«Comprensión lectora de los estudiantes españoles:
»El problema más grave con el cual se encuentran los profesores de Primaria y ESO es que, con frecuencia, los niños leen, pero no comprenden lo que están leyendo. Posiblemente este hecho sea la mayor causa de fracaso escolar en la actualidad, pues la mala o nula comprensión lectora dificulta terriblemente el estudio de los más pequeños, a no ser que cuenten con ayuda permanente de los adultos a la hora de estudiar.
»El desfase entre lectura y comprensión tiene, generalmente, un doble origen. En primer lugar un mal aprendizaje de la lectura durante el segundo ciclo de la Educación Infantil, en los casos en que se ha primado la mecánica de la lectura sobre la globalidad y la comprensión. En segundo se debe a que el aprendizaje inicial se debe reforzar con lecturas adecuadas a la edad del lector, de manera que madure y aprenda a disfrutar con la lectura.
»Actualmente, en una sociedad donde los medios audiovisuales copan la mayor parte del tiempo de ocio de los niños y los adolescentes, los libros han pasado a un segundo plano y este hecho agrava el problema. En la escuela ponen una serie de lecturas obligatorias según el curso, pero la realidad con la que se encuentran los profesores es que en un elevado porcentaje del alumnado la comprensión ha sido insuficiente. Este fracaso crea frustración en los alumnos y un rechazo hacia aquello que no tiene sentido, aunque se trate de un libro cuya versión cinematográfica les había encantado.
»Dentro de las opciones más simples y eficaces para mejorar la comprensión lectora de los alumnos destaca el cómic. Texto e imagen, sugestivamente combinados, dan lugar a un discurso fácilmente comprensible y estimulante para los lectores más jóvenes y para aquellos que no tienen adquirido el hábito de la lectura. La lectura de cómics, adecuados a cada edad, es un entrenamiento perfecto para mejorar la capacidad de comprensión con el mínimo esfuerzo y de la manera más lúdica.
»Cuando el niño aprende a leer lo hace vinculando los sonidos con una doble imagen: por un lado la grafía de la palabra y por otra la imagen de aquello que representa. El método es el clásico, el de siempre. Lo que ocurre es que con frecuencia los profesores pueden caer, en un intento de acelerar el proceso de aprendizaje, en forzar al niño con la mecánica de la lectura, la pronunciación de las sílabas por encima de las palabras y aquello que representan. Ahí empieza el problema, que se acentuará en la medida de que el niño en las primeras etapas apenas necesita de la lectura para avanzar en la escuela.
»El cómic, indirectamente, lo que hace es emular artísticamente las antiguas cartillas de lectura. Las imágenes, como si se tratara de una película, cuentan la historia, pero es necesario leer el texto para entender la totalidad. Esta interacción es pedagógicamente muy beneficiosa para todos los alumnos y también para los adultos con poco hábito de lectura, ya que se trata de un entrenamiento perfecto para que no se oxide la capacidad de descodificación que representa la lectura y que, a base de no ejercerla, termina por atrofiarse.
»El hecho de que las encuestas demuestren que los lectores de cómics tienen mejores resultados académicos y leen más libros que la mayoría de la población no es de extrañar. Es lógico que quienes disfrutan con un libro en las manos y comprenden totalmente aquello que leen estén más preparados para los retos de una formación universitaria.
»También es lógico que en las encuestas realizadas a lectores de cómics se valore el guión tanto o más que el dibujo. Estamos ante auténticos expertos, sibaritas de la palabra que sacan todo el jugo de las historias que leen. Por ello es comprensible que el fracaso escolar sea mucho menor entre aquellos que tienen adquirido el hábito de la lectura y lo hacen no como una obligación sino como un verdadero placer.
Sin duda se debería fomentar la lectura de cómics en la escuela, pues con ello se mejorarían los resultados académicos de muchos alumnos.»
[En la imagen, Calvin & Hobbes de Bill Waterson.]
1 comentario:
Otra actividad muy recomendable para los niños consiste en pedirles que inventen sus propios cómics. En un principio pueden versar sobre algún cuento conocido. Más adelante podrán crear sus propias historias. Ellos hacen los dibujos y escriben los diálogos en las nubes. Pueden ser en colores o en blanco y negro...
Sé por experiencia que esta actividad es muy gratificante para los niños y sumamente eficaz para consolidar el hábito lector.
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