Gracias al éxito entre público y crítica de la adaptación cinematográfica de Persépolis, la autora franco-iraní Marjane Satrapi está de moda: el film en cuestión fue uno de los triunfadores del pasado Festival de Cannes, y enseguida fue seleccionado para representar a Francia en los próximos Oscar. Finalmente no ha logrado ser elegida como una de las nominadas a conseguir la estatuilla de Mejor Película de Habla No Inglesa, pero sí competirá en la categoría de Mejor Film de Animación contra Ratatouille y Locos por el surf.
Así pues, todavía se subrayaba más nuestra deuda con la obra de Satrapi, de la que solo conocíamos hasta ahora el citado Persépolis, su libro más célebre. Por ello nos hemos decidido a recuperar sus otras dos obras publicadas, dejando a un lado Ajdar, dedicada a un público infantil (espectro lector este al que la autora se dedicó al comienzo de su carrera) y editada en España como el resto de su obra por Norma Editorial.
"Hablar a espaldas de los otros sirve para airear el corazón", opina la abuela de Marjane Satrapi, y así lo capta la autora en las páginas de Bordados. En esta obra, Satrapi recupera -como en Persépolis- recuerdos propios para construir un relato en cierta medida autobiográfico: pero si en aquella era ella misma el personaje central del libro, en este Bordados el protagonismo es coral, repartiéndose a partes iguales entre varias mujeres que representan un amplio espectro del sector femenino de la sociedad iraní.
Como no podía ser de otra forma, la abuela de la autora es el eje central de esta reunión de mujeres: personaje clave en la formación moral y ética de Satrapi, la anciana era uno de los personajes secundarios clave de Persépolis, y aquí articula una serie de relatos contados por mujeres alrededor de unas tazas de té, que se saborean después de comer mientras los hombres de la familia duermen la siesta.
El título original de la obra, Broderies, remite en Francia a tres conceptos bien distintos, que aquí hacen acto de presencia y se entrelazan, nunca mejor dicho, en las historias que se cuentan: además del consabido adorno de un tejido con cosidos en relieve, un bordado es también un cotilleo, un chisme (algo muy presente en la vida de estas mujeres)... y es igualmente la reconstrucción artificial del himen con el fin de simular la conservación de la virginidad; aspecto este muy importante en una sociedad como la iraní, marcada por el machismo y la desigualdad entre hombres y mujeres a muchos niveles.
Matrimonios concertados, infidelidades consentidas, virginidad perdida en un arrebato de pasión... Todos estos elementos que se sacan a la luz en un ambiente distendido, un marco de confidencias femeninas que recuerda al de filmes como Comer, beber, amar de Ang Lee, El club de la buena estrella de Wayne Wang (según la novela de Amy Tan) o Pleno verano de Tran Anh Hung. Curiosamente, todas ellas narraciones que, como Bordados, proceden del Lejano Oriente.
Si el punto fuerte de Bordados es la cotidianeidad que logra reflejar los lápices de Satrapi, la profunda sensación de realidad que consigue transmitir al lector, a lo que contribuía su factura aparentemente descuidada, Pollo con ciruelas presenta un acabado gráfico mucho más trabajado, así como una narración más rica en sutilezas.
Pollo con ciruelas es posterior a Persépolis, y se nota: aunque a primera vista pueda parecer que el estilo gráfico de Satrapi es siempre el mismo, caracterizado por el trazo sencillo, casi naif, de su pluma, el salto evolutivo que va de Bordados a esta historia ambientada en el Teherán de 1958 es más que considerable.
El protagonista de Pollo con ciruelas es Nasser Ali, un padre de familia que empieza a perder las ganas de vivir cuando, después de una discusión conyugal, su esposa le rompe sin pensárselo dos veces su tar, el instrumento de cuerda que le ha acompañado durante toda la vida. A partir de ahí, Nasser se ve sumido en una gran depresión que amenaza con arrebatarle la vida.
La obra, justa merecedora del Premio al Mejor Álbum en el Salón de Angoulème de 2005, revela enseguida que Nasser Ali acaba muriendo debido tan solo a las ganas que tenía de morirse: el 22 de noviembre de 1958, y despues de probar varios instrumentos que no lograron devolverle la alegría ni hacerle olvidar al instrumento perdido, Nasser Ali es enterrado en el cementerio Zahiroldoleh, en el norte de la ciudad.
A partir de ahí, Marjane Satrapi vuelve atrás en el tiempo y relata pormenorizadamente los últimos ocho días de vida del protagonista, ocho jornadas marcadas por la espera de una muerte inminente y la voluntad de dejar un buen recuerdo a sus hijos, así como por el continuo enfado con su mujer (en una relación que empezó con afecto pero sin amor verdadero, y que se fue agriando con los años); la presencia de sus familiares, tanto vivos (su hermano) como muertos (su madre); o los evocadores sueños eróticos con un fetiche cinematográfico de la talla de Sophia Loren.
Menos sujeto a la realidad social de Irán que Bordados, no digamos ya que Persépolis, Pollo con ciruelas se revela como una obra mayor de su autora, por más que en extensión sea la menor de todas ellas (su extensión no alcanza las noventa páginas). Se trata de una narración mucho más rica de lo que puede parecer a simple vista.
Apostamos a que, como nos ha ocurrido a nosotros, aquellos que conozcan a Marjane Satrapi tan solo por su obra más famosa, recientemente llevada a la gran pantalla por la propia autora en compañía de Vincent Paronnaud, no se sentirán defraudados si les dan una oportunidad a estas dos estupendas lecturas.
Título: Bordados
Autor: Marjane Satrapi (guión y dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: enero de 2008 [3.ª edición]
136 páginas (b/n) - 15 €
Título: Pollo con ciruelas
Autor: Marjane Satrapi (guión y dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: enero de 2008 [3.ª edición]
88 páginas (b/n) - 14 €
(+) Persépolis (Integral)
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1 comentario:
siii marjane es mi escritora favorita ^^ tengo todos sus comics e icluso ajdar ^^
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