Hoy, en esta nunca lo suficientemente aplaudida sección de "Bodrios que hay que ver", además de advertirles de la existencia de un engendro que podría provocarles tumores cancerígenos en la retina en el caso de ser expuestos a su proyección, vamos a dar una clase magistral, con ilustrativos ejemplos, acerca de la publicidad, el cartelismo y el carismo (de cara, la que tienen algunos) a la hora de publicitar una película. Presten atención al siguiente cartel:
¿Qué? ¿Han vuelto ya? Cuesta, ¿eh? Vale, me espero unos minutos...
¿Ya están aquí de nuevo? Me han tardado hora y cuarto, imagino que habrán almorzado y todo. En fin... ¿Qué? ¿Qué les parece? ¿Bien, verdad? Sí, a mí también me gusta. Pero el subidón (nunca mejor dicho) que les habrá provocado descubrir la existencia de una nueva película de terror protagonizada por la estrella del cine X Jenna Jameson se va a venir abajo (nunca mejor dicho también) cuando les cuente que la Jameson aparece en pantalla un minuto o minuto y cuarto y mitad de La raza maldita (La leyenda de Samhain), el bodriete que toca hoy. Pero las distribuidoras no se cortan un pelo y manufacturan carteles como el anterior (o el que sigue), con una Jameson despampanante... aunque en el film ejerza de exploradora que recorre el bosque en busca de sus amigos desaparecidos, sin maquillaje ni vestimenta ajustada de cuero, claro está, sino con unos pantalones y una camisa de andar por casa (o por el bosque).
Y ojo, que no es la única actriz porno que hace acto de presencia: los connoiesseurs (o así, porque menuda palabra... debe ser francesa porque suena a bollería con chocolate y virutas dulces de colores) también podrán disfrutar de las apariciones de Chasey Lain (igualmente fugaz, hace las veces de la chica asesinada en la secuencia pre créditos), bella actriz de ojos azules a la que Bloodhound Gang inmortalizaron para siempre con su "The Ballad of Chasey Lain", y la ya mítica Ginger Lynn, que aquí, suponemos que por su grado de veteranía, tiene derecho a pronunciar varias frases y aparecer en diversas escenas.
¿Que de qué va este film? Pues Evil Breed (The legend of Samhain), pues ese es su título original, cuenta el viaje que un grupo de adolescentes -lo deducimos por su comportamiento y porque están estudiando, aunque su aspecto es el de treinteañeros con los órganos genitales totalmente desarrollados y con la masa cerebral en proceso de conformación- realizan por los bosques de Irlanda en compañía de una tutora.
Esta los lleva a la típica cabaña apartada de la que todo el mundo se queja nada más llegar, en plan "Dios mío, este fin de semana va a ser una pesadilla" o "¿Qué se nos ha perdido en este lugar?", a lo cual yo respondo para mis adentros: "Así es", para preguntarme luego: "¿Pa'qué vais?". Imagino que debe ser por los créditos de libre configuración que se matricularon en "Viejas leyendas de Irlanda II".
En fin, sigamos con esta joya del séptimo arte: la profesora les relata que en esos parajes se celebra Samhain, una fiesta irlandesa similar al Halloween norteamericano, con profusión de elementos estéticos de temática terrorífica y paranormal (que nunca veremos; realmente en el film aparecen muy pocos personajes-actores, imagino que porque la mayoría prefirió seguir en el paro o sirviendo mesas en restaurantes de carretera o regentando gasolineras abiertas las 24 horas), y les cuenta una historia para no dormir (aunque lo hace por la mañana): en tiempos remotos, algunos antiguos druidas del lugar no se conformaban con realizar sacrificios de animales, y algunas familias acabaron convirtiéndose en caníbales y practicando el incesto. En la actualidad, por supuesto, se rumorea que alguno de sus descendientes podría andar todavía por entre los bosques... lo cual, claro, nadie se cree. Y lo cual, claro, es verdad de la buena.
