Abandonad toda esperanza

viernes, 25 de abril de 2008

Tormenta y Desesperanza: Slice of Gothic



Uno de los recursos más interesantes, aunque también de los más arriesgados, de los que puede valerse todo fabulador a la hora de urdir y presentar una ficción es jugar con la predisposición del lector y, dándole la vuelta a lo que este espera en un principio, acabar sorprendiéndole al ofrecerle algo bien distinto. Esta actitud ve incrementadas sus posibilidades cuando hablamos de una obra visual -ya sea una historieta o una película-, cuyo aspecto formal puede dar a entender que vamos a ser testigos de algo bien distinto a lo que aquella es en realidad.

Esto es lo que se encontrará el lector que se sumerja en las páginas de Tormenta y Desesperanza, la segunda obra de cierta extensión -después de Laurence, inédita aquí- de la francesa Lucie Durbiano, y que acaba de editar en España Ponent Mon.



Porque esta breve novela gráfica arranca mostrándonos un mundo cotidiano y muy reconocible: al estar protagonizada por adolescentes, una fase por la que el grueso de los posibles lectores de la obra está pasando o ya ha pasado, sepotencia la inmediata identificación del lector con las peripecias de sus jóvenes protagonistas.

Así, la autora parece haber confeccionado un slice of life sobre dos hermanas hijas de padres separados que se disponen a pasar el verano en la costa en compañía del padre, así como de dos amigos a los que suelen ver en esa época estival. La relación de amistad entre todos ellos, el inicio de la madurez que conlleva preocuparse por otras cosas -el sexo- frente a preocupaciones pasadas -la sed de aventuras-, los incipientes sentimientos de atracción hacia el otro sexo o los sempiternos granos de la adolescencia le hacen intuir al lector que la obra de Durbiano es un retrato costumbrista de dicho período vital.



Pero a poco que sospechemos por las pistas que se van ofreciendo -empezando por los particulares nombres de las dos hermanas, que dan título a la obra-, nos percataremos de que Tormenta y Desesperanza es otra cosa bien distinta: en un día de playa en compañía de sus amigos Pierre y Martin, Tormenta desaparece durante un tiempo, durante el cual un vendedor ambulante de almendras garrapiñadas, ya muy anciano y de aspecto desmejorado, muere delante de los protagonistas. Acto seguido, cuando se ha desatado un increíble temporal, un desconocido aparece en escena acompañando a una desvanecida Tormenta a la que ha salvado de ahogarse. Enseguida surge la atracción entre el hombre misterioso y Desesperanza, mientras que Tormenta, Pierre y Martin desconfían de él...

Días más tarde, Desesperanza desaparece, y sus amigos sospechan que está secuestrada en la Isla de las Muertas, un territorio casi inexplorado del que las leyendas locales afirman que está embrujado y que quien va allí nunca regresa; así pues, los protagonistas se embarcan en busca de la joven desaparecida... y justo cuando el lector empieza a establecer paralelismos entre la pervivencia del deseo por vivir aventuras y lecturas cuasi iniciáticas como Tintín, Lucie Durbiano sigue jugando con sus expectativas y, en un simpático y explícito homenaje -con perro incluido- a La isla negra, uno de los álbumes del intrépido reportero belga, pone las cartas sobre la mesa en lo que respecta a sus referencias.



No desvelaremos aquí más sorpresas, ni mucho menos la conclusión, de la trama de Tormenta y Desesperanza (que incluyen fantasmas, sirenas, marineros chiflados y un revelador diario), pero sí aclararemos que esta obra está más cerca de los clásicos de aventuras e intriga juveniles, estilo Los Cinco de Enid Blyton o Los tres investigadores de Alfred Hitchcock, primero, y de los relatos de Edgar Allan Poe y de Otra vuelta de tuerca de Henry James después, que de los cómics de Terry Moore o los Hernandez Bros... aunque su dibujo no despierte nuestras sospechas al principio.

Y es que, como decíamos al comienzo de estas líneas, la autora juega con las expectativas del lector también a partir de su estilo gráfico: este no espera de una obra de línea clara, colores planos y vivas tonalidades, de acabado -véanse los rostros de los personajes, por ejemplo- inequívocamente naif, una historia gótica de fantasmas con todas las de la ley que, de nuevo y sorprendentemente, retoma en su final abierto su apuesta por la ingenuidad y la inocencia: sus protagonistas parecen decir que quizá los fantasmas existan y la muerte esté a la vuelta de la esquina, pero que ellas todavía son demasiado jóvenes para preocuparse por todo ello.



Así pues, estamos ante una obra muy personal, a la que hay que reconocerle (como ocurría con Bonjour Paris, otro aparente "pedazo de vida" sobre la juventud que se convertía en thriller a las primeras de cambio) la valentía de mezclar géneros que aparentemente no tienen nada que ver pero que aquí se muestran perfectamente cohesionados, dando como resultado una obra que se lee con interés y naturalidad. Esperemos seguir viendo nuevos trabajos de Lucie Durbiano, y sería interesante que Ponent Mon, siempre al tanto de lo más interesante de la nueva bande dessinée, se interesase por su ya citado debut Laurence.


Título: Tormenta y Desesperanza
Autor: Lucie Durbiano (guión y dibujo)
Editorial: Ponent Mon
Fecha de edición: marzo de 2008
128 páginas (color) - 17 €

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