Batman siempre ha sido uno de los superhéroes más populares de todos los tiempos, quizá el que más con la salvedad de su compañero de fatigas en el Universo DC: Superman, el Hombre de Acero. Pero qué duda cabe que en los últimos años su popularidad se ha visto acrecentada todavía más gracias al cine (desde las películas de Tim Burton y Joel Schumacher hasta la más reciente trilogía, merecidamente aplaudida, de Christopher Nolan) y, por qué no decirlo, a algunos autores que han dado lo mejor de sí dentro del medio que vio nacer al personaje a finales de la década de los 30: el cómic. Esto explica el gran número de títulos protagonizados por el personaje que llegan cada mes a las librerías especializadas, en estos tiempos y en nuestro país de la mano de ECC Ediciones. Por eso vamos a dedicarle una sección semanal en exclusiva que durará mientras haya nuevos títulos que comentar; y por lo que se ve, parece que va para rato... para alegría de la legión de seguidores del Hombre Murciélago.
Sin lugar a dudas, Batman: Odisea está llamado a ser uno de los cómics del año: de los más vendidos, de los más leídos, de los más comentados... y de los más polémicos. Y es que el cúmulo de comentarios a favor y (sobre todo) en contra que en su día generó otro cómic protagonizado por el Hombre Murciélago, la con el tiempo revalorizada secuela de El regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller, pronto se quedará en mantillas en comparación con las pasiones encendidas, también a favor y en contra, que está despertando esta nueva obra de uno de los autores más admirados y reverenciados del cómic superheroico de todos los tiempos: Neal Adams.
Para su esperado regreso, Adams ha elegido a Batman, personaje que redefinió gráficamente en los años 70: esta aseveración no es gratuita, ya que buena parte de todos los autores que vinieron después bebieron de sus aportaciones estéticas olvidándose de la versión más primitiva de Bob Kane y compañía. Pero en esta ocasión, a la hora de desarrollar las dos miniseries (de seis y siete entregas cada una) que recopila el presente volumen, el autor ha optado por escribir él mismo el material a dibujar, convirtiéndose así casi en autor completo, y valga la cursiva porque Adams cuenta aquí con el inestimable apoyo de varios entintadores y coloristas... entre los primeros, algunos tan populares como los ortodoxos Michael Golden y Paul Neary o los más personales y muy reconocibles Kevin Nowlan y el gran Bill Sienkiewicz.
Veamos la sinopsis de la obra que aporta la propia editorial: "El Joker, Ra's al Ghul, Talia Head, Ubu, Manbat, Deadman, Robin, Aquaman... aliados y enemigos del Caballero Oscuro, cuya presencia converge en una misteriosa aventura: ante la amenaza de la Liga de asesinos -ahora liderada por el Sensei-, el Caballero Oscuro afronta una odisea, convertida en viaje de reflexión y reafirmación que, relatado en primera persona por el propio Batman, bien podría condicionar su futuro como protector de Gotham City". Aunque estas palabras se corresponden con lo que cuenta Odisea, no llegan a proporcionar al futuro lector una idea ni si quiera aproximada de lo que se encontrará en su interior. Esto es así porque Adams, que es un autor veterano y laureado que ya no siente que tenga que demostrar nada a nadie, ha encarado la obra (y así se lo ha permitido DC Comics, tan reacia a experimentos similares realizados por autores menos populares) con una libertad absoluta, utilizando todos los elementos temáticos y recursos estilísticos a su alcance. Que son, por supuesto, todos los que se nos puedan ocurrir.
