Abandonad toda esperanza

martes, 13 de junio de 2006

Un universo al alcance de nuestra mano

Aunque los fans fatales de DC vuelvan a salir con que las Crisis en tierras infinitas fueron la mejor de las macrosagas posibles (cosa que, desde luego, no tengo nada clara), en los últimos tiempos su rival Marvel Comics vuelve por antiguos derroteros e intenta dar una mayor cohesión a sus colecciones, cuidando mucho más la lógica interna de sus distintas series y las interrelaciones entre ellas.

Aunque en estos momentos es Civil War la macrosaga que se viene publicando en Estados Unidos (y que ha conseguido que los cómics de superhéroes trasciendan las publicaciones especializadas y alcancen a la prensa generalista), en España Panini Comics empieza a publicar este mismo mes Dinastía de M, la gran saga que precede a la anterior.

Vaya por delante que aun no conociendo la trama al completo, y aventurando que posiblemente incluya en su seno tanto grandes aciertos como importantes metidas de pata y licencias sonrojantes, me encuentro como lector como pez en el agua en esta historia cuyo máximo responsable es Brian Michael Bendis, uno de los guionistas que, por un lado, acercó el género negro al cómic superheroico (véanse también los casos de Ed Brubaker o Greg Rucka, y en el apartado gráfico, ilustradores como Michael Lark, Alex Maleev o Michael Gaydos); y por otro lado, dio más importancia a las relaciones humanas que a las espectaculares batallas, primando el valor del diálogo por encima de otras consideraciones.

De esta forma, los tiempos en que la relación entre las colecciones Marvel era mínima (por no decir nula) parecen haber pasado a mejor vida, y los sucesos de Dinastía de M encuentran su origen, como poco, en la ya algo lejana saga "Vengadores Desunidos", donde la Bruja Escarlata descubría que le habían arrebatado unos hijos que en realidad nunca pudo haber tenido y, enloquecida, destruía la mansión de los Vengadores y con ello a tres de sus miembros, incluyendo a su esposo Visión.



La aparición in extremis de su padre, Magneto, salvaba la vida de la Bruja. Eric se llevaba a Wanda a Genosha, con el fin de que Charles Xavier reparara su mente enloquecida...

... Y estos hechos nos llevan directamente, tras el preludio que significó el tercer volumen de Excalibur de Panini, a la miniserie Dinastía de M y todos los crossovers en distintas series, incluyendo un especial de The Pulse editado a modo de suplemento de prensa, donde con bastante gracia se tratan acontecimientos relacionados con la saga como si de noticias reales se tratase.



Siempre me han gustado las ficciones alternativas, al modo de El hombre en el castillo de Philip K. Dick, o los What if? de la propia Marvel durante los años 80. Ya saben: "¿Y si Ben Parker nunca hubiera muerto?" y cosas así. Eso es lo que promete Dinastía de M: un universo alternativo donde gobiernan los mutantes, donde la opresión del homo sapien pasó a mejor vida, y donde Steve Rogers (el Capitán América) ha envejecido; Peter Parker (Spiderman) está casado con Gwen Stacy, tiene un hijo y carece de identidad secreta; o el Sebastian Shaw del Club Fuego Infernal dirige SHIELD.

Una vez terminada la saga, seguramente se le puedan poner muchos peros, pero de momento, me rindo ante el indudable interés de sus premisas, el suspense conseguido y la fisicidad del universo diseñado por parte de Bendis y Compañía.

Por cierto, no soy precisamente admirador del Joe Quesada dibujante, pero me encanta su portada alternativa para House of M #1, con esa inquietante Wanda deconstruida... Una ilustración que acompaña a este post para el deleite de todo aquel que se dé un garbeo por aquí.

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