Neil Gaiman dice que con todo lo que la gente no sabe de las relaciones humanas, podría hacerse un libro; y que ese libro es el Strangers in Paradise de Terry Moore. No me extraña la afirmación del escritor inglés, pues conforme avanzamos en la lectura de esta serie, prototipo del slice of life independiente, más seguros estamos de que Terry Moore no existe.
Y es que Terry Moore no puede ser una persona; debe ser una empresa, una sociedad anónima compuesta por individuos de la más diversa índole: hombres y mujeres, ricos y pobres, gays y heteros, blancos y negros, gordos y delgados, simpáticos y huraños, mansos y violentos; una especie de Terry Moore Inc. Sólo así se explicaría la verosimilitud de la fauna humana que protagoniza esta serie.
El volumen 4, que Norma Editorial edita este mes avanzando en su recuperación de un imprescindible del tebeo contemporáneo, arranca con un accidente de avión. Ya en la primera página, donde se nos cuenta la historia de Patricia, una niña que ha perdido a su madre en el siniestro, Moore demuestra su talento literario, viajando adelante y atrás en el tiempo y resumiendo toda una desdichada vida en apenas unas líneas y unas viñetas. El lector gira la página, y se da cuenta (por si no lo sabía ya) de que el uso dramático de las splash pages dobles no es exclusivo del género superheroico.
El tomo continúa desarrollando la subtrama de thriller de la serie, pero en un retruécano final, que no desvelaremos aquí, aunque sí diremos que incluye un viaje al futuro donde conoceremos a unas Katchoo y Francine de respetable edad, el autor consigue que su fiel lector se replantee todo lo que ha leído hasta ahora, y renueve su interés (aunque tampoco es que hiciera falta) ante lo que va a pasar a continuación...
Me decía el otro día una lectora no habitual de cómics, pero que a este paso puede acabar convirtiéndose en una (y es lo que tiene el empezar con Strangers in Paradise), que lo mejor de la serie de Terry Moore es que, con el paso del tiempo y conforme avanzas en su disfrute, los personajes protagonistas (ese trío inolvidable compuesto por Katchoo, Francine y David) pasan a formar parte de tu vida, y en tu recuerdo son tan reales como tus primos o los vecinos con los que te cruzas cuando vas a comprar el pan. Ese es el mayor mérito de Strangers in Paradise, que no es poco, y la principal razón de que sea uno de los verdaderamente pocos tebeos imprescindibles de seguir hoy en día.
[Enlace recomendado: El cómic menos extraño del mundo.]
Título: Strangers in Paradise (vol. 4)
Autor: Terry Moore (guión y dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: enero de 2007
296 páginas (b/n + 16 color) - 18 €
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Te puedo asegurar que Terry Moore existe... o por lo menos alguien que lo representa. Lo que también te puedo asegurar que es la persona más amable a la vez que extraña que he visto en mi vida.
Dentro de su cabeza deben haber varias personalidades contrapuestas: Estabas hablando con él y de pronto huía agobiado por la situación... Se disculpaba y despedía por si no te volvía a ver, a la vez que reaparecía al rato durante cinco fugaces segundos y te pagaba un café. Igual se negaba amablemente a firmarte un comic, que al rato te veía andando y te los quitaba de las manos devolviéndotelos firmados...
Así hasta que desapareció varios días antes de finalizar las jornadas a las que había sido invitado (la leyenda dice que con una francesa... mi teoría que directo a un manicomio). No sé si sus espantadas eran producto de un mal caracter oculto o es que todo aquello no iba con él y la espectación que le rodeaba le superaba.
Ignoro si la organización acabaría mosqueada por su rara actitud, pero así de primeras, parecía una persona muy amable. Un pequeño tesoro que guardo con buen recuerdo es un bonito dibujo dedicado(de los pocos que por lo visto hizo)de una Francine adormilada con un pequeño texto que reza "Francine por la mañana... todavía dormida"
Publicar un comentario