La nueva película de Julio Medem, Caótica Ana, era uno de los proyectos más esperados para los que, como el que esto suscribe, admiramos al realizador de cuatro de las películas más interesantes del cine español de los últimos tiempos: Vacas, La ardilla roja, Tierra y Los amantes del Círculo Polar.
Después de Lucía y el sexo, que supuso una pequeña decepción aunque tuviera momentos que eran 100% Julio Medem, se produjo un paréntesis en su producción de películas de ficción, durante el que estrenó el polémico documental La pelota vasca (que todavía me resisto a ver, dado su descomunal metraje) y algunos cortometrajes y anuncios publicitarios. Ahora, Caótica Ana debía suponer, presuntamente, el regreso del mejor Medem... aunque la sensación de decepción que provocó la cinta protagonizada por Paz Vega y Tristán Ulloa se ha incrementado.
Caótica Ana es un film en el que parece que el realizador vasco se ve obligado a repetirse a sí mismo para seguir siendo un auteur, pero la sensación final es la de que estamos ante un producto hueco que tiene poco que contar, por más que el envoltorio posea el atractivo visual que siempre ha estado presente en su filmografía.
Y es que Medem es uno de los pocos realizadores españoles que, gusten más o menos, cuidan su factura visual, y usan el lenguaje cinematográfico para narrar, más allá del uso de los diálogos y el trabajo con los actores. Pedro Almodóvar, Bigas Luna, Agustí Villaronga, Alejandro Amenábar o Juan Carlos Fresnadillo son otros ejemplos; pero Medem es, posiblemente, el más diáfano al respecto.
Pero aquí, como decíamos, parece tener poco que contar: la historia de Ana, una adolescente que vive con su padre en una cueva de Ibiza y es reclutada por una mecenas francesa que tiene una residencia para artistas en Madrid. Allí entrará en contacto con otros jóvenes, entre ellos una chica que se convertirá en su mejor amiga y un emigrante saharahui que podría ser el amor de su vida...
A partir de ahí, se desarrolla una historia sobre la posibilidad de la reencarnación, sobre el vivir muchas vidas una detrás de otra conservando algunos de los recuerdos en el inconsciente, para concluir con una reflexión sobre la posibilidad de ser bueno o malo innata en el ser humano, y el papel de la mujer como engendradora de vida y, por tanto, germen de ambas posibilidades.
Pero todo ello se representa a través de una historia de ficción muy poco verosímil, de la que apenas se salvan algunos momentos aislados; así como el descubrimiento de la debutante Manuela Vallés, a la que auguramos un futuro prometedor, y la relación con su padre. Esto último es lo más creíble dentro de un film increíble, esta Caótica Ana a la que, por más que demuestre el talento visual de su autor, no acabamos de verle del todo su razón de ser.
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3 comentarios:
Yo despues de la de Lucia lo borre de la lista, y esta tenia pinta de ser del mismo tipo.
Ud no perdona, ¿eh?
Aunque creo que aquí le sobra razón... y hace bien.
Puedo perdonar, pero olvidar se me da peor y por ahora esta en cuarentena.
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