Les aviso de antemano, amables lectores, de que hoy esta simpática sección de "Bodrios que hay que ver" va a ser de todo menos simpática. Tampoco será graciosa, y no pretenderá crear buen rollo o provocar unas siempre agradecibles risas. Porque hoy, amables lectores, estoy indignado.
Sabrán ustedes que en esta sección comentamos películas que suelen pasar bastante desapercibidas para el público general, y/o que son tan cutres que no pueden menos que despertar las simpatías de los sorprendidos espectadores. Pero es que hoy vamos a recordarles la triste existencia de Teen Wolf (De pelo en pecho), un film que en 1985 supuso un (inmerecidísimo) éxito sin precedentes, y a la postre un título capital del cine de los 80: sí, como Toro salvaje de Martin Scorsese, Hannah y sus hermanas de Woody Allen o Terciopelo azul de David Lynch, para que vean lo raro que puede llegar a ser todo.
Ya mencionamos este film dirigido por Rod Daniel -responsable de otras joyas de la comedia como De tal palo tal astilla, Superagente K-9 o Beethoven 2; vamos, un nuevo Billy Wilder- cuando hablamos de la pésima Full Moon High, posiblemente el peor largometraje de Larry Cohen y a todas luces precedente de este exitazo ochentero. Y es que muy posiblemente sea al film de Cohen al que más debe su existencia Teen Wolf, y no al I Was a Teenage Werewolf de Gene Fowler Jr. y Michael Landon del que en su día se anunció como una suerte de remake: hasta el baile del instituto, imitando los movimientos de un hombre lobo, parece remitir al film de Cohen (... y al Thriller de Michael Jackson y John Landis, dicho sea de paso).
¿Qué cuenta la película?, se preguntará usted si es uno de los pocos agraciados que se ha librado de verla hasta el momento. Pues yo se lo digo: nada. No cuenta nada. ¿No me cree? Vale, pues haré un esfuerzo por establecer una sinopsis: la acción se centra en un aburrido pueblo norteamericano en el que vive un muchacho igual de aburrido y norteamericano, al que interpreta un Michael J. Fox que aquel mismo 1985 estrenaba la -esta sí- excepcional Regreso al futuro; ambas lo convirtieron en una estrella. Este muchacho, que atiende al nombre de Scott Howard y que ve cómo el equipo de baloncesto de su instituto pierde una y otra vez, empieza a advertir en su metabolismo una serie de cambios que van más allá de las típicas alteraciones hormonales de la adolescencia. Pronto descubrirá que es un hombre lobo, o mejor, un adolescente lobo (vamos, un "Teen Wolf")... y que su padre también lo es.
Y ya está: a diferencia de Cohen, el film de Rod Daniel no da ninguna explicación a la maldición que atenaza al protagonista, y establece que, simplemente, se trata de una familia de hombres lobo desde tiempos inmemoriales. Y a partir de ahí el film se aparta por completo del género del terror (Full Moon High podía entenderse como una parodia del mismo, esta ni siquiera eso), y se convierte en una comedieta adolescente de autosuperación y aceptación de uno mismo, en el que la maldición del hombre lobo funciona como metáfora de la adolescencia, y donde no faltan el típico colega graciosete, la amiga eternamente enamorada que el protagonista no acaba de aceptar, o la chica popular del instituto, pareja del macarra del equipo contrario, por la que el personaje principal bebe los vientos sin darse cuenta del asco que da su superficialidad.
Por lo demás completan la cinta las peripecias para conseguir comprar cerveza siendo menor de edad, el "surfear" en el techo de la furgoneta al ritmo de los Beach Boys, una fiesta de instituto al más puro estilo Desmadre a la americana... y, claro está, el partido definitivo de baloncesto, que consigue ganar el protagonista en el último segundo del mismo (¿les suenan los finales de la saga de Rocky o Karate Kid?) y que pone punto y final al film.
En definitiva: una inconmensurable y sonrojante basura que no hay por dónde cogerla, pero que pese a ello acabó disfrutando de una secuela, Teen Wolf Too (aquí, Teen Wolf 2), ya sin un Michael J. Fox que se vio sustituido por Jason Bateman (actor hoy recuperado gracias a la serie Arrested Development y a su participación en filmes como Ases calientes, Juno o Hancock)... e incluso una serie de televisión de dibujos animados que presentaba a toda una familia lupina.
Les recomiendo consigan vencer la curiosidad que supone el descubrir el debut como guionista de cine de Jeph Loeb, magnífico escritor de cómics que ha revisitado personajes como Spiderman, Daredevil o Batman con singular acierto, y que se ha inmiscuido en series televisivas del género como Smallville o Héroes, porque el talento se le debió desarrollar más tarde. E intenten vencer igualmente la nostalgia ochentera y eviten así sufrir algo que solo tenía su gracia cuando lo veías con seis años y colocado de Doritos.
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2 comentarios:
Imagino que con esta reseña tan destructiva sobre una película que para muchos es un "clásico" vas a tener que soportar algún tarado de estos que cada vez que le mencionas algo de los 80s te responde "míticoooooooooooooooo".
Pero hoy no voy a ser yo, de hecho me gusta este toque destroyer. Y en cuanto a la película la recuerdo medianamente, pero nunca me hizo mucha gracia.
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