Abandonad toda esperanza

lunes, 3 de marzo de 2008

Libros de Sangre (IX): Jacqueline Ess

"He visto el futuro del terror, y su nombre es Clive Barker."
- Stephen King



En los relatos de los Libros de Sangre que ya hemos comentado, el sexo es un tema prácticamente presente en todos ellos: véanse sobre todo cuentos como "El blues de la sangre de cerdo", "Sexo, muerte y luz de estrellas" o "En las colinas, las ciudades". Pero es este Jacqueline Ess: Últimas voluntades y testamento el acercamiento más diáfano de Clive Barker al subgénero del terror erótico, a la vez que una de sus obras, breves o extensas, más conseguidas.

"Jacqueline Ess" es el primer relato de Barker protagonizado por una mujer (algo que reaparecerá después en cuentos como "La vida de la muerte" o "Lo prohibido"), y denota la complejidad implícita en acercarse a la psique femenina por parte de un autor que respeta la diferencia y asume la incapacidad de entender al Otro, algo que se plasma en el variado reparto de personajes masculinos de la narración.



La protagonista, Jacqueline Ess, es una mujer de algo más de cuarenta años que (sobre)vive a una existencia dominada por la rutina; esto, unido a su edad y a los ciclos vitales y biológicos de su condición, la sumen en una depresión de la que cada vez le resulta más difícil salir. Esta situación se agrava cuando descubre que su esposo, Ben, ha conocido a otra mujer y planea abandonarla; y lo que es peor, a Jacqueline parece no importarle demasiado.

El Horror se desata cuando la protagonista descubre su capacidad para alterar la materia orgánica a voluntad, matando a su marido al transformarlo en un amasijo de carne sin forma. Acto seguido, Jacqueline abandona la escena, y parte en busca de Oliver Vassi, un abogado amigo de su fallecido esposo.



Posteriormente, Jacqueline entablará una relación con Titus Petiffer, un hombre casado, a la vez que uno de los hombres más ricos del mundo, y del que pretende aprender a controlar su poder y a perfeccionar el arte de la manipulación, a cambio de ofrecerle su dominio del sexo, mejorado gracias a su sorprendente habilidad contranatura.

Por supuesto, Jacqueline acabará matando a Petiffer, y también a Lyndon, manipulador y mano derecha del anterior. Pero no es en la ristra de cadáveres que va dejando a su paso la protagonista, ni en los excesos gore del relato, donde hallaremos lo que hace de "Jacqueline Ess" una obra maestra del relato de terror: por una parte, Barker aprovecha las posibilidades para la sugerencia de la narrativa, a la vez que articula su relato siguiendo, por un lado, las peripecias de Jacqueline, y por otro el legado manuscrito de Oliver Vassi, un hombre absolutamente enamorado de Jacqueline y casi alter ego de un lector fascinado por el autor y por su personaje femenino.



Como no podía ser de otra forma, Vassi será, a la postre, la última víctima de esta mantis religiosa al más puro estilo Barker: una vez la encuentra en el Barrio Rojo de Amsterdam, y después de haber pagado al proxeneta Koss el precio de una noche junto a Jacqueline (que no es otra cosa que todas las posesiones del cliente, dado que ya no las necesitará... pues nunca saldrá con vida de la habitación), los dos se sumirán en un coito homicida que acabará con la vida de ambos, y a su vez con esta tragedia de romanticismo exacerbado.



"Jacqueline Ess: Últimas voluntades y testamento", en Libros de Sangre (vol. 1)
Clive Barker
Madrid, La Factoría de Ideas, 2005, pp. 287-326.

4 comentarios:

Icaras dijo...

Al fin puede entrar! Interesante historia. Intentaremos agenciárnosla.

Francisco J. Ortiz dijo...

¡Bienvenida! ;-)

Un grandioso escritor, este Barker, y sus LIBROS DE SANGRE, editados recientemente por La Factoría de Ideas en 4 volúmenes, una ausencia imperdonable en cualquier biblioteca de buen gusto. :-)

Besos.

Rust Cohle dijo...

Este relato saca a la luz el miedo de las mujeres con poder absoluto. La verdad me puso incomodo esta especie SuperMujer Nietzschiana con un poder absoluto y sin culpa y arrepentimiento,así como ( debo admitirlo) fue reconfortante cuando en la parte final aparece como una prostituta a lo mujer escarlata de Aleister Crowley solo un ser sexual amarrada de pues y manos, voluntariamente, para que la posean. Clive Barker nos pone en una situación incómoda al sacar a luz nuestra misoginia inconciente.

Unknown dijo...

Me sentí identificada con este relato me encantó. Me puse en el lugar de j...


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