Abandonad toda esperanza

martes, 15 de enero de 2008

Bodrios que hay que ver: Dream Valley (Área maldita)

Navegando por la red uno puede descubrir que Dream Valley (Área maldita) es un film con el que los cibernautas son benevolentes, y tiene hasta críticas bastante positivas. Después de haberla visto esto solo se entiende si pensamos que aquellos que alaban sus dudosos méritos se la bajaron de Internet, y en lugar de descargarse el archivo Terror Tract (título original del film) acabaron por bajarse Tracto rectal, film ya de otro género, que acabó, este sí, gustándoles de verdad.



Por lo demás, dudo que un auténtico tracto rectal sea más doloroso que la experiencia de perder hora y media de tu vida con tamaña basura: que no corren buenos tiempos para las películas de episodios es algo que ya sabíamos. Tampoco es que esperemos filmes de la talla de Al caer la noche de la productora Ealing o Doctor Terror de la Amicus... pero es que ni siquiera llegamos a las cotas de En los límites de la realidad o Creepshow. Ni siquiera a Creepshow 2, que en comparación con esta Área maldita es una joya del séptimo arte.

Pero expliquemos más pormenorizadamente qué encontrarán en el film, y avisamos de que ahí van spoilers a mansalva: si saberlo todo, absolutamente todo, de este engendro evita que pierdan el tiempo buscándola y viéndola, este vuestro blog se habrá ganado un lugar en el cielo adonde van los blogs cuando se mueren.



La película arranca con un empleado de una inmobiliaria, al que interpreta el malogrado John Ritter, que acompaña a una joven pareja de casados en busca de un hogar común por un barrio que parece idílico. A lo largo de su periplo visitarán tres casas, cada una de ellas con una macabra historia oculta tras sus paredes, tres historias que el agente les relatará con todo detalle...

La primera de las historias, titulada "Pesadilla" (uno de los títulos más originales que se recuerdan en esto del cine de terror), relata el típico triángulo amoroso de las historias de EC Comics, con marido adinerado y cornudo, mujer ardiente de clase media-baja, y amante pasional de clase baja-abisal: la mujer recibe a este último tras marcharse su esposo... el cual regresa acto seguido porque ya llevaba tiempo oliéndose algo. El marido planea matar a su mujer y al amante y que todo parezca un suicidio, pero los primeros reaccionan y acaban matándolo a él. Vaya par de pájaros. Después, y ante la idea de que la Policía no va a creerles, optan por sumergir el cadáver en un lago. A partir de ahí, las pesadillas de la esposa, que ve a su marido salir de las aguas y volver para vengarse, se suceden. Posteriormente la pareja descubre el automóvil del marido, que deben ocultar también... pero las llaves están en el bolsillo del difunto; así que el joven se ve obligado a sumergirse en el lago, y allí el marido parece atacarle... Pero todo no es más que otra pesadilla de la chica. Finalmente, unos pasos que esta identifica con los de su marido la llevan a disparar apuntando a la oscuridad... y asesinando a su amante, que volvía con las llaves del auto. Atormentada, la mujer decide ahorcarse. Pero cuando encuentran su cadáver, este se encuentra mojado y cubierto de algas... Oh, oh, oh. Qué final más inesperado. No salgo de mi asombro.



La segunda historia, "Bobo", es algo superior, que es como decir que prefieres un puñetazo en plena cara y una patada en tus santas partes a que te torture sin piedad un comando del Vietcong durante cinco años seguidos. En esta historia, una niña descubre en el jardín de su casa a un pequeño mono, vestido de botones, como si se hubiera escapado de un espectáculo de feria. La niña se encapricha del animal, al que bautiza como Bobo, y la familia decide quedárselo. Pero conforme avanza la acción (lo de avanzar es un eufemismo), la niña se obsesiona cada vez más con el mono, contestando de mala manera a su padre, el cual está convencido de notar en el primate algo oscuro, algo maligno. El pequeño mono, ahí donde le ven, acaba asesinando al perro de la familia, al que la niña no le respeta rango de antigüedad ninguno, y hasta a un hormonado cuidador de animales contratado para capturar al mono. Finalmente, el padre decide tomarse la justicia por su mano cual Charles Bronson en El justiciero de la ciudad... pero la niña le dispara a bocajarro para defender a Bobo. Oh-Dios-mío, que diría Janice. Qué gran minipelícula.



Finalmente, la tercera historia se titula "Ven con la abuelita", y en ella un chaval tiene visiones premonitorias de los asesinatos cometidos por un serial killer al que llaman "la Abuelita" por la máscara de venerable anciana que porta. Pero nadie parece creerle, incluyendo a la psicóloga que le trata. Conforme avanzan las sesiones, esta se asusta cada vez más, y empieza a sospechar que el joven es el asesino (la verdad, no la culpamos, el sujeto se comporta de manera harto extraña, cada vez más nervioso, sudando más que un adicto al crack en pleno Bobo, perdón, en pleno mono). Un movimiento inesperado se salda con una herida mortal recibida por el joven, que la psicóloga aprovecha para huir... y encontrarse de bruces con la auténtica "Abuelita", que la mata en el acto. Oh, oh, por los clavos de Cristo, que diría Doc Brown. Qué joya del séptimo arte.



Como verán, morralla de la buena. Lo único que salva un poco a la película, y hay que esforzarse en ser benevolente, es la historia que articula el film, titulada "Hágame una oferta", donde John Ritter ofrece una divertida composición de un agente inmobiliario casi demoníaco, movido por una inseguridad laboral que lo convertirá en un impulsivo psicópata homicida. Y lo mejor de todo es el plano final del film, que convierte a un lugar idílico como Dream Valley en una batalla campal de horror y muerte. Lástima que entonces salgan los títulos de crédito y el espectador se plantee muy seriamente la posibilidad de suicidarse, con o sin algas.



El film, por lo demás, es un subproducto de serie B, dirigido al alimón por Lance W. Dreesen y Colin Hutchison, que se reparten los cuatro segmentos al 50%, escrito en su totalidad por Hutchison (debió de tardar como media hora en escribir toda la película), y con un reparto televisivo de saldo donde reconocerán a Carmine Giovinazzo (un investigador de CSI New York), Wade Williams (el guarda encabronado de Prison Break), Bryan Cranston (el padre pusilánime de Malcolm in the Middle) o Brenda Strong (Mujeres desesperadas; a esta no la reconocerán porque es la muerta que lo cuenta todo en voz en off). Sin olvidar, claro está, a John Ritter, verdadero maestro de ceremonias, recordado como protagonista de la emblemática y nostálgica Apartamento para tres, y que nos dejó en el 2003. Seguramente, en el lecho de muerte se arrepintió de haber participado en tamaña joya del cine de terror.

Y para terminar, una imagen para el recuerdo...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo que ver alguna de estas recomendaciones para ver una peli mala de las que merece la pena ver, no como el espanto al que me enfrente al ver "EXPIACION"

Francisco J. Ortiz dijo...

Y yo que a esa le tengo bastantes ganas...

Anónimo dijo...

No si a mi me llemaba la atencion bastante pero luego me encontré algo que tan pretencioso como un anuncio de perfumenes pero de 2 horas. En particular su primera parte, cuya duracion no podría determinar por parecerme eterna, es demoledora.


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