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Hasta la fecha, su mejor trabajo me sigue pareciendo Rompiendo las olas, aquella epopeya romántico-religiosa que fue aplaudida en Cannes y que a todo el mundo le recordó el Ordet de Dreyer. No obstante, ese policíaco tan sui generis titulado El elemento del crimen, o una película tan arriesgada como Dogville, con Nicole Kidman, merecen muy mucho la pena. En cambio, Bailar en la oscuridad siempre me ha parecido bastante sobrevalorada, y de la idiotez de Los idiotas, mejor ni hablamos...
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Uno de sus últimos trabajos, esta Cinco condiciones, parte de una premisa harto original: en 1967, su compatriota Jorgen Leth filmó el cortometraje Det perfekte menneske ("El ser humano perfecto"), donde analizaba el comportamiento de las personas. Fascinado por este semidocumental de trece minutos, Von Trier propone a su colega recrear dicha obra repetidas veces a partir de una serie de condiciones, a cual más complicada...
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Von Trier se convierte así en el villano de la función, un demiurgo caprichoso que pone en un brete detrás de otro a Leth, (anti)héroe épico del drama. Pese a ello, el objetivo de Von Trier no es otro que poner a prueba la creatividad de Leth, a la vez que (como vamos descubriendo conforme avanza el metraje), sacarlo de una depresión, quizá fruto de la falta de interés por el propio oficio.
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¿El resultado final? Pues, como suele pasar con el cine del principal impulsor del movimiento Dogma, es un experimento tan irritante en algunos momentos como fascinante en otros, que aúna documento y cine experimental, imagen real y animación (que, por cierto, odian ambos cineastas daneses)... Cinco condiciones viene a ser una obra fruto de la autoflagelación, de autoimposiciones en muchas ocasiones ridículas pero que germinan en un resultado sorprendente, un cine tan libre como el de Godard o Moretti, por citar dos casos, y cuya mera existencia debe aplaudirse.
1 comentario:
A mí Bailar en la oscuridad me aburrió mucho. Aunque Bjork está de P.M. pero es que los dramas de Von Trier no me interesan mucho y su forma de dirigir no me parece muy novedosa, hortera sí, un rato. Aquello del Dogma eran ganas de marear, luego se ve que se cansó y dirigió Bailar en la oscuridad.
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