Antes llega la muerte era uno de los sus trabajos que más atención nos llamaban. Si un servidor no recuerda mal, se trata de uno de los westerns favoritos de Álex de la Iglesia. Ahora que hemos tenido la ocasión de verla, no nos extraña nada. Y es que estamos ante una película del oeste magnífica, a medio camino entre los clásicos de los que viene el género y la nueva vuelta de tuerca que experimentará en unos años: el western europeo, con el spaghetti western como más famoso exponente y el cine de Sergio Leone como buque insignia.
Antes llega la muerte cuenta las peripecias de un convoy a través de territorio indio y del desierto que tiene la finalidad de llevar a una mujer enferma de un tumor cerebral a la gran ciudad, donde podría tener una oportunidad de ser operada. La expedición, liderada por el marido (encarnado por un magnífico Jesús Puente), cuenta entre sus filas con una caterva de pistoleros, incluyendo al ex novio de la joven.
Lo que en un principio parecía iba a ser una historia convencional más del género, pronto se revela como un film existencial, amargo, que juega con las convenciones del mismo: véase si no a los personajes antitéticos de Bob Carey y Ringo, interpretados por Paul Piaget y Claudio Undari, aka Robert Hundar... dos enemigos encarnizados pero obligados a trabajar juntos, y de los que pronto advertimos que no responden a la dualidad arquetípica Bien / Mal del modo que esperábamos.
Por si esto fuera poco, el film cuenta con numerosos hallazgos, como ese pistolero con ambas manos inutilizadas; los ajustadísimos toques de humor, sin llegar a la autoparodia de algunos títulos de Valerii, Castellari o el famoso ciclo de Bud Spencer y Terence Hill; por no hablar del personaje de 'Apuestas' encarnado por el habitual Fernando Sancho, que, en el caso de que ésta fuese una película actual y de serie A, ganaría sin duda el Oscar al Mejor Actor de Reparto.
Otro de los aciertos del film es la partitura original de Riz Ortolani, que bebe de la épica de los clásicos del género, en unos años previos al furor mimético desatado por el (merecido) éxito de las composiciones de Ennio Morricone.
Antes llega la muerte, título de brutal honestidad para esta cinta de desenlace desolador, no hace sino acrecentar el prestigio de algunos cineastas que, como Romero Marchent, pusieron su talento al servicio de ciertas convenciones narrativas para, cuando el talento de los guionistas y la voluntad de la productora se lo permitían, ir un poco más allá. Háganme caso y no se la pierdan.
Y si he conseguido despertar su interés, no se pierdan tampoco este interesante artículo publicado en Pasadizo.
[Imagen: Sergio Leone.]
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