Abandonad toda esperanza

lunes, 18 de diciembre de 2006

Paul Verhoeven: toda la carne en el asador

Si hace no mucho hablábamos en este vuestro blog de la última película del holandés Paul Verhoeven, Black book, como de una interesantísima historia acerca de la resistencia holandesa durante el régimen nazi que vendría a ser al cine bélico lo que Los señores del acero fue a las películas medievales, ahora hemos revisado esta cinta de los años 80, y confirmamos que apenas ha envejecido veinte años después de su estreno.



Los señores del acero, ridículo título español del más adecuado y explícito Flesh + Blood ("Carne y sangre"), sigue siendo uno de los mejores trabajos de su autor, gracias a la fidelidad, alejada de toda mistificación, con la que el director de Instinto básico refleja la miseria y la podredumbre de la Baja Edad Media, ya en sus años postreros y cercano el Renacimiento.



En la película asistimos a la lucha de clases entre los señores feudales y los soldados de fortuna, aquí encarnados los primeros por un Arnolfini interpretado prodigiosamente por el español Fernando Hilbeck y su hijo, el joven científico Steven; y los segundos por el grupo encabezado por Martín, interpretado por el entonces actor fetiche de Verhoeven, Rutger Hauer.

Completan el reparto principal Jennifer Jason Leigh, como la en apariencia inocente Agnes, personaje que pronto demuestra que, como Martín y a su propia manera, es también una superviviente nata; y Jack Thompson, que compone un capitán Hawkwood memorable.



Si no han visto todavía Los señores del acero, rodada en su mayoría en España y que cuenta con una banda sonora de resonancias medievales compuesta por el recientemente fallecido Basil Poledouris, hagan por paliar lo antes posible ese imperdonable vacío; y cuando finalmente se estrene en España, tras su aplaudido pase en el Festival de Sitges, Black Book, vayan a verla también. Porque ambas son, probablemente, lo mejor de este interesantísimo cineasta, y en ambas refleja su obsesión por retratar la condición humana con todo lo positivo y (sobre todo) negativo que supone.

[Imagen: Paul Verhoeven.]

6 comentarios:

Pep dijo...

Pedazo de película esta, pedazo de director el "Ferjefen"... y que grande fué Rutger Hauer y que grande podría haber sido de no ser porque lleva veinte años haciendo caspa radiactiva.

Esta película consiguió además dos cosas:

1ªQue nunca más quisiese viajar en el tiempo al medievo (ilusión que me dieron las películas del tipo Robin Hood o Ivanhoe) por si pillaba cualquier enfermedad mortal o me llenaba de mugre.

2ª Que cada vez que veo a Jennifer Jason Leigh quiera comer chorizo. Soy un guarro, lo confieso.

Un saludo!

Unknown dijo...

Soy igual que el anterior comentador, un guarro. He llegado a congelar las imágenes de Jennifer Jason Leight.

Anónimo dijo...

Y a mi que la tia me pone bruto... digo....

La peli cojonuda. Asi de simple, ale, todo dios a verla.

Ademas tiene el mejor suicidio de la historia. ¿Quien adivina de cual hablo?

Francisco J. Ortiz dijo...

SPOILER para Adri: ¿el del tipo gay que se suicida clavándose la espada contra la pared?

El actor, el español Simón Andreu, grandísimo intérprete.

Pep dijo...

Simón Andreu, eso si es un "supporting role" de lujo que dirían los yankies. Y uno de esos actores todoterreno que lleva toda la vida trabajando en su país y en el extranjero... que parece que Banderas o La Pé hayan inventado la Coca-Cola.

Y hablando de Andreu (y por extensión de la cutre que es Españo "cuidando" lo suyo)¿¿Por qué diablos "La Novia Ensangrentada" de Aranda no está editada en su país y sí en el extranjero??

Seguro que Forges tendría una explicación... ;-)

Anónimo dijo...

Premio!

Adoro ese suicidio. Que determinacion, que imaginacion, que pedazo de cacho de espada!


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