Abandonad toda esperanza

lunes, 9 de noviembre de 2015

Los lunes... Batman: La noche final




Batman siempre ha sido uno de los superhéroes más populares de todos los tiempos, quizá el que más con la salvedad de su compañero de fatigas en el Universo DC: Superman, el Hombre de Acero. Pero qué duda cabe que en los últimos años su popularidad se ha visto acrecentada todavía más gracias al cine (desde las películas de Tim Burton y Joel Schumacher hasta la más reciente trilogía, merecidamente aplaudida, de Christopher Nolan) y, por qué no decirlo, a algunos autores que han dado lo mejor de sí dentro del medio que vio nacer al personaje a finales de la década de los 30: el cómic. Esto explica el gran número de títulos protagonizados por el personaje que llegan cada mes a las librerías especializadas, en estos tiempos y en nuestro país de la mano de ECC Ediciones. Por eso vamos a dedicarle una sección semanal en exclusiva que durará mientras haya nuevos títulos que comentar; y por lo que se ve, parece que va para rato... para alegría de la legión de seguidores del Hombre Murciélago.

Nota bene.- A partir de este año 2015, esta sección pasa a ser de periodicidad mensual con el fin de responder al ritmo de salida de nuevos títulos del personaje y también para dar cabida en este vuestro blog a otros cómics protagonizados por otros personajes, muchos de ellos pertenecientes también al Universo DC.




Con este Batman: La noche final continúa por parte de la editorial española la recuperación de la etapa en la que el guionista Doug Moench -del que también hemos podido leer los tomos en rústica Batman: Conspiración y Batman: Forajidos- y el dibujante Kelley Jones se encargaron de tomar las riendas de la colección principal de la franquicia del Caballero Oscuro. Así pues, el presente tomo sigue a los previos Fundido en negro y La conexión Deadman y sitúa a Moench y Jones en el podio de los autores más repetidos dentro de la línea Grandes Autores de Batman, solo superados por Frank Miller y el tándem formado por Jeph Loeb y Tim Sale, e incluso por delante de los dos tomos de Mike W. Barr & Alan Davis y la labor de otros equipos tan prestigiosos como Brian Azzarello & Eduardo Risso, Alan Moore & Brian Bolland o Grant Morrison & Dave McKean.




Esto no es de extrañar, además de por la calidad intrínseca de su trabajo, porque Moench es uno de los guionistas más prolíficos de la historia del Hombre Murciélago: el guionista dedicó al personaje de Bob Kane más de 150 comic books entre números de Batman, Detective Comics y miniseries varias. Pero entre esta ingente producción destacan particularmente aquellos comic books en los que, al igual que en Batman: Haunted Gotham y Batman: Lo invisible, el escritor contó con Kelley Jones a los lápices.




Como ya señalamos al comentar las entregas anteriores, Jones pasará a la historia como un autor particularmente dotado para reflejar elementos propios del género de terror: deudor del gran Bernie Wrightson, y por extensión del padre espiritual de ambos -el mítico Graham 'Ghastly' Ingels, uno de los autores de la no menos mítica EC Comics-, lo suyo era (y es) recrear atmósferas siniestras y ambientes lúgubres por los que se mueven criaturas de formas imprecisas, cuando no deformes. Nada de extrañar si, tal y como afirma David Fernández en el texto "Desde las sombras" que sirve a modo de epílogo en el presente volumen, se trata de "un dibujante que menciona entre sus principales referentes a F. W. Murnau, Orson Welles, James Whale, Jacques Tourneur, Mario Bava, las películas de la Hammer y el cine gore y giallo de los años setenta y ochenta".




Consciente del peculiar talento de su compañero, el guionista Doug Moench potenció durante su etapa en la colección de Batman todos aquellos conceptos y rasgos que iban a permitir que el trabajo de Jones brillara en todo su esplendor, y los números que incluye este volumen -del 536 al 543 de la citada cabecera- no son una excepción: así, el tomo arranca con la historia en tres partes "La noche más oscura de Manbat", en el que el cruzado de Gotham vuelve a enfrentarse por enésima vez a esa variante de la doble figura del doctor Jekyll y Mr. Hyde, con un toque del mito vampírico, que es el doctor Kirk Langstrom y su monstruoso álter ego.




Acto seguido, en el one shot "El blues del cementerio", Batman ha de resolver un caso puntual: la profanación de tumbas por parte de un enigmático individuo que firma sus notas con el nombre de El Enterrador. Este personaje es una nueva creación por parte de Moench y Jones, pero la serie no tarda en recurrir a otro viejo conocido del Universo DC: acto seguido, en los dos números siguientes, y tal como sugiere el título común de "El Espectro de la venganza", es la misteriosa entidad conocida como El Espectro quien comparte protagonismo con el Hombre Murciélago.




Finalmente, otra historia en dos partes titulada "Sin Rostro" hace de un nuevo villano, que responde al apodo que da título a la misma, el nuevo quebradero de cabeza para el álter ego superheroico de Bruce Wayne: se trata de un relato de misterio donde vuelve a destacar la faceta más detectivesca y noir -otro factor este, el género negro, constante inspiración del equipo formado por Moench y Jones- del protagonista, que tendrá que recurrir a su inteligencia y sus dotes para la deducción y la lógica a la hora de descubrir la identidad del criminal.




Todas estas historias, como ya hemos dicho, permitieron a Jones (y, por añadidura, al propio Moench) brillar a gran altura. No obstante, no todo va a ser positivo: el dibujante demuestra sus limitaciones en los momentos (afortunadamente, contados) en los que el álter ego civil del superhéroe, el multimillonario Bruce Wayne, toma el protagonismo, y demuestra su incapacidad (o, quizá, su desinterés) para reflejar al personaje con una cierta credibilidad adaptándose en cierta medida al canon del personaje. Así, Jones dibuja a Wayne y al resto de personajes humanos como caricaturas de sí mismos, e incluso en algunas ocasiones cuesta reconocer a un único personaje en distintas viñetas como el mismo sujeto. Esto se aprecia particularmente en las escenas en las que Wayne mantiene una relación con su nuevo interés romántico, la estrella de las ondas radiofónicas Vesper Fairchild, "la sirena de la noche" de la emisora KGC -que parece varias mujeres distintas según la página, incluso la viñeta, en la que aparece-; o en las contadas apariciones de Tim Drake como el nuevo Robin.




De todas formas, este pequeño defecto se ve contrarrestado con creces con lo que verdaderamente importa de la propuesta: la deslumbrante versión de Doug Moench y Kelley Jones del superhéroe protagonista, que los aficionados reconocen con prontitud por su similitud con una gárgola viviente de rasgos demoníacos cuyas máscara (orejas a modo de cuernos kilométricos incluidos) y capa han pasado a formar parte de la historia icónica del personaje por derecho propio.


Título: Batman: La noche final [Grandes autores de Batman: Doug Moench & Kelley Jones, vol. III]
Autores: Doug Moench (guion) / Kelley Jones (dibujo)
Editorial: ECC
Fecha de edición: mayo de 2015
192 pp. (color) - 19,50 €

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