alumnos aventajados de un científico acuden a la casa de este a celebrar su matrimonio con una apuesta señorita muchos años más joven que él. Los pupilos sospechan que la chica en cuestión no es humana, sino un ser artificial creado por su mentor... lo cual dará pie a un equívoco de lamentable y cruento desenlace.
Finalmente, el quinto y último relato está protagonizado por un doctor de conducta tan arrogante como estúpida que trata a sus pacientes de la peor manera posible... hasta que sus actos se vuelven contra él.
Hale. ¿Qué les parece? El colmo de la originalidad, ¿verdad? Pues lo único que se les ocurrió a los directores (y co guionistas) del film para darle empaque es cruzar algunos personajes secundarios en determinados momentos, al estilo de Vidas cruzadas, para dotar al film de una vacua sensación de transcurrir en un universo propio y cerrado, así como de usar unas pobres secuencias de animación para armar el film, como ya hicieran los fragmentos presentados por el Creeper, a modo de maestro de ceremonias, en las dos cintas precedentes.
Sé que en esta sección el que esto firma intenta resultar mínimamente gracioso, pero créanme que Creepshow III agota el sentido del humor (y, de paso, la paciencia) a cualquiera. Les ruego que si tienen que confiar por una vez en un servidor, sea en esta, y no acaben sufriendo el calvario que viví los cinco días que duró el visionado de esta menudencia, y en los que tuve la sensación de que el film duraba precisamente eso, cinco días con sus cinco noches como cinco soles (o cinco lunas). En definitiva: una pesadilla para olvidar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Toda la razón. Creepshow 3 es un insulto a esta saga. Es pésima, la mires por donde la mires, y esos efectos son lo más patético que he visto en muchísimo tiempo. Aparte que no venía a cuento sacar una 3ª película (¿¿veinte años después??) en fin... un despropósito.
Saludos!
Publicar un comentario