Por ello tengo una creciente curiosidad por ver Grind House, curioso experimento perteneciente al género de terror, que consiste en dos episodios de una hora de duración cada uno, filmado por un cineasta diferente: Robert Rodriguez se encarga de dirigir Planet Terror, mientras que Quentin Tarantino hace lo propio con Death Proof. La película, claro está, homenajea las sesiones dobles de los drive in norteamericanos en años pretéritos, e incluso contará con trailers de películas falsos entre uno y otro segmento.
Rodriguez siempre me ha parecido un cineasta algo sobrevalorado, cuyo mayor mérito radica en el escaso presupuesto de su primer trabajo (El Mariachi) y en su pluriempleo a la hora de escribir, producir, dirigir y montar sus films, además de alguna tarea añadida. Hasta la fecha, quizá sus mejores películas han sido The Faculty (por su total falta de pretensiones, resultaba un producto simpático y rabiosamente entretenido) y la reciente Sin City, codirigida con el autor de los cómics en que se basa, Frank Miller.
Pero Tarantino es harina de otro costal, y hasta ahora sólo su participación en Four Rooms decepcionó ligeramente, pues aun siendo lo mejor de aquella fallida película (donde también participaba Rodriguez, no lo olvidemos), su episodio no estaba a la altura del resto de su filmografía. Esperemos que con este nuevo proyecto en común de estos dos amigos amantes, como un servidor, del cine exploit, no suceda lo mismo.
[Nota: aunque puede verse el nombre de Mickey Rourke en el cartel promocional de Death Proof, recientemente se supo que el actor abandonó el proyecto, siendo sustituido por Kurt Russell, actor que trabajará por primera vez a las órdenes del autor de Pulp Fiction.]
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