Todos los años esperamos la Palma de Oro de Cannes con lógico entusiasmo. Bien es cierto que, como todos los premios artísticos, es imposible que satisfagan a todo el mundo, y que en ocasiones pueden parecernos harto discutibles, pero también es verdad que -a título personal- algunas de las películas favoritas de un servidor, como Taxi driver, Apocalypse now, París Texas, La misión, Barton Fink, Pulp Fiction, Underground o La habitación del hijo, han sido galardonadas como la mejor película proyectada en dicho festival cinematográfico, el más importante del mundo.
El pasado viernes se estrenó la última Palma de Oro de Cannes: El viento que agita la cebada, de Ken Loach, cineasta británico que siempre se ha caracterizado por el contenido político de sus cintas. Es más, diría que hasta por la intencionalidad política de las mismas. Sus trabajos, aunque tengan un envoltorio de ficción, no son novelas históricas, son ensayos de opinión política. Y resulta curioso el triunfo de la cinta de Loach justo un año después de la Palma de Oro para el documental político de Michael Moore Fahrenheit 9/11: toda un arma arrojadiza contra la legislación de George Bush Jr. ¿Se está politizando Cannes en un presente en el que cada vez resulta más difícil mantenerse al margen?
No obstante, se esté o no de acuerdo con las tesis de Ken Loach, hay que reconocer que en la mayoría de los casos sus films resultan dignos de atención. Desde las más explícitamente políticas, como Agenda oculta, Tierra y libertad (ambientada en la Guerra Civil española) o esta El viento que agita la cebada, a dramas más intimistas como Riff Raff, Mi nombre es Joe o Sweet sixteen (donde retrata la condición humana a través del problema laboral, el alcoholismo o la delincuencia juvenil, respectivamente), Loach es un director al que vale la pena seguir.
¿Qué cuenta El viento que agita la cebada? Pues nada más y nada menos que los orígenes del IRA como elemento clave en el intento del proceso de independencia de Irlanda respecto de la corona británica. Para ello, Loach ha contado con su guionista de confianza, Paul Laverty, auténtica mano derecha del realizador. Y el protagonismo ha recaído en Cillian Murphy, del que hablamos largo y tendido hace unas semanas con motivo del estreno de la maravillosa Desayuno en Plutón.
Aprovecho para recomendarles, además de que vean El viento que agita la cebada, que visiten la web oficial del festival:
Festival de Cannes
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