Amiga mortal fue el título de una joya del cine de serie B que Wes Craven dirigió en la década de los 80, y que protagonizó Kristy Swanson, años más tarde la Buffy cazavampiros de la pantalla grande. Pero nos viene como anillo al dedo para titular estas notas sobre la cinta coreana Dead friend.
Que el cine de terror asiático ha revolucionado el género es un hecho que nadie negará. Pero lo que también empieza a hacerse palpable es que si no consiguen renovar su propia estética van a acabar repitiéndose aún más de lo que ya lo hacen, y el personal acabará cansándose.
Esta es la sensación que muchas veces provoca Dead friend, donde la protagonista, una joven que padece amnesia, ve cómo sus compañeras de clase van muriendo una a una en manos de una extraña presencia.
Demasiado deudora, tanto a nivel narrativo como sobre todo estético, de las películas de Hideo Nakata, la cinta de Tae-kyeong Kim ya no provoca la sorpresa de aquellas: el surgimiento del fantasma del suelo ya no inquieta tanto como la inolvidable aparición de Sadako a través del televisor en El círculo (Ringu), y la presencia constante del agua ya no eriza los sentidos como lo hiciera en Dark water.
Finalmente, las sorpresas del último tramo levantan algo el interés, conforme la protagonista empieza a recordar y se van descubriendo los ases que el director se escondía en la manga. Pero todo ello no consigue hacer de Dead friend una película realmente memorable.
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3 comentarios:
Muy de acuerdo contigo en lo de que se empiezan a repetir demasiado (si no lo han estado ahciendo siempre)... y es que el terror japonés se ha acabado convirtiendo en "Películas de tias con los pelos en la cara"
Malvado soy...
Coreano en este caso... pero nos entendemos.
Sí, y si no la has visto, acertaste. Has descrito tal cual al fantasma del film.
Lo cual, como bien dices, no tiene mucho mérito...
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