miércoles, 9 de julio de 2008
Haxtur: La metafísica del héroe
En los últimos años, la eclosión del mercado del cómic en España ha traído consigo que un gran número de editoriales, sobre todo las más grandes, puedan dedicar un apartado de su catálogo a la recuperación de clásicos incontestables de la historieta: Planeta ha recuperado tebeos de la talla de Flash Gordon, Rip Kirby, Terry y los Piratas, Príncipe Valiente, Krazy Kat, Popeye o Peanuts; Norma Editorial sigue, Will Eisner aparte, centrándose en el cómic europeo (véase la reciente edición de Valentina de Guido Crepax); y tanto Panini como la citada Planeta están recuperando material digno de antología del género superheroico, de Marvel y DC respectivamente.
A estas editoriales se les suma Glénat, que pese a centrarse especialmente en el manga japonés, es de las que más está haciendo por recuperar los clásicos incontestables del tebeo patrio: véanse si no las ediciones de obras contemporáneas de Carlos Giménez, las reediciones de incunables de Àngel Puigmiquel y Apeles Mestres, o la recuperación de Torpedo de Abulí y Bernet, Esther de Purita Campos, Federico Mendelssohn Bartholdy de Alfons Font, Drácula y Zora de Fernando Fernández o Sunday de Mora y De la Fuente.
A esta última obra, el western en viñetas del creador de El Capitán Trueno y el ilustrador asturiano, se suma ahora en la "Colección Víctor de la Fuente" su más célebre obra, Haxtur, en una edición impecable.
El propio Carlos Giménez dijo de esta obra y de su autor: "Haxtur ha sido y todavía es el libro de cabecera de un gran número de historietistas. Haxtur fue sin duda el personaje más copiado, más imitado y más plagiado de su época. (...) Y me parece bien. Es decir, me parece normal, lógico y hasta adecuado. Si hay que escoger un maestro de quien aprender, si hay que elegir un modelo a quien imitar y estudiar, escojamos al más listo, al que más sabe, al que más nos gusta. Víctor tiene eso que despierta en el que lo admira las ganas de copiarle, de imitarle. Cuando miras un dibujo de Víctor piensas: Este es el dibujo que me hubiera gustado hacer a mí".
Hoy, al leer Haxtur treinta y siete años después de su primera aparición, comprendemos mejor las palabras del autor de Paracuellos: el relato de ese héroe casi anónimo, que (apenas) responde al nombre de Haxtur, presenta un alcance inusual para una historieta de su momento.
Haxtur nació en 1971, aunque la idea rondaba por la mente de su creador desde un par de años atrás. La obra se publicó en las páginas de la revista Trinca a lo largo de catorce entregas, y en su portada se anunciaba como una "historia de ciencia ficción". No obstante, leída hoy, Haxtur se nos antoja más bien una muestra del género de fantasía heroica, o incluso de espada y brujería... aunque muy sui generis, como veremos.
Como menciona Manuel Barrero en el revelador texto que incluye la edición que manejamos, Haxtur supuso en su momento "un discurso ideológico, un puente metafórico entre el relato bíblico y la denuncia soterrada de la dictadura franquista". Efectivamente, y a pesar de que viese la luz en una revista promovida por el dinero público del Régimen, su carácter críptico le permitió, como al cine que Carlos Saura realizaba por aquella época, el tomar una postura contestataria respecto de los poderes fácticos.
Esta obra de Víctor de la Fuente volvió a demostrar una vez más aquello de que "la necesidad es la madre de la invención", y no solo y como acabamos de comentar en lo referente al contenido, que intentó eludir con éxito las tijeras de la censura: la premura con la que el autor tenía que concebir las distintas entregas para entregarlas a la editorial lo llevó a reducir los recursos estilísticos a lo mínimo necesario, no abusando de guiones demasiado trabajados, e incluso apostando por los espacios en blanco en algunas de las viñetas, un silencio que se convirtió en un recurso expresivo muy poderoso.
Haxtur está protagonizada por un héroe anónimo que se mueve en un universo fantástico fuera del tiempo y el espacio tal y como los conocemos. Nuestro protagonista parece surgir de un conflicto bélico (¿quizá Vietnam?) donde ha perdido a sus compañeros, y en su confuso vagar tendrá que enfrentarse a enemigos que parecen surgir de todas las épocas y lugares, físicos o no, desde caballeros medievales a guerreros surgidos de la mitología nórdica, sin olvidar a todo tipo de criaturas sobrenaturales o increíbles: brujos y hechiceras, lagartos gigantescos y licántropos, reptiles antropomórficos y robots sin conciencia...
Las interpretaciones que pueden darse a Haxtur son inagotables: ¿es acaso, como nos parece a nosotros, el relato circular de un muerto en el purgatorio? Estemos en lo cierto o no, de lo que no cabe duda es de que se trata de un relato que apuesta más por la introspección que por la acción física -aunque esta aparezca casi a cada página-, protagonizada por un héroe shakespeariano, que duda continuamente (el relato arranca y termina con un desgarrador "¡¿Por qué?!" gritado a los cuatro vientos con angustia metafísica), y cuyo destino -que desconoce, o cree desconocer- no es otro que encontrarse a sí mismo.
La edición por parte de Glénat recupera el color de la obra original, aunque recoloreado gracias a las técnicas actuales... pero siempre con la supervisión del propio autor. Y los complementos -el citado texto de Barrero, una entrevista coyuntural con el autor publicada en Trinca n.º 25, y una breve biografía del mismo- acaban por dar forma a una recuperación digna de todos los aplausos e imprescindible en las estanterías de todo coleccionista que se precie.
Título: Haxtur
Autor: Víctor de la Fuente (guión y dibujo)
Editorial: Glénat
Fecha de edición: junio de 2008
96 pp. (color) - 25 €
[Nota: Las ilustraciones que acompañan a estas líneas pertenecen a la edición original en álbum de 1971, no a la reedición de Glénat.]
(+) "Víctor de la Fuente, una cierta vanguardia" (Triunfo Digital.com)
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