Abandonad toda esperanza

martes, 2 de diciembre de 2008

Bodrios que hay que ver: El maestro

(Estas líneas van dedicadas, con todo mi cariño y mi desprecio, a mi buen amigo el Dr. Virgilius, que tan amable y sibilinamente me recomendó ver este pedazo de basura).


Hoy voy a ser breve... Sí, ya sé que muchas veces digo lo mismo y luego resulta de que no, pero esta vez es de que sí, de verdad. Porque lo de esta película no tiene nombre.



Bueno, sí tiene, como pueden ver en el cartel superior: en España se titula El maestro, The Master para los de Oppening English, y Long xing tian xia para los que, como un servidor, manejamos con soltura el chino cantonés. Pero lo que quería decir es que esta producción de 1989 es un engendro inenarrable que, en mi habitual y ya reconocible afán por contradecirme a mí mismo, voy a intentar narrarles.



Aunque no sé si seré capaz, porque esto no tiene ni pies ni cabeza. Veamos: el protagonista es un joven chino que llega a Los Ángeles en busca de su viejo maestro de artes marciales, para descubrir que la vieja herboristería de este ha sido destrozada y el venerable luchador se encuentra en paradero desconocido. Bueno, al menos para él, porque el espectador sabe perfectamente que está escondido en un remolque donde vive una joven aficionada al kárate que lo salvó de una muerte segura a manos de un sanguinario y chuloplayas luchador norteamericano y los macarras de sus seguidores.



El protagonista, acompañado de tres jóvenes de procedencia latinoamericana que intentaron robarle la mochila pero que al ver sus dotes como luchador le han tomado como maestro (!) pese a las reticencias de este, se embarcará en la búsqueda de su maestro, y al encontrarlo decidirá ayudarle a enfrentarse al crimen más o menos organizado que se ha formado alrededor de Johnny -que así se llama el maestro norteamericano, repudiado años atrás por el asiático- y su academia de artes marciales.



Y no hay más. Bueno, sí, hay más: una joven asiática que no sabemos muy bien si es policía, periodista, profesora, arquitecta, médica, bailarina, go go o si trabaja para el ayuntamiento -votamos por esto último, pero la película no lo deja muy claro-, y que se enamora perdidamente del protagonista, así como una retahíla de policías a cuál más torpe que no hacen otra cosa que comer y beber en horario de oficina.



Por lo demás, chistes tontos como solo los asiáticos saben hacerlo, de manos de un reparto encabezado por un Jet Li que emulaba a Jackie Chan mucho antes de convertirse en estrella asiática de superproducciones de Hollywood al estilo de El único, Danny the Dog o El asesino, o de cintas más reputadas como Hero y a las órdenes de directores de la talla de Zhang Yimou. Y tras las cámaras, Tsui Hark, afamado director y productor de cine hongkonés de género, autor de cintas como Zu: Los guerreros de la montaña mágica, la saga -de cinco películas, nada menos- Érase una vez en China o The Eye III, y que ya apareció en esta sección gracias a una de sus cintas al servicio de Jean-Claude Van Damme: Double Team.

En fin: una pesadilla para olvidar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que Jet-li tiene cada perla....

Pep dijo...

Y yo que cuando vi la carátula pensé que Jet Li hacía de jugador de baseball...

Y no se de que te extrañas, si lo más normal del mundo es acabar de alumno de los tios a los que intentas atracar. ¿Cómo piensas que empezó Chuck Norris a aprender artes marciales?


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