Abandonad toda esperanza

jueves, 8 de noviembre de 2007

El orfanato: Horror fallido, gran melodrama



El orfanato ha sido la película que ha salvado la cuota anual del cine español, en el que está siendo uno de los años más desastrosos que se le recuerdan recientemente. Este peso, imagino que agradable de llevar sobre las espaldas para el equipo de la misma por lo que de exitoso significa, es a todas luces inmerecido, y hace que las virtudes y los defectos del film (más unos que otros según quién opine) se crezcan y magnifiquen demasiado.



Vaya por delante que El orfanato está lejos de ser la obra maestra del género (o del cine español, ya puestos) que promulgan unos, pero tampoco supone la enorme decepción que afirman otros (ya sea por sus altas expectativas, ya sea porque siempre resulta fácil participar del considerado Pecado Nacional). El debut de Juan Antonio Bayona, producido por Guillermo del Toro, es una estupenda película comercial, con hallazgos y errores por igual, y cuyo descomunal éxito solo puede entenderse si se observa la poderosa campaña promocional (de un alcance mediático sin precedentes: del proyecto se conocían imágenes ya un año antes de su estreno, como si de una superproducción yanqui se tratara) y el beneficio del boca-oreja por parte de un público satisfecho por el ritmo de la película (bastante conseguido), la factura técnica (impecable) y la sorpresa del final.



El orfanato se presenta, y en gran medida lo es, como un relato de fantasmas inmerso en la tradición del subgénero: la narración se define por la aparición de sucesos inexplicables, el peso del pasado, la importancia del espacio arquitectónico (aquí, un antiguo orfanato reconvertido en asilo para niños con deficiencias psíquicas) y la sospecha de presencias provenientes del más allá.



Al comienzo del film, a este espacio llega una familia formada por un joven matrimonio y su hijo. La madre, a su vez, era una de las huérfanas de dicho orfanato que fue adoptada siendo niña. La sospecha de que algo misterioso vive en esa casa surge cuando el hijo de la pareja desaparece sin dejar rastro durante una fiesta de máscaras en las que un misterioso niño enmascarado ataca a la mujer...



Como imaginarán, los referentes temáticos y estéticos de El orfanato son obvios: clásicos de la literatura de las casas encantadas como The Haunting of Hill House de Shirley Jackson o La casa infernal de Richard Matheson (y sus correspondientes adaptaciones cinematográficas: The Haunting y La leyenda de la mansión del infierno, de Robert Wise y John Hough respectivamente), películas de terror con espacios malditos al estilo de La maldición de Amityville (Stuart Rosenberg), Al final de la escalera (Peter Medak) o la popular Poltergeist (Tobe Hooper), o ya en el campo del cine español, Los otros de Alejandro Amenábar. Incluso no resulta difícil apreciar la cita a El hombre elefante de David Lynch. A estas referencias, comentadas por la crítica especializada hasta la saciedad (sobre todo, la popular producción autóctona con Nicole Kidman), nos gustaría añadir dos, a nuestro parecer bastante significativas: La sombra de nadie, de Pablo Malo (que estando lejos de ser una obra maestra mereció más atención en su día), y Otra vuelta de tuerca, magistral novela corta de Henry James, así como y sobre todo su adaptación a la gran pantalla: ¡Suspense! (The Innocents), la obra maestra de Jack Clayton.



Como ocurría, aunque en menor medida, con The Innocents, cuando El orfanato llega al tramo final y pone las cartas sobre la mesa, la percepción del espectador hacia la misma cambia, y empiezan a plantearse las dudas de si estamos ante un relato sobrenatural o no. En el caso del film protagonizado por Belén Rueda, este deja de ser una película de terror al uso y se convierte en un melodrama sobre la relación de una madre con su hijo, así como sobre el peso de un pasado por expiar.



Esto incrementa el interés de la cinta, pero al mismo tiempo se plantea un problema... y es que el film no funciona como película de terror: Bayona, que por otro lado demuestra ser un magnífico realizador a la hora de componer los planos y de mover la cámara, recurre a los trucos de siempre (efectos visuales, como la irrupción de algo inesperado en el plano, y sobre todo sonoros) para asustar al público, pero no logra mantener una atmósfera terrorífica e inquietante cuya principal razón de ser sea la propia historia.



Por ello, solo queda esperar futuros revisionados de la cinta para comprobar cómo le ha sentado el paso del tiempo... Creemos que aguantará como lo que realmente es (ese melodrama al que aludíamos antes), así como una reflexión sobre lo real frente a lo fantástico y la percepción que tenemos de ambas cosas; pero quizá se haga insufrible como película de miedo, que muy bien podría haberlo sido también: véase lo conseguido por M. Night Shyamalan en El sexto sentido (que sigue funcionando muy bien aunque se conozca o anticipe el impactante final) o, sobre todo, por Clayton en la citada The Innocents, película protagonizada por la recién fallecida Deborah Kerr y con la que el debut de Bayona tiene tantas concomitancias.

4 comentarios:

Claudio Cerdán dijo...

La película me pareció predecible hasta su final, por lo que me aburrí bastante. Curiosamente, los mejores sustos, desde mi perspectiva, fueron los "reales", por ejemplo, la última aparción de Benigna.

Por cierto, hablando de "Los Otros". Justo cuando la estrenaron, TVE emitió una cinta que trataba sobre unos niños que no podían ver la luz y tapaban las ventanas de su casa victoriana con cortinas y cada puerta tenía un cerrojo. ¿Alguien sabe de cual se trata?

Anónimo dijo...

Decepcion tremebundam,con la buena pinta que tenía.
No puedo estar de acuerdo con eso de que tiene buen ritmo, cuando me pase la mayor parte de la peli pensando "Me abuuuurro", es que no pude entretenerme ni descubriendo a que pelis copiaba, porque solo le faltaba llevar sobre impreso los titulos de las mismas.
Solo encuentro destacable el que sea una peli española sin componente sexual y sin desnudo gratuito de la prota, ausencia que en el caso de Belen Rueda es de agradecer.
En resumen:Que no me gusto.

Anónimo dijo...

Rash Talibán.

Anónimo dijo...

Al parecer hay un precedente muy claro de esta peli en La residencia (1969) de Narciso Ibañez Serrrador...


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