miércoles, 7 de abril de 2010
Rosalie Blum: La Comedia Humana
Con un título, "¡Al azar, Baltazar!", que homenajea directamente a un maestro del cine francés como Robert Bresson, su compatriota Camille Jourdy cierra la trilogía de álbumes que componen su más prestigiosa obra, esta Rosalie Blum que en España ha editado La Cúpula con una puntualidad admirable.
En el momento de comentar las dos entregas precedentes lo hice reseñando también a un tiempo otros títulos y otros autores, como Hablando del diablo de Beto Hernandez y Nocturno de Tony Sandoval. Ahora, considerando la calidad probada de esta obra ya cerrada, me parece de justicia dedicarle una nota por entero a ella a modo de colofón, dejando constancia de que se trata de uno de los cómics más logrados de los últimos años, y al que sin duda perjudicará inmerecidamente, a la hora de nominarlo en las listas de lo mejor del año, el haber sido publicado respetando la edición francesa en tres entregas, sobre todo teniendo en cuenta que la primera de ellas lo fue todavía en (diciembre de) 2009.
Afirmar que Rosalie Blum, por ser una obra compuesta por tres entregas, responde a la estructura clásica de "planteamiento, nudo y desenlace" es minusvalorar en exceso los méritos de un relato en apariencia tan clásico como este, que al fin y al cabo habla de los grandes temas que preocupan al ser humano -el amor, la amistad, las relaciones familiares, la muerte-, pero a la sazón tan moderno en su concepción visual -las viñetas en muchas ocasiones desaparecen como tales, al carecer del consabido marco que las limita- como en su desarrollo narrativo, que se permite introducir en el relato, con total naturalidad, sueños y ensoñaciones de lo más freudiano que lejos de confundir al lector enriquecen su percepción de la historia.
Como parecían adelantar los hechos narrados hasta el momento, todas las semillas que había plantado Camille Jourdy a lo largo de los dos volúmenes anteriores germinan en este tercero: se resuelve la relación entre el apocado Vincent y la misteriosa (a veces a su pesar) Rosalie, y por extensión entre el primero y la sobrina de esta, Aude; igualmente, aparecen personajes nuevos pero relevantes para el relato, como Marianne (la ex pareja de Vincent, que lo abandonó por su profesor) o como el padre del protagonista, en un epílogo a modo de flashback revelador que cierra con acierto la historia.
Por otra parte, lo más chocante de una obra como Rosalie Blum proviene de conocer la edad de la autora, una artista que apenas pasa de la treintena -nació en 1979- pero que demuestra un profundo conocimiento de los misterios del alma humana, fruto sin duda de unas dotes de observación muy trabajadas.
Poco más puede decirse, salvo destacar el dominio de la autora tanto en la redacción de diálogos naturales y creíbles como en la dosificación de los silencios y el uso de las miradas como signos de comunicación, ante el temor por revelar demasiados elementos de una trama que encandilará a cualquier lector que le dé una oportunidad a esta Rosalie Blum. Simplemente quiero concluir haciéndome eco de que Abdel Kechiche, realizador de la soberbia (y muy premiada en Francia) Cuscús, será el encargado de realizar la adaptación del cómic a la gran pantalla... Un film que, en una muestra del azar que tanto preocupa al Vincent de Camille Jourdy, se unirá al de Stephen Frears según Tamara Drewe de Posy Simmonds y al de Luc Besson a partir de la Adèle Blanc-Sec de Jacques Tardi para conformar una trilogía de heroínas de la historieta europea adaptadas al cine en este 2010.
Título: Rosalie Blum (Vol. III: "¡Al azar, Baltazar!")
Autor: Camille Jourdy (guión y dibujo)
Editorial: La Cúpula
Fecha de edición: febrero de 2010
132 páginas (color) - 18 €
Nota bene.- ¿Tendremos un día de estos, como tienen en Francia, una edición "absolute" -ustedes me entenderán- de Rosalie Blum?
(+) Previously on Abandonad toda esperanza:
- Volumen 2
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2 comentarios:
Rosalie Blum es una historia prosaica y cotidiana contada con sensibilidad y estética delicada. El dibujo de Camille Jourdy es de una sencillez aparente y engañosa, pues es una maestra del trazo y el colorido, ambos exquisitos. Su línea es cuidada y preciosista, su empleo del color, sutil y afortunado. Sabe sacar todo el partido a la expresividad facial y corporal para construir un relato de sensaciones y emociones. Y así deja discurrir lentamente y a la perfección una bonita y melancólica historia sin sobresaltos, moviendo su objetivo con maestría, penetrando en sus personajes con sabiduría, mostrando una plena madurez tanto en el guión como en el dibujo, cargando su discurso de detalles cristalinos y enriquecedores. No se limita a mover su objetivo como una cámara, ni a abrir una ventana a través de la que el lector pueda observar. Rompe los límites tradicionales de la viñeta y utiliza la perspectiva para conseguir crear la sensación que busca. Mezcla la realidad con los sueños para entrar en la psique de sus personajes, para mostrar sus anhelos y sus miedos. Es una habil observadora de su entorno y de las personas, y expresa tanto con miradas y silencios como con los diálogos. Conversaciones a través de las cuales perfila y define reacciones que denotan una incisiva caracterización psicológica. En definitiva, una delicia para los degustadores de placeres mínimos y profundos.
Ahora que ha finalizado, y en cuanto ahorre un poco, la pillaré.
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