Abandonad toda esperanza

jueves, 19 de enero de 2012

Crímenes de película: London Kills Me



En los últimos tiempos, cada vez que me decido a reseñar una obra relacionada con el género negro acabo derivándola a Calibre .38. Tanto da que sea una novela como Los amigos de Eddie Coyle, un ensayo como NeoNoir o un cómic como Cuerpo a tierra: si tiene que ver con lo policíaco y/o lo criminal, considero que la web digital que con su empeño y acierto habituales dirige el escritor y crítico Ricardo Bosque es el mejor lugar donde dar cobijo a estos textos, pues resulta obvio que allí encontrarán su público idóneo.


Jake Arnott: lo mejor que le ha pasado
últimamente a la novela negra



Pero en el caso de Crímenes de película, publicada por Mondadori en el mes de junio del pasado año, a la vista está que he hecho una excepción; y es que considero que le debía, tanto a su autor, Jake Arnott, como a sus lectores habituales, la presente nota: el libro que nos ocupa completa la llamada "The Long Firm Trilogy" que empezó con Delitos a largo plazo y continuó con Canciones de sangre, títulos ambos ya comentados en este vuestro blog. Así pues, el lector español ya dispone, en castellano y dentro de la ya indispensable colección temática Roja & Negra, del grueso de la obra que ha aupado a su responsable a la primera plana de la literatura criminal europea de la actualidad.


Una trilogía indispensable para los fanáticos del noir


Si en el primer libro la acción se ambientaba en el Londres de los años 60 y en el segundo Arnott sigue pivotando alrededor de la capital inglesa pero juega a saltar entre dicha década y los más cercanos años 80, con Crímenes de película se acerca a nuestros días ambientando la trama en 1995, aunque apuesta de nuevo por el protagonismo coral... Para empezar, recupera a uno de los tres personajes principales de Canciones de sangre, visto también en Delitos a largo plazo: Tony Meehan, periodista y negro literario que, después de conseguir calmar a la bestia que late en su interior (los lectores de la entrega anterior sabrán muy bien a qué me refiero), malvive escribiendo las biografías de delincuentes de la vieja escuela mientras espera la oportunidad de despuntar como escritor serio. A Meehan se unen dos protagonistas más: por un lado Julie Kincaid, en realidad Julie McClusky, hija de un peligroso gángster al que asesinaron en un ajuste de cuentas en Ibiza cuando ella era apenas una niña; por otro, Gary Kelly, apodado 'Gaz', alcohólico y delincuente de poca monta que al salir de la cárcel creerá encontrar en las raves y el tráfico de las nuevas drogas de diseño el negocio de su vida.


Las raves: terreno abonado para el comercio de pastillas


Tras estos tres personajes y otros que los secundan, y como ocurriera en los libros precedentes, volvemos a encontrarnos con el gángster gay y psicópata Harry Starks, sosias literario del histórico Ronnie Kray, que en esta ocasión apenas aparece materialmente en la novela pero cuya sombra planea de la primera a la última página. Y es que su relevancia en la saga se ha ido diluyendo paulatinamente: de ser un personaje de presencia vital en Delitos a largo plazo pasó a ser un secundario de lujo en Canciones de sangre, hasta llegar a estos Crímenes de película donde, como decíamos, apenas se le entrevé. Así, Arnott revela que pese a la fascinación que despiertan en él los temibles hermanos Kray, Starks es también una excusa para poner en juego muchas otras piezas de relevancia en ese gran tablero de ajedrez que es Londres.


Ronnie Kray: el mafioso detrás de Harry Starks


Así pues, el fanático irredento de la prosa de este escritor -que ya los hay, a buen seguro- volverá a encontrarse con un recurso marca de la casa: las líneas narrativas paralelas que acaban entrecruzándose. En este caso es fácil recurrir a Pulp Fiction, el film de Quentin Tarantino con el que ya se comparó a Delitos a largo plazo. Arnott, inteligentemente, no solo no reniega de la comparación, sino que asume orgulloso la referencia de forma explícita y convierte a la película que le dio la Palma de Oro al autor de Malditos bastardos en el detonante de una venganza que se convertirá en el motor de una de las historias centrales del relato.


Jake Arnott y Quentin Tarantino: espíritus afines


Por lo demás, es apropiado traer a colación el nombre de Tarantino al igual que hicimos al comentar Los timadores, estupendo cómic de Beto Hernandez: como ambos autores, cada uno en su ámbito artístico, Arnott vuelve a jugar a confrontar realidad y ficción sin necesidad de llevar a cabo vacuos ejercicios formales ostentosamente postmodernos. El título original de la presente novela, Truecrime (neologismo que el traductor Ignacio Gómez Calvo vierte al español como Crimenreal), alude a un subgénero literario, pero también a la confusión entre la idea que de los gángsters han urdido en nuestras mentes la novela negra hard boiled y el film noir clásico, frente a los verdaderos mafiosos de carne y hueso, así como una lectura metanarrativa que alude tanto al cine negro contemporáneo (particularmente el british, el de Guy Ritchie y compañía) como a los reality shows televisivos y la prensa sensacionalista, elementos estos muy presentes a diario en el país de las chocolatinas de menta y el té a las cinco.


Guy Ritchie, paradigma del nuevo cine policiaco inglés


Como se ve, Arnott sigue siendo un autor nada acomodado y al que no le falta ambición... aunque en esta ocasión la capacidad de sorpresa haya disminuido considerablemente y, sobre todo, algún personaje o pasaje acuse por momentos algo de falta de verosimilitud. Particularmente, los capítulos protagonizados por Julie tardan un poco en arrancar, si bien el interés crece cuando empieza a rodarse Bulldog de desguace, el primer largometraje escrito y dirigido por su novio, un chico bien de clase alta fascinado por el submundo criminal... Una fascinación que compartimos con él los lectores de Arnott, claro está.


El mítico London Calling de The Clash: otra referencia
explícita de Crímenes de película


Dicho todo esto, y para ir terminando: ¿es Crímenes de película el libro menos redondo de la trilogía? La respuesta es sí. Pero también cabe preguntarse: ¿es Crímenes de película uno de los libros de ficción, sean de género o no, más sobresalientes de lo que hemos podido leer en los últimos tiempos? La respuesta también es positiva... lo cual dice mucho del alcance de Arnott y de estos tres magníficos libros. Seguidores de la novela negra y fanáticos de la literatura que se sale del anquilosado mainstream sin renunciar por ello a una trama elaborada y a unos personajes por lo general bien trabajados: apuesten por Jake Arnott. Él es el caballo ganador.


Crímenes de película
Jake Arnott
Barcelona, Mondadori, 2011
360 pp. - 16,50 €

2 comentarios:

Suziokaos dijo...

No se ya donde mirarlo ya que en internet no encuentro nada, asi que acudo a este blog a ver si alguien me da respuesta.

Cual es la razón por la que el primer capitulo de Gaz, es extremadamente parecido a la película "Hooligans en el punto de mira"? Desde la muerte de sus compañeros, hasta el como conoce a su mujer y como acaba la relación son idénticos.

Francisco J. Ortiz dijo...

Lamentablemente, no puedo ayudarte porque ni siquiera he visto la película... Pero si es así, es algo bastante curioso.

Un saludo cordial.


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