Junji Ito es uno de los autores de manga de terror contemporáneo más (merecidamente) celebrados. Sin fusionarse con otros géneros (como Naoki Urasawa) ni caer en lo excesivamente personal (es el caso de Suehiro Maruo), Ito ha creado una serie de historias realmente inquietantes que lo han colocado en la palestra de autores a seguir con fidelidad.
Sus más reconocidas creaciones, Tomie y Uzumaki, han sido llevadas al cine... Nada extraño si se tiene en cuenta no ya el éxito del terror cinematográfico asiático en todo el mundo, sino también la fuerza visual de las viñetas de Ito. Si hemos visto cómo Tomie era llevada al cine en varios largometrajes, la serie protagonizada por Kirie y el resto de habitantes del pueblo fascinado y maldecido por el poder de las espirales dio lugar en el año 2000 a un único largometraje, de título homónimo, dirigido por Higuchinsky.
El problema de la película es que, salvo muy contadas omisiones, es excesivamente fiel al original literario. Por lo tanto, el conocedor de este último se limita a ver pasar por delante la misma historia en imágenes en movimiento, sin dejar espacio para la sorpresa, la sugerencia, las connotaciones. Ahora bien, aquel que no haya leído la obra de Ito difícilmente podrá escapar a la fascinación de imágenes que quedan sin desarrollar, como la alumna de cabellos kilométricos que parece dominar la escuela, o ese fascinante "Cuarto Acto" del largometraje, que se limita a mostrar las consecuencias de la maldición en distintos habitantes del pueblo, y que careciendo de explicación alguna (y de diálogos), genera una inquietud no exenta de cierta poesía malsana.
En definitiva: estamos ante una película fantástica bastante lograda, si bien habría levantado mucho más el vuelo si sus artífices se hubieran tomado más libertades respecto del original, imprimiendo así más personalidad en su trabajo.
Para más información, recomiendo la lectura de la siguiente crítica del film:
Cinefagia.com: Uzumaki
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