Cuando hace unos tres meses tuve la oportunidad de ver What Just Happened, o lo que es lo mismo, la adaptación para la gran pantalla de las memorias -por así llamarlas- del productor cinematográfico Art Linson, no acabé de entender por qué una película a priori con tantos atractivos permanecía después de tanto tiempo inédita en nuestras pantallas.
Veamos... El interés de las vivencias de Linson para todo aquel interesado en las bambalinas del cine norteamericano actual está fuera de toda duda: estamos ante el individuo que impulsó películas de diversos géneros pero todas ellas más o menos importantes y/o exitosas en el momento de su estreno como Aquel excitante curso, Los Intocables de Eliot Ness, Corazones de hierro, Los fantasmas atacan al jefe, Nunca fuimos ángeles, Dick Tracy, Heat, El último golpe, Spartan, La Dalia Negra o Hacia rutas salvajes. Esto es: es un productor que, qué duda cabe, conoce desde dentro los entresijos del mundo de lujo y oropel que es el Hollywood contemporáneo, y que ha trabajado en repetidas ocasiones con directores de la talla de Brian de Palma, Richard Donner, Neil Jordan, Michael Mann o David Mamet. En cuanto a actores, sean o no stars del celuloide, ha trabajado con Kevin Costner, Sean Connery, Andy Garcia, Michael J. Fox, Bill Murray, Warren Beatty, Madonna, Al Pacino, Gene Hackman, Danny De Vito, Josh Harnett, Hilary Swank, Scarlett Johansson... y, muy especialmente, con la pareja formada por Robert De Niro y Sean Penn, los falsos sacerdotes de Nunca fuimos ángeles, y cuyos nombres están íntimamente ligados a la filmografía de Linson si tenemos en cuenta las películas citadas en este párrafo (y que se cierran con uno de los largometrajes dirigidos por Penn).
Se entiende así la presencia de Robert De Niro al frente del film que nos ocupa, así como la aparición de Sean Penn interpretándose a sí mismo en algo más que un simple cameo. Pero si atendemos al reparto de What Just Happened, hay que señalar que está repleto de nombres más o menos reconocibles, que en un país como España -donde sigue funcionando el concepto de star system-, funcionarían como perfecto reclamo de taquilla: a De Niro le acompañan también John Turturro como su hipocondríaco y maniático representante, Robin Wright Penn como su ex mujer (y en la vida real, ex mujer de Penn), Catherine Keener como una despiadada productora, Michael Wincott como un director independiente con ínfulas de artista, Stanley Tucci como un taimado guionista, Kristen Stewart (¿les parece poco reclamo la estrella femenina de la saga Crepúsculo?) como su hija adolescente... y Bruce Willis haciendo de sí mismo con un sentido del humor y una capacidad de autocrítica hacia la idea de gran estrella caprichosa que lo erige sin problemas en lo mejor de la función.
Pero sigamos: la película está firmada por Barry Levinson, muy lejos de ser un recién llegado y en cuyo currículo destacan películas como Diner, El secreto de la pirámide, Good Morning, Vietnam, la oscarizada Rain Man, Avalon, Bugsy, Acoso, Sleepers, La cortina de humo, Esfera o Bandits. Unas mejores que otras, desde luego, pero la mayoría de éxito en taquilla o en nominaciones a los siempre vistosos Oscars.
Y llegado este punto, y antes de pasar a nuestra reflexión final, supongo que la pregunta es: ¿qué tal está esta nueva película de Barry Levinson yRobert De Niro? Pues creo que, francamente, no aporta nada nuevo al subgénero del cine dentro del cine, un campo que ha dado al séptimo arte obras maestras de la talla de Sunset Boulevard, alias El crepúsculo de los dioses, de Billy Wilder, y en el que mi favorita del cine contemporáneo todavía sigue siendo El juego de Hollywood del malogrado Robert Altman. Pero hay que reconocer que el guión tiene su gracia, los diálogos son precisos, la trama pese a ser liviana se sigue con interés... y, sobre todo, da gusto ver a Robert De Niro en un papel que, aunque no se contará entre los mejores de su carrera, sí está muy por encima de las posibilidades de personajes y películas en las que venía trabajando habitualmente desde hace varios años y que estaban deteriorando su hasta entonces casi impecable filmografía.
Así pues, y teniendo en cuenta todo lo dicho hasta ahora... ¿Por qué permanecía inédita What Just Happened? Pues no tengo una respuesta clara, pero finalmente no se ha quedado durmiendo el sueño de los justos, y anteayer llegaba a los cines españoles con el título -más comediesco que el original, la verdad- de Algo pasa en Hollywood. Eso sí, cambiando el cartel por uno más comercial en el que se destacan los nombres de los integrantes de tan lustroso reparto... y en donde a Art Linson... perdón, a Robert De Niro, curiosamente, ya no lo calla nadie. Ni él mismo:
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