De estos libros iremos hablando en las próximas semanas en este vuestro blog. De momento, tuve la ocasión ayer de leer el Aullido de Ginsberg al completo, para comprobar que sigue tan vigente como el día en que fue concebido. Por más que haya cambiado algo la coyuntura histórica, la rabia encendida que se desprende de sus versos permanece incólume.

"Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura". Así arranca el poema que da título al libro, dedicado a Carl Salomon, amante del autor. Son doce páginas de ruido y de furia líricos, que no deberían perderse nadie interesado en la cultura (y la contracultura) del siglo pasado. Una denuncia de la alienación de la sociedad occidental contemporánea.
Ideal para leerlo en voz alta.
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