lunes, 18 de julio de 2011
La tienda de las ilusiones: El chiste de Pagliacci
"Un hombre va al médico. Le cuenta que está deprimido. Le dice que la vida le parece dura y cruel. Dice que se siente muy solo en este mundo lleno de amenazas donde lo que nos espera es vago e incierto. El doctor le responde: 'El tratamiento es sencillo. El gran payaso Pagliacci se encuentra esta noche en la ciudad. Vaya a verlo. Eso lo animará'. El hombre se echa a llorar. Y dice: 'Pero, doctor... yo soy Pagliacci'". Este chiste, de punch line final y fondo amargísimo, se hizo popular entre los aficionados al cómic de todo el mundo cuando fue empleado por Alan Moore en su fundamental Watchmen. Hoy lo recuperamos porque, como veremos enseguida, la tragedia del payaso Pagliacci no es sino lo mismo que le sucede al protagonista de La tienda de las ilusiones, último título de Pascal Rabaté publicado en España, de la mano -como es habitual en su caso- de Norma Editorial.
Rabaté es un autor francés, nacido en 1961, que al menos en España se dio a conocer con la monumental adaptación de la novela de Alekséi Tolstoi -no confundir con su compatriota Leon, autor de Guerra y paz- Ibicus, publicada primero en varias entregas y recuperada luego por Glénat en un volumen integral de adquisición indispensable. Fresco histórico y por tanto obra de alcance más universal y con cierto aliento épico, como corresponde a la literatura rusa del siglo XIX, esta Ibicus dejó paso a obras posteriores, concebidas originariamente por Rabaté sin recurrir a textos literarios previos, que lo han acabado consolidando como un autor particularmente dotado para los relatos de corte intimista. Es en esta misma línea, en la que podríamos incluir dos títulos soberbios como Río abajo o La Virgen de plástico -este último en colaboración con el dibujante Olivier Prudhomme-, donde se inscribe también La tienda de las ilusiones, que apareció en España ya a finales del año pasado pero cuyo indudable interés provoca que no queramos dejar pasar la ocasión de dedicarle unas líneas.
El título de la obra alude al comercio que regenta el protagonista de la obra, Patrick, y cuyo nombre da título al álbum en su edición original francesa: se trata de una tienda de artículos de broma donde conviven máscaras de Stan Laurel y Oliver Hardy con caretas de Sarkozy, disfraces de Superman con bastones de majorette, delantales picantes con mierdas de plástico. Pero pese a estar rodeado de artículos cuyo destino es divertir y provocar las carcajadas de aquellos que los usen, Patrick vive en un estado de continua depresión: su mujer lo ha abandonado recientemente, y él no acaba ni de superar la ruptura ni de acostumbrarse a la soledad, aunque tampoco hace demasiados esfuerzos por conocer a alguien nuevo.
Durante su tiempo libre, Patrick se recluye en su casa, y allí la situación no mejora ni mucho menos: pese a estar rodeado de objetos de lo más curiosos -desde unas zapatillas de andar por casa con forma de conejos de color rosa- a una colcha estampada con la efigie de Bob Esponja-, cada día que pasa la depresión se ceba más con él, y lo sumerge en un estado apático del que parece no va a salir nunca.
Pero en lo que parecía iba a ser un día como otro cualquiera, el circo llega a la ciudad. Y con el circo llega Clarisse, una acróbata a la que Patrick conoce en una fiesta de disfraces organizada por los vecinos del barrio. A partir de ese encuentro, y después de unos comienzos algo tambaleantes, entre Patrick y Clarisse surgen unos sentimientos que dan pie a una relación, la primera que tiene Patrick después de su separación.
No tema el lector: lejos de construir un relato sentimentaloide al estilo de las novelas folletinescas de corte romántico -para entendernos, el romanticismo de Danielle Steel o Corín Tellado, no el de Byron, Schegel o Novalis-, Rabaté nos ofrece la historia de una relación verosímil y creíble, con sus pros y sus contras, sus momentos de euforia y sus instantes de amargura. Cuenta las cosas tal y como son, o por lo menos tal y como podrían ser para cualquiera, sin aportar soluciones falsarias o conclusiones unívocas e indiscutibles.
De esta forma, La tienda de las ilusiones se convierte en un cómic delicioso, emotivo, divertido en muchas ocasiones, doloroso a veces, materializado por un Rabaté dibujante que, con la colaboración de Isabelle Merlet al color, se expresa con soltura y naturalidad, y donde los diálogos conviven con las escenas marcadas por los silencios y las miradas: esto es, narrativa puramente secuencial colocando una viñeta muda detrás de otra. Una obra que, como decíamos, no merece pasar desapercibida, por parte de un autor al que hay que leer siempre.
Título: La tienda de las ilusiones
Autor: Pascal Rabaté (guión y dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: noviembre de 2010
104 pp. (color) - 18 €
(+) Previously on Abandonad toda esperanza, Pascal Rabaté:
- Ibicus
- La Virgen de plástico
- Río abajo
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2 comentarios:
TEBEAZO!!
Un saludo
Se ve como el tipo de cómic que podría disfrutar.
Saludos de un amante del noveno arte,
www.artbyarion.blogspot.com
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