La reciente edición española, por parte de Norma Editorial, de una novela gráfica como The Vanishers, publicada originalmente en 2002, genera, para comenzar, un par de reflexiones: la primera, que su guionista, Chuck Dixon, es un veterano que después de trabajar con las grandes compañías, Marvel (Conan, The Punisher) y sobre todo DC (un gran número de series relacionadas con el Hombre Murciélago: Batman, Robin, Nightwing, Birds of Prey...) ya entra en el olimpo de los guionistas del medio reconocibles por el gran público, tanto como para que su nombre aparezca especialmente destacado en la cubierta; la segunda, que estamos ante una historieta que parece venida de otro tiempo. A continuación intentaremos explicar el porqué de esto último.
La historia arranca una mañana cualquiera, en un instituto cualquiera de los Estados Unidos. Un grupo de alumnos juegan al béisbol en el patio del centro. Es imposible establecer en qué año exacto acontece la acción, pero podríamos asegurar que se trata de la segunda mitad del siglo XX, no de los albores del siglo XXI en que esta novela gráfica vio la luz. Más concretamente, si nos fijamos en la ropa, las costumbres, los diálogos de los protagonistas, podríamos aventurar que estamos en la década de los años 80 o primeros 90. No se ven por ninguna parte teléfonos móviles, aunque juraría que hay una mención de pasada a la existencia de Internet...
Ya en la primera página, sin más preámbulos, Chuck Dixon introduce a bocajarro un elemento fantástico que revela que aquella mañana no va a ser, como parecía, una mañana cualquiera. El protagonista de la historia, Andy, es testigo de cómo uno de sus compañeros se desvanece de repente. Y no es lo único que podríamos tachar de increíble: acto seguido, el resto de sus compañeros parece no haber visto nada; más aún, ni siquiera se acuerdan del joven desaparecido. Solo Andy parece recordar su existencia.
En realidad, no solo Andy: cuando se produce una segunda desaparición, esta vez una niña del instituto, otro alumno del centro, de nombre Arvis Voltz y que es el chaval más introvertido y menos popular de su clase, parece haber visto lo mismo que Andy. Y aunque aquel intenta disimularlo, nuestro protagonista se percata del miedo que hay en su mirada...
No desvelaremos el argumento en su totalidad, pero sí señalaremos que la complicidad que pronto se establecerá entre Andy y Arvis llevará al lector a través del tiempo y el espacio, con los dos jóvenes convertidos en viajeros temporales que visitarán un Oeste ya no tan salvaje (el de comienzos del siglo XX, que ya cuenta con caminos asfaltados y los primeros coches a motor), la brutal Edad Media europea y hasta el futuro del siglo XXVI.
En este periplo, Andy descubrirá que desde hace siglos se viene produciendo un enfrentamiento entre los hombres del futuro, a los que pertenece el propio Arvis, y los mecanoides, seres artificiales creados en tiempos venideros pero que suelen habitar en el pasado. La encarnizada lucha entre ambos marcará el destino de la humanidad, un destino en el que ahora Andy juega un papel muy importante.
Como podrán ver, no solo es que no haya nada nuevo bajo el sol, sino que The Vanishers parece una historia a la que alumbra un sol que ya no es el nuestro: la historia urdida por Dixon supone la enésima variación del sempiterno tema del enfrentamiento entre el Bien y el Mal, y su estructura narrativa (de planteamiento, nudo y desenlace, claro está) y su devenir argumental, obviando la presencia de elementos como el sexo o la violencia explícita, así como su acabado formal, podrían haber sido prácticamente los mismos de haberse publicado en los años 50.
De esta forma, The Vanishers parece por momentos un cuento de Ray Bradbury o Isaac Asimov, o uno de los relatos gráficos ilustrados por Wally Wood, Joe Orlando o Johnny Craig de los que EC Comics incluyó en sus distintas cabeceras dedicadas a la ciencia ficción: Weird Fantasy, Weird Science, Weird Science-Fantasy o Incredible Science Fiction. Sin duda, una versión más breve de The Vanishers no habría desentonado en la reciente edición española por parte de Planeta de Agostini de estos Clásicos de la ciencia-ficción.
Así, de igual modo que el protagonista ha de aprender, una vez comprueba la escasa valía de las coordenadas espacio-temporales preestablecidas, que la pregunta correcta ya no es "¿Dónde estamos ahora?" sino "¿Cuándo estamos ahora?", al lector también le surge la duda leyendo, hoy en día, una historieta tan démodé (si esto es un halago o una crítica tendrá que decidirlo cada lector) como esta: lo que nos sorprende de The Vanishers hace que nos formulemos la pregunta no de dónde se encuentra Chuck Dixon, sino de cuándo está.
A todo ello contribuye el estilo gráfico de Andrés Klacik, de un indudable clasicismo y un modo de narración diáfano, como se podrá apreciar en las viñetas de la obra que acompañan a estas líneas.
Por lo tanto, The Vanishers gustará o no más según la predisposición del lector que por sus virtudes o carencias intrínsecas: a los lectores de nuevo cuño, acostumbrados a obras con una composición de viñetas más espectacular, repletas de splash pages (en esta obra solo encontrarán un par, ya hacia el final), y con escaso texto, The Vanishers les parecerá algo pasado de moda, insulso y sin interés. En cambio, a los lectores más veteranos, aquellos que disfrutaban horrores con el Flash Gordon de Alex Raymond, el Buck Rogers de Phillip F. Nowlan y Richard Calkins o el Valerian de Jean Claude Mèzieres y Pierre Christin, por no hablar de los citados tebeos de EC Comics, se encontrarán en territorio conocido y disfrutarán de su lectura como cuando eran niños... de igual modo que se relaja Andy, una vez terminada la aventura, tumbándose en su dormitorio rodeado de tebeos.
Título: The Vanishers
Autores: Chuck Dixon (guión) / Andrés Klacik (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: febrero de 2008
80 páginas (b/n) - 9 €
(+) Sobre el autor:
- Dixonverse.net (The Official Homepage of Chuck Dixon)
- Fantastic Fiction: Chuck Dixon
(++) Otros cómics de la colección El Día Después:
- Albion
- City of Tomorrow!
- Desolation Jones
- Jeremiah Harm
- Ocean
- Silent Dragon
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