Porque La raza maldita cae en todos y cada uno de los tópicos de estos subproductos de terror cuya única salida comercial acaba siendo el mercado del DVD, y su guionista y realizador, Christian Viel, piensa que por criticarlos y hacer mofa de los mismos, al más puro estilo de la trilogía Scream, se le va a perdonar que recurra a ellos de forma continuada... pero no es así. De esta forma, la pandilla de protagonistas se pasan los tres primeros cuartos de hora criticando, como hacían los de la ficción de Wes Craven, frases como "Seguramente no es nada, pero iré a mirar" o "Separémonos, y nos encontramos en el granero maldito dentro de diez angustiantes minutos", para pasarse el resto del film pronunciándolas de igual manera y acto seguido muriendo en manos de, claro, un descendiente deforme y bestializado de la familia de caníbales.
En resumen: una basura indigna cargada de desnudos gratuitos (que tienen su gracia) y de chistes malos (estos no la tienen) que solo interesará, además de a los completistas del género o de Jenna Jameson, a dos estereotipos bien curiosos: por un lado, a los fanáticos del gore sin complejos (el film es bastante sangriento, y cuenta con destripamientos varios, sustracción de implantes pectorales de silicona, y hasta el vaciado de unos intestinos por el recto tirando y tirando); por otro, a los fanáticos o fanáticas de Richard Grieco, el protagonista de Agente juvenil, que aquí vuelve de la tumba (o de la clínica de botox) convertido en un engendro contranatura mezcla de Lorenzo Lamas y Mickey Rourke.
No, el de la foto no es el mutante caníbal, es Richard Grieco... En fin. Para finalizar, les contaré una curiosa anécdota respecto del film, y de las consecuencias que puede tener estar expuesto a su radiación letal: en el por otra parte muy recomendable blog Aquí vale todo, donde encontrarán tanta basura como en este o incluso más (y esto, créanme, es todo un elogio), recomiendan este film con el título de La rata maldita, pues eso pareció entender el redactor al oír la voz en off que traduce el título. Tengo que confesar que incluso yo mismo, quizá condicionado por la lectura de esa reseña, también oí lo mismo al principio, y pensé que el film estaría protagonizado por un maldito roedó, que diría el gato Jinks, al estilo de Pixie y Dixie. Pero no: no hay tal rata maldita, sino raza maldita, representada por el citado salvaje homicida. Lo que ya no sé es si el redactor necesita un sonotone, o tanto él y yo necesitamos quimioterapia preventiva para evitar males mayores ocasionados de ver semejante estulticia.
(+) Jenna Jameson en Abandonad toda esperanza:
- Cómo hacer el amor igual que una estrella del porno: las memorias
- Zombie Strippers: el trailer
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1 comentario:
Pero qué gran publicación, amén de lo que dices, me he reído más con tus palabras que viendo esa pifia de comedia. Porque era una comedia, ¿cierto?. Habían muertes que no sé si serían "TROMAdas" en serio, pero eran de lo más vulgar. Me encanta la sangre de kepchut y esas prolongaciones intestinales que acaban siendo tu propia horca. Creo que se pretendió hacer la típica historia de "campamento sangriento" (también una película con ese nombre). Los desnudos gratuitos no son tan gratuitos como parecen. ¿O acaso crees que esos pobres "druidas-caníbales-malformados" van a engullir a sus víctimas con ropa y todo?. Tendrán sus escrúpulos, digo yo.
Las escenas de sexo son para que "nos metamos" en el papel. Como ves, no hay nada sobrante en la película excepto la historia, aburrida y previsible como la que más. El aliciente de que salga la famosa actriz porno no creo que sea muy llamativo. Dudo que los fanáticos de Jenna LamerSoon* sean tan precoces como para conformase con 5 minutos de su aparición fortuita y discreta.
Muchas felicidades por tan buena publicación. Un placer.
Ann.
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