Deborah Kerr & Peter Viertel (RIP)

El pasado 16 de octubre fallecía Deborah Kerr, sin ningún género de dudas una de las más grandes damas del Hollywood clásico. La actriz escocesa, nacida en 1921 en Helensburgh, tenía 86 años en el momento de su muerte.



De la larga filmografía de esta intérprete, de elegante porte y cabellera pelirroja reconocible incluso en las cintas en blanco y negro, y en la que trabajó con un gran número de los mejores autores del séptimo arte, cabe destacar títulos como Coronel Blimp y Narciso negro (ambas dirigids por el dúo formado por Michael Powell y Emeric Pressburger), clásicos del cine de aventuras como Las minas del rey Salomón o El prisionero de Zenda, Quo Vadis, el Julio César de Joseph L. Mankiewicz, Tres vidas errantes y la oscarizada De aquí a la eternidad (ambas de Fred Zinnemann), ¡Suspense! de Jack Clayton (según Otra vuelta de tuerca de Henry James, y uno de los mejores films de terror de todos los tiempos), La noche de la iguana de John Huston o El compromiso de Elia Kazan, que supuso su despedida de la gran pantalla en 1969. Nominada seis veces al Oscar a la Mejor Actriz Principal, jamás consiguió la estatuilla.



Hoy se ha sabido que anteayer, domingo 4 de noviembre, fallecía su esposo, el escritor y guionista alemán Peter Viertel. Colaborador, acreditado o no, en varias películas de John Huston, escribió la novela Cazador blanco, corazón negro a partir de sus experiencias junto al cineasta en el rodaje de La Reina de África. El libro daría pie en 1990 a una de las mejores películas de Clint Eastwood como actor y director.



Hay que señalar que Peter Viertel también fue el encargado de adaptar dos novelas de Ernest Hemingway en sus respectivas adaptaciones para la gran pantalla: ¡Fiesta! (The Sun Also Rises) de Henry King y El viejo y el mar de John Sturges.



La actriz y el escritor vivían en Marbella desde comienzos de la década de los 70. Fue allí donde él redactó la que se ha convertido en su última novela, Una bicicleta en la playa, de marcado carácter autobiográfico.

Finalmente, el escritor no soportó la ausencia de la que era su esposa desde 1960, y nos dejó, al igual que su mujer, con 86 años de edad. Descansen ambos en paz.