Esta obsesión de Adams por controlar casi todas las facetas creativas de la obra ha terminado jugando en su contra... y es que, sin lugar a dudas, esta Odisea no pasará a la historia como una de las grandes obras del cruzado de Gotham City, puesto de honor que en un principio, y como todo el fandom al completo esperaba, parecía estar destinada a ocupar. Y no es que el cómic en cuestión carezca de algunos aciertos puntuales; por ejemplo, y aunque pueda parecer algo anticuado a estas alturas, se me antoja de lo más acertado dada la excepcionalidad de la ocasión contar con un personaje fuera de campo y cuya identidad se desconoce hasta la parte final de la historia, al que Bruce Wayne relata todo lo ocurrido y que por tanto ejerce de álter ego del lector. Además, dicho personaje permite un último apunte irónico y una viñeta de despedida cargada de humor y un cierto toque de sense of wonder a la antigua usanza. Tampoco desentona el uso de bocadillos de pensamiento, un recurso hoy en desuso y que curiosamente también aparecía en el ya comentado (y muy recomendable) Batman: Arquitectura mortal.
Pero, qué duda cabe, el guion de Odisea no es todo lo excelso que cabía esperar de un retorno, el de Neal Adams, anunciado a bombo y platillo. Y no lo es no por la causa habitual por la que la mayoría de cómics de superhéroes manufacturados hoy día acaban siendo mediocres (esto es, la repetición hasta la saciedad de estructuras narrativas mil veces vistas), sino por todo lo contrario: se adivina por parte del autor un afán por ofrecer algo distinto, una suerte de relato definitivo del Hombre Murciélago, y esto genera un sobreexceso de ideas y sugerencias que acaban ahogando por momentos al relato, lo que deviene de paso en que la trama se vuelva confusa por momentos. Téngase en cuenta que, en mayor o menor medida, la historia acontece en varios planos temporales, así como un gran número de espacios (incluido el Inframundo prehistórico, con sus sosias de Batman y Robin correspondientes, y que permite a nuestros protagonistas montar a lomos de pterodáctilos [sic] además de otras peripecias); y el protagonismo se reparte entre Batman, los secundarios habituales (especialmente el Chico Maravilla y Alfred, pero también el comisario Jim Gordon)... y una gran nómina de villanos, empezando por Ra's Al Ghul y su hija Talia pero sin olvidar a otros muchos como el Joker, el Acertijo... y muchos más, que en ocasiones no pasan de ser presencias episódicas. Con todo, el asunto no se detiene aquí: Superman, Aquaman, Man Bat y muy especialmente Deadman también cuentan con su parcela de protagonismo.
Esto nos lleva al mayor aliciente de Batman: Odisea: nos referimos, claro está, al apartado gráfico. La obra tampoco es lo mejor que nos ha ofrecido Adams en su ya larga trayectoria -muchas de las planchas parecen sobrecargadas de elementos, contagiadas por ese vicio en concreto del guion-, pero como se suele decir: quien tuvo, retuvo... Y es por tanto un placer volver a ver a personajes dibujados por el autor que acabó dando con la versión definitiva de los mismos. Me refiero, además de a Batman y a Robin, a la pareja formada por Ra's y Talia y muy especialmente a Boston Brand, alias Deadman, aquí de lo mejor de la función. Algunas de las viñetas y páginas de la obra están cargadas de un dinamismo y una fuerza inusitadas en el género hoy día, y nos recuerdan a lo mejor de tiempos pasados que parecía no iban a volver jamás.
Cada lector decidirá si Batman: Odisea es un cómic espléndido o mediocre. Las primeras opiniones parecen orientarse más a esto último, pero no olvidemos que las expectativas (razonablemente muy altas) han jugado en su contra, y también que otros de los grandes (como Miller y su ya citado El contraataque del Caballero Oscuro, o incluso su All Star Batman & Robin) fueron vilipendiados en su día para hoy haberse vistos restituidos en su honor gracias a la reivindicación de sus indudables valores. Quizá dentro de una década estemos hablando de esta Odisea de Neal Adams como un cómic de categoría superior. El tiempo lo dirá, pero de lo que no cabe duda es de que su autor sigue en plena forma. Al menos, como dibujante.
Título: Batman: Odisea
Autor: Neal Adams (guion y dibujo)
Editorial: ECC
Fecha de edición: enero de 2013
360 pp. (color) - 30 €
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