Ayer asistimos a una conferencia sobre periodismo de investigación y novela negra impartida por Mariano Sánchez Soler, una de las personas de las que más puede aprenderse en este país en lo que respecta a la teoría de este género literario.
El escritor alicantino, autor de diversas novelas negras (cuyo grueso se reúne en el fundamental Grupo antiatracos editado por La Factoría de Ideas), así como de numerosos ensayos sobre política e historia recientes de España, estableció algunos de los elementos necesarios para que una novela sea considerada como negra o policiaca, y estableció el nacimiento de esta corriente en el siglo XIX, con la publicación de El doble crimen de la calle Morgue, de Edgar Allan Poe.
Esta novela, la primera que establecía un juego de lógica con el lector, y donde el autor de Annabel Lee presentaba al personaje de Dupin, tuvo su prolongación en las aventuras de Sherlock Holmes, escritas por Arthur Conan Doyle, y por las novelas enigma o whodunit de Agatha Christie.
Pero fue en la década de los 20, con el crack bursátil y el inicio de la Gran Depresión, que Dashiell Hammett y otros autores menos ilustres "sacaron el género del jarrón veneciano y lo sacaron a la calle", en afortunada expresión de Raymond Chandler. Fue Hammett, autor de novelas tan celebradas como Cosecha roja o La llave de cristal, y admirado por André Malraux, André Gide o nuestro Luis Cernuda, quien dio categoría a un género hasta entonces considerado exclusivamente popular.
También se habló, y mucho, de la ciudad de Alicante, a la que Sánchez Soler ha dedicado una trilogía de ensayos muy personales, casi una visión lírica de la urbe sentida desde el alma, conformada por Alacant Blues, Alacant a sarpades (este último, escrito en valenciano) y el reciente Alacant Suite.
Para conocer más acerca del género, así como de la obra de Sánchez Soler, se recomienda la visita del espacio que le dedica la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario