
Que el cine de terror asiático ha revolucionado el género es un hecho que nadie negará. Pero lo que también empieza a hacerse palpable es que si no consiguen renovar su propia estética van a acabar repitiéndose aún más de lo que ya lo hacen, y el personal acabará cansándose.
Esta es la sensación que muchas veces provoca Dead friend, donde la protagonista, una joven que padece amnesia, ve cómo sus compañeras de clase van muriendo una a una en manos de una extraña presencia.

Demasiado deudora, tanto a nivel narrativo como sobre todo estético, de las películas de Hideo Nakata, la cinta de Tae-kyeong Kim ya no provoca la sorpresa de aquellas: el surgimiento del fantasma del suelo ya no inquieta tanto como la inolvidable aparición de Sadako a través del televisor en El círculo (Ringu), y la presencia constante del agua ya no eriza los sentidos como lo hiciera en Dark water.

Finalmente, las sorpresas del último tramo levantan algo el interés, conforme la protagonista empieza a recordar y se van descubriendo los ases que el director se escondía en la manga. Pero todo ello no consigue hacer de Dead friend una película realmente memorable.
3 comentarios:
Muy de acuerdo contigo en lo de que se empiezan a repetir demasiado (si no lo han estado ahciendo siempre)... y es que el terror japonés se ha acabado convirtiendo en "Películas de tias con los pelos en la cara"
Malvado soy...
Coreano en este caso... pero nos entendemos.
Sí, y si no la has visto, acertaste. Has descrito tal cual al fantasma del film.
Lo cual, como bien dices, no tiene mucho mérito...
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