Abandonad toda esperanza

lunes, 16 de junio de 2008

Libros de Sangre (XXIV): En persona

"He visto el futuro del terror, y su nombre es Clive Barker."
- Stephen King



El cuarto volumen de la edición de los Libros de Sangre realizada por La Factoría de Ideas se abre con En persona, uno de los relatos más extensos, a la vez que de los más ambiciosos y conseguidos, de la antología de Clive Barker.

Con "En persona", el autor de Hellraiser ofrece su particular versión de uno de los temas más habituales del género terrorífico, el de la posesión; si bien aquí este se nos muestra alejado de toda connotación religiosa y/o diabólica... salvo que al hablar del Diablo nos refiramos a los demonios que pueblan los más oscuros corazones de las personas que caminan sobre la faz de la Tierra.



El relato de Barker, que como decíamos es uno de los más extensos de los Libros de Sangre, tiene por único escenario (al menos, físico) la prisión estatal de Pentonville. Entre sus cuatro paredes se encuentra Cleveland Smith, Cleve para el resto de presos, cumpliendo una condena menor por estafa. Cleve recibirá del supervisor de su sección, que confía en su mano derecha, la misión de mirar por el bienestar de su nuevo compañero de celda, el joven y escuálido Billy Tait. Lo que Cleve desconoce es que su misión se verá amenazada no solo por patanes como Lowell, uno de los matones del recinto, sino por fuerzas que no son de este mundo...



Y es que Billy es nieto de Edgar Saint Clair Tait, uno de los asesinos en serie más recordados del lugar, y que años atrás falleció y fue enterrado en Pentonville. Al parecer, Billy ha hecho todo lo humanamente posible por ser encerrado en la misma cárcel donde descansan los restos de su abuelo, y se siente destinado a reencontrarse con él y ayudarle a que vuelva al mundo de los vivos...

Lo que podría haberse quedado en una mera revisión de los cuentos sobre posesión demoníaca de una a otra generación familiar, en manos de Clive Barker se convierte en un ambicioso y espléndidamente urdido relato que viene a explicar, más allá de su punto de partida, que "el asesinato anida en la mente de la raza humana", y explica en su tan hermoso como inquietante requiebro final de qué manera el pecado, ese concepto que tiene fascinado al mismo Cleve, llegó a nuestro mundo.



Para ello, el escritor británico construye una historia que en muchas ocasiones bordea lo onírico, y que trasciende las paredes y las rejas de Pentonville para dejarse llevar por los ásperos caminos de arena que conducen los pasos del viajero a una ciudad perdida en mitad del desierto. Una ciudad, la de los asesinos, conformada por los distintos escenarios de numerosos crímenes, aquellos donde los culpables se ven condenados a expiar su culpa reviviendo sus deleznables actos por toda la eternidad...



"En persona", en Libros de Sangre (vol. 4)
Clive Barker
Madrid, La Factoría de Ideas, 2006, pp. 9-74.

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