Abandonad toda esperanza

martes, 20 de junio de 2006

Hoteles y mujeres fatales

De un tiempo a esta parte, el éxito que la novela negra y aledaños tienen en el ámbito de la narrativa parece haberse trasladado al mundo del cómic: de ahí que se recuperen clásicos como el imprescindible Torpedo de Abulí y Bernet o la hasta ahora desconocida versión de El sueño eterno de Andreu Martín y Luis Bermejo, o se publiquen nuevos cómics como el Blacksad de Canales y Guarnido o varias obras de Víctor Santos. Pero el dato más revelador al respecto posiblemente sea la creación de dos colecciones exclusivamente dedicadas al género: Viñetas Negras de Glénat y Comic Noir de Norma.

Precisamente en la primera de ellas está integrado Red River Hotel, cuyos dos primeros tomos publicados hasta ahora pude disfrutar anoche. En esta primera entrega dividida en dos, y titulada "Nat y Lisa", el protagonista es un joven repartidor de pizzas cuya novia desaparece misteriosamente... aunque el lector, en un caso bastante inusual en el mundo del cómic, no tanto en el de la narrativa o el cine, sabrá mucho más que el propio personaje. En su búsqueda, Nat irá a parar al hotel Red River...



Cómic de lectura ligera, cuyos autores (belgas ambos) están claramente influenciados por la escuela de la línea clara (ya saben, Tintín o Spirou), hermana los ambientes del género negro con los estrambóticos personajes surgidos de la mente de David Lynch, cineasta muy propenso a incluir hoteles en sus películas y series para televisión. De momento, el cómic engancha...

Por su parte, Planeta de Agostini acaba de publicar María Dolare$, última obra de un clásico contemporáneo, Enrique Sánchez Abulí, el responsable del citado Torpedo. Dibujada por el chileno Félix Vega, que ya colaboró con Abulí en Asesinos Anónimos, viene a ser una muestra más de la habitual historia negra protagonizada por una femme fatale y un pelele, abocado a una historia de crimen repleta de sordidez, donde Abulí no deja títere con cabeza.



Por su parte, Félix Vega, como siempre, cumple con creces, si bien no está a la altura de otros trabajos suyos (como Face, entretenidísima obra total del chileno). No obstante, hay que reconocerle que la historia pide, efectivamente, un aspecto más sucio y descuidado...

En definitiva, estamos ante dos buenos cómics, idóneos para introducirse en el lado más oscuro e inquietante de la condición humana.

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