Por ello, a la hora de valorar un cómic del género, al lector le afecta más su bagaje respecto de los personajes, todo aquello que conozca de los mismos y los sentimientos y sensaciones que sus desventuras le despierten, que lo que en sí narren los autores del producto a lo largo de sus páginas.
Por eso, y por mucho que un servidor conozca buena parte de su historia, siendo lector habitual más de Marvel que de DC, no puede menos que sentirse defraudado ante buena parte del material superheroico de esta última que se publica actualmente (dejando aparte obras más conseguidas como Crisis de identidad, gracias a los guiones de Brad Metzler, o claro está, la reedición de clásicos como los Nuevos Titanes de Wolfman y Perez o The Question).
Así sucede con este Robin: Desenmascarado, que recoge cinco números, un arco argumental completo, de la colección norteamericana del sidequick de Batman. En ella vemos como Tim Drake decide abandonar su carrera (primero por voluntad propia, luego por orden de su padre) dejando así el puesto libre para Stephanie Brown, alias Spoiler, que así se convierte en la cuarta Robin tras Dick Grayson, el fallecido Jason Todd y Drake.
Como imaginarán por lo dicho hasta ahora, y salvo que el lector sienta una especial predilección por los personajes del caballero oscuro de Gotham y su compañero, la obra se lee con facilidad y agrado, pero se olvida tan fácilmente como se lee. Una lástima viniendo firmada por Bill Willingham, autor de obras magníficas como la divertidísima y picante Ironwood o la magnífica Fábulas, también para DC, pero dentro de la línea Vertigo. Que no es lo mismo, como muchos de ustedes sabrán.
Título: Robin: Desenmascarado
Autores: Bill Willingham (guión) / Francisco Rodríguez de la Fuente - Damion Scott (dibujo)
Editorial: Planeta de Agostini Comics
Fecha de edición: octubre de 2006
112 páginas (color) - 9,95 €
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