jueves, 17 de abril de 2008
Cruel Thing: El beso de la muerte
Cruel Thing podrá gustar más o menos, pero hay que reconocerle a sus autores, los argentinos Lean y Luciano Vecchio, una valentía y ambición no muy habituales en debuts literarios, como es el caso. Primero, por las innegables connotaciones filosóficas de su protagonista; y segundo, por rasgos temáticos y estéticos -por ejemplo, la presencia de escenas de sexo bastante explícitas- que podrían alejarlo del indudable target de una obra como esta: los lectores adolescentes fascinados por la estética gótica que disfrutan de las películas de Tim Burton, las historias de Lenore y Emily the Strange o las ilustraciones de Victoria Francés.
Este primer volumen, editado por Norma Editorial a finales del año pasado y que debería tener una continuación en el próximo verano, sienta las bases de la obra y presenta a su protagonista: un misterioso ser etéreo, a medio camino entre un espíritu y un vampiro, que carece de nombre -el ambiguo título de la obra, que podría traducirse como "Algo cruel", hace referencia a su figura-, y que se debate entre el mundo real y tangible y el sobrenatural e inasible, así como entre el Bien y el Mal.
El personaje central y el mundo en el que se mueve son descritos en los siguientes términos en la web oficial de la obra: "Cruel Thing, el protagonista, es un ser que sufre de una constante dualidad entre su amor hacia la humanidad y la necesidad de matar para mantener su supervivencia, mientras trata de hallar esa verdad sobre sí mismo. Ha perdido la memoria y no conoce más que una vida reducida a la búsqueda de personas de un carácter concreto, capaces de calmar su hambre y ofrecerle la fuerza y consistencia física que necesita para una existencia 'real'. Estos individuos son siempre sujetos marcados por el deseo interior de ser profundamente seducidos, cambiados, que sienten una terrible soledad o que, simplemente, anhelan y buscan la propia muerte. Será entonces cuando Cruel Thing actúe como emisario o redentor de esas pobres almas que buscan algo de lo que carecen, y que él les proporcionará al más alto precio: sus propias vidas. Ángel a la vez demonio, Cruel Thing ha de convivir con esta tortuosa duplicidad, con el dolor que le produce quitar la vida a un ser humano, cuyo sufrimiento llega a compartir, y el placer que le proporciona el crimen al devolverle a la vida física".
De esta forma, el guión urdido por Leandra Martínez, alias Lean, presenta a un personaje repleto de dudas acerca de sí mismo -véase el episodio "Elemento", que plantea sus dudas respecto de su propia condición existencial- que se extrapolan a la experiencia del lector. Su circunstancia se va desvelando poco a poco, y es curiosamente el "Epílogo" que cierra el libro el capítulo más revelador del mismo: al parecer, Cruel Thing es un ser capaz de manipular la materia, y que por tanto no está sometido a las ligaduras del mundo físico. Esta capacidad le será imprescindible para llevar a cabo su misión, que no es otra que alimentarse de la vitalidad de aquellos que viven experiencias al límite o que, sencillamente, anhelan morir.
Por tanto,y como decíamos al comienzo, estamos ante una obra de grandes ambiciones, que pese a su indudable deuda respecto de la estética goth y la obra de los autores que la guionista admira y/o cita como influencias (Alejandro Jodorowsky, Alan Moore y -muy especialmente, nos permitimos añadir- Neil Gaiman), intenta alejarse de los caminos más trillados del (sub)género.
Este primer volumen presenta diez historias, contando como tales el "Interludio" y el "Epílogo" antes mencionado, y a lo largo de ellas se nos va narrando los encuentros del protagonista con diversos personajes que responden a las características citadas. A través de estas historias, Lean y Vecchio dibujan un mundo marcado por la mitología (sobre todo en "Madre Sombra"), el romanticismo, el erotismo, el terror (véase "Redención"), el gore (especialmente en "Carne, sudor y lágrimas") y hasta un cierto coqueteo con el género de superhéroes ("Máscaras de la muerte"), en la medida en que Cruel Thing, en su proceso vital, también imparte (una perversa) justicia.
Mención especial merece, claro está, el trabajo gráfico de Luciano Vecchio, que consigue un resultado espectacular gracias al uso del rojo (sangre, por supuesto) como único color junto al blanco y al negro. Su trabajo va más allá de las inequívocas influencias del manga y construye, a partir de las ideas forjadas por Lean, un decadente a la vez que hermoso mundo teñido de rojo y poblado por tribus de teenagers góticos, máscaras venecianas y prostitutas consumidas por el crack.
El resultado es una obra que a algunos lectores les parecerá fallida precisamente por ser demasiado pretenciosa, mientras que para otros satisfará sus -innegables- pretensiones. Por nuestra parte, preferimos esperar a una nueva entrega para comprobar qué derroteros tomarán los autores. De momento, ya se han ganado nuestra curiosidad, lo cual no es decir poco.
Título: Cruel Thing (Vol. 1)
Autores: Lean (guión) / Luciano Vecchio (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: noviembre de 2007
104 páginas (bitono) - 12 €
(+) La web oficial del cómic
(++) Otros cómics de temática y/o estética gótica:
- Courtney Crumrin
- Erika
- Goth
- Wet Moon
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3 comentarios:
Me tiró para atrás su compra, debido a que venía con una chapa y una postal y me pareció que era muy para "teenagers". Creo que con lo que explicas me he decido a no comprarlo, y quedarme con mi Dossiers Negros.
Muchas Gracias, aquí cae el diluvio en pleno Salón.
US
José Andrés
Si quieres algún encargo estás a tiempo ...
US
José Andrés
Supongo que un dibujo de chica de Milo Manara o una Katchoo de Terry Moore es demasiado pedir, ¿no? :-)
Por lo demás, pásalo bien. Te lo digo desde la amistad y desde la envidia más insana. :-)
PD: Si tienes mano y consigues algo, el de MM sería dedicao para un servidor y el de TM para Cristina. ;-)
Pero lo dicho: imagino que es absolutamente imposible.